UNA "marea roja" con miles de personas, banderas, fotos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, que aspira a la reelección en Venezuela: la campaña presidencial arrancó oficialmente ayer, también con una masiva "ola blanca" opositora que busca romper 25 años de chavismo.
El proceso, a 24 días de las elecciones del 28 de julio, arranca en medio de mucha incertidumbre y denuncias de "persecución", detenciones e inhabilitaciones a opositores, a quienes el gobierno acusa de conspirar.
"Estamos ganando y ganando bien, pero que nadie se confíe", dijo Maduro ante sus seguidores en el centro de Caracas. "¡Prepárense para la paliza que le vamos a dar!".
Maduro viajó más temprano al estado petrolero de Zulia (oeste) como parte de una "toma" de 70 ciudades del país, un número simbólico porque es la edad que cumpliría el fallecido Hugo Chávez justo el día de la elección.
Y tiró la casa por la ventana con gigantescas tarimas y artistas, en medio de denuncias de excesos y coacción a los beneficiarios de programas sociales para que voten por Maduro.
Miles de personas llevaban banderas gigantes, fotos de Chávez y Maduro, pancartas de apoyo al presidente "del pueblo".
Y muchas figuras de gallos inflables, ícono de la campaña del chavismo que vende a Maduro como un "gallo pinto" o fuerte y de pelea, frente al "pataruco" o débil, como se refiere a Edmundo González, el candidato opositor de 74 años.
"Con Maduro hasta que el mar se seca", expresó Sandra Salazar, comerciante de café de 55 años. "Vamos a una contundente victoria", aseguró, por su parte, Juan Molina, militante de 46 años, en la movilización chavista.
"No somos ciegos, sabemos quiénes son los enemigos de la patria... la oposición", añadió.
La caravana de la oposición, que recorre unos siete estados, estuvo liderada por González y María Corina Machado, la cara principal de la campaña.
"Hoy comienza el renacer de la esperanza y el camino del cambio para Venezuela", dijo González a medios desde el camión tarima que los traslada por Caracas. Llevaba una camiseta de la popular selección Vinotinto, que avanzó a cuartos de final en la Copa América.
Miles de personas la vieron pasar por otro sector opuesto a la marcha chavista.
"Siento que ya somos libres, Venezuela terminó la dictadura, ¡Edmundo para todo el mundo!", expresó Raiza Ramírez, una enfermera de 52 años.
González, desconocido hasta su nominación, asumió el rol tras bloqueos y vetos a otros posibles sustitutos de Machado, que ganó las primarias opositoras y era la candidata natural, pero no pudo ser postulada por una inhabilitada en su contra.
El dirigente igual asumió la campaña y recorrió todo el país en auto porque el chavismo le impide viajar en avión. En cada pueblo es recibido como una "estrella de rock" por multitudes que se agolpan para escuchar su promesa de cambio.
"Esta fuerza no la puede detener", dijo Machado en el camión con González. "Esto es mucho más que una campaña electoral, es un sentimiento profundo por la libertad de Venezuela".
Maduro intensificó su agenda electoral en las últimas semanas. Promete recuperación económica, tras una crisis sin precedentes que redujo el PIB en 80% y llevó a un éxodo masivo que la ONU cifra en más de siete millones de personas, alrededor del 25% de la población.
La mayoría de las encuestas muestra victoriosa a la oposición, que se abraza a esos pronósticos, aunque el chavismo los desestima.
"Una cosa es ganar el proceso electoral y, por supuesto, otra cosa es el reconocimiento", alertó a la AFP Guillermo Tell Aveledo, profesor de Estudios Políticos en la Universidad Metropolitana. "Y ahí se abren otro tipo de temores, otro tipo de posibilidades".
Maduro busca legitimidad internacional con estos comicios, después del amplio rechazo internacional que tuvo su reelección en 2018. Estados Unidos y vecinos como Brasil y Colombia presionan por condiciones.
Expertos coinciden en la dificultad de un fraude en el sistema electrónico de votación. "Sin embargo, la posibilidad de algún tipo de desconocimiento, zarpazo o de ofuscamiento de la voluntad popular está muy sobre el tapete", alerta Aveledo.
"Una acción de ese tipo daría al traste con cualquier intento de legitimación que esta elección hubiera podido tener", añadió.