Marco Rubio viajará la próxima semana a cinco países de América Latina, incluido Panamá, para abordar "los temas de la agenda" del presidente Donald Trump, en su primer viaje al extranjero como jefe de la diplomacia de Estados Unidos, informó este jueves una portavoz.
Además de Panamá, Rubio visitará Costa Rica, El Salvador, Guatemala y República Dominicana, afirmó la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce.
No especificó si abordará la polémica en torno a la soberanía del Canal de Panamá, pero aseguró que "hay una razón por la que éste es el primer viaje".
"Indica lo en serio que se lo toma" y su intención de "abordar los temas que le importan y, sin duda, los temas de la agenda de Trump", dijo.
Y entre los objetivos del magnate republicano figura "recuperar" el control del Canal de Panamá y no descarta el uso de la fuerza militar para conseguirlo.
"China está operando el canal de Panamá (...) y lo vamos a recuperar", sostuvo Trump el lunes.
En su audiencia ante el Senado para confirmarlo en el cargo, Rubio no sugirió la fuerza militar, pero dijo que Estados Unidos necesita abordar su preocupación por la influencia de China cerca de la vía intraoceánica de 80 km construida por Estados Unidos y administrada por Panamá desde hace 25 años.
El Departamento de Estado afirmó el miércoles que Rubio aplicaría una "política exterior pragmática" que en el caso de América Latina se centrará en "frenar la migración masiva" y "garantizar la seguridad de las fronteras".
Y El Salvador, Guatemala y Honduras han sido las principales fuentes de migración a Estados Unidos, que el magnate republicano ha prometido detener por completo.
Después de su investidura, Trump puso fin a un programa de su predecesor Joe Biden destinado a ofrecer vías legales para la solicitud de asilo y, en su lugar, ha amenazado con bloquear el acceso a los migrantes sin visa y deportar a los que se hallen en situación irregular en Estados Unidos, comenzando por aquellos con antecedentes penales.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, goza de gran popularidad entre los simpatizantes de Trump por su política de mano dura contra la delincuencia.