El bloque europeo enfrenta una crisis de legitimidad y acción. Con la salida de Reino Unido, otros países han expresado su intención de hacer lo mismo. Pero el posible acercamiento entre los gobiernos de Berlín y París le da un nuevo aire, alejando a quienes quieren acabar con ese colectivo comunitario
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EN MEDIO de acontecimientos como el Brexit que puso a tambalear a la Unión Europea (UE) por una posible salida de otros países miembros, la llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump y un auge de la influencia de Rusia en el mundo, los ojos estuvieron puestos en las elecciones en Francia y Alemania.
En el caso francés, el 7 de mayo de 2017 Emmanuel Macron fue elegido como Presidente en segunda vuelta con un 66% de los votos, después de vencer a la radicalista de ultraderecha, Marine Le Pen, quien obtuvo un 34%. La elección de Macron le dio un respiro a Europa, especialmente a Alemania y aún más a Ángela Merkel, por la voluntad de Macron de seguir trabajando por la Unión Europea.
No obstante, las cosas no estuvieron del todo dichas hasta las elecciones parlamentarias en Alemania. El 24 de septiembre se conoció la composición del Parlamento o Bundestag. Por cuarta vez consecutiva, Ángela Merkel fue elegida Canciller de Alemania con dos aspectos que opacaron su elección.
El primero es que ganó con un 33%, donde Merkel reconoció que “esperábamos un resultado un poco mejor”. El segundo es que el partido de ultra derecha de tendencias xenófobas, ARD, alcanzó el 12,6% de los votos, algo que no sucedía desde la Segunda Guerra Mundial. Además, luego de los comicios, la Canciller reelegida le tomó casi 5 meses formar gobierno. En este sentido, Merkel se enfrenta a su cuarto y quizás más duro mandato.
Con este panorama puesto sobre la mesa, Merkel y Macron son conscientes que tanto por cuestiones internas y externas de la UE, como de sus respectivos países, deben estrechar lazos de cooperación. ¿Podría decirse entonces que se está consolidando una alianza Merkel-Macron?
Sube y baja
En 2013 la Canciller alemana gozaba de la mayoría absoluta de los conservadores en el Bundestag y en 2015 fue elegida por la revista Time como personaje del año al describirla como “la Canciller del mundo”. Al mando de la economía más grande y estable de la Unión Europea, Merkel ha dirigido la política de este continente e influye en aspectos importantes como los mercados financieros, el cambio climático, los migrantes y la consolidación de la UE. Sin embargo, de acuerdo con el actual contexto político y las dificultades para formar gobierno, tiene una imagen debilitada a nivel interno, lo que afecta su credibilidad dentro de la UE.
En este momento las condiciones están dadas para que Francia se acerque a Alemania estratégicamente y saque provecho de aquello que ambos podrían obtener de esta alianza y lograr resultados en común para “hacer Europa grande de nuevo”.
Paralelamente, Macron quien tiene una postura pro europeísta, es un Presidente de “centro-izquierda, con políticas neoliberales de cara amable” y es 20 años más joven que Merkel, hecho que podría predecir el “posible sucesor de Merkel”, según un experto en temas Políticos, Económicos e Internacionales Contemporáneos de la Universidad Externado de Colombia. Adicionalmente, a nivel interno “no hay oposición en Francia, los otros partidos no tienen peso, hecho que le da vía libre a Macron para un eventual segundo mandato”.
Macron se consolida como el posible sucesor de Merkel al tener muy posiblemente un segundo mandato por vía libre en Francia y 9 años para aprender de la Canciller alemana y liderar Europa, dice el experto. A nivel interno, Merkel recientemente nombró a Annegret Kramp-Karrenbauer como la número dos del partido Cristianodemócrata y algunos la catalogan como la mujer que ocupará el puesto de canciller de Alemania en 2021.
Semejanzas y diferencias
Con la llegada de Macron a la presidencia, Francia ha tenido la oportunidad de acercarse a Alemania y demostrarle al electorado francés que Alemania puede ser un buen aliado. Esto se hace necesario ante una escalada del sentimiento anti alemán en Francia y las denuncias hechas por Marine Le Pen, quien considera que “Alemania ha abusado del resto de Europa” y el candidato de izquierda Jean-Luc Mélenchon, quien tildó las políticas económicas de Alemania como un veneno.
En este sentido, si Macron no logra su propósito, la posibilidad que los nacionalistas lleguen al poder en 2022 es alta y el intento de alianza para consolidar una Europa se echaría a perder.
En este momento las condiciones están dadas para que Francia se acerque a Alemania estratégicamente y saque provecho de aquello que ambos podrían obtener de esta alianza y lograr resultados en común para “hacer Europa grande de nuevo”.
Para lograr este propósito, Macron y Merkel han propuesto generar inversión en temas de infraestructura, crear una “eurozona conjunta presupuestal”, eliminar barreras nacionales, por ejemplo, “en el sector de servicios que representa cerca del 70% de la economía de la Unión Europea y que generen crecimiento y reduzcan los desbalances económicos”, afirman Throste Benner y Thomas Gomart, en Foreign Affairs.
Así, se hace evidente que una alianza Markel-Macron se está forjando especialmente para generar un balance de poder en Europa. En otras palabras promover lo que Christiane Hoffmann llama en la revista Der Spiegel el “renacimiento político de la Unión Europea”.
Esto se evidencia en un discurso que pronunció Ángela Merkel en Munich, luego de la reunión del G7 en Sicilia en agosto de 2017, en el que aseguró que las “relaciones de hermandad deben mantenerse con Estados Unidos, con Gran Bretaña y Rusia y en general con todos los países, pero se necesita luchar por nuestro futuro y destino como Europeos”. Cabe resaltar que la UE está diversificando sus relaciones comerciales y políticas y para ello ha priorizado a Asia. El “intercambio comercial con China, Japón, India, Australia, Corea del Sur y el Sudeste Asiático excede su comercio con Estados Unidos en $300 billones al año”, asegura Parag Khanna en CNN.
Las circunstancias están dadas
Merkel y Macron están dando un discurso pro europeísta que tiene como sustento los intereses nacionales de cada uno. Las circunstancias políticas a las que se enfrentan tanto la Canciller como el mandatario francés, no son iguales, pero se asemejan en el sentido de que intentan mantener la UE unida, enviando un mensaje reformista.
Si bien hay intereses detrás de la alianza que puede haber entre Merkel y Macron que llevan a hacer posible dicha hermandad, también es cierto que las condiciones internas de Alemania y Francia, unidas a un contexto internacional donde se busca mirar a nuevos socios en Asia, hacen más favorable una unión entre París y Berlín. Las circunstancias son favorables, pero no son sencillas y el gran reto de ambos mandatarios es hacer que el intento por consolidar una nueva Europa pueda lograrse y recobrar un peso importante en la esfera internacional.
*Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia