AUNQUE se cree que un sino trágico en vuelve el ejercicio presidencial en Perú desde el final de la dictadura en 1980, lo que se evidencia en este país andino es que el alto nivel de corrupción ha llegado hasta esa alta esfera de poder y la mayoría de quienes lo han ejercido terminan en los tribunales, la cárcel o la tumba.
El más reciente episodio fue la condena, este lunes, a 20 años y seis meses de prisión al expresidente Alejandro Toledo, tras ser hallado culpable de los delitos de colusión y lavado de activos por los millonarios sobornos que, durante su gobierno, recibió de la constructora brasileña Odebrecht para adjudicarle una importante obra de infraestructura.
Así, Toledo (2001-2006) engrosa la lista de predecesores que fueron o están investigados por corrupción. De los 14 que ha tenido este país latinoamericano –desde la época mencionada-, solo cuatro han salido indemnes: Fernando Belaunde Terry (1980-1985), Valentín Paniagua (ocho meses en 2000-2001), Francisco Sagasti (ocho meses en 2020-2021) y la actual mandataria, Dina Boluarte, quien sin embargo está bajo investigación por presunto lavado de activos y genocidio por la represión a las protestas.
El megaescándalo de sobornos de Odebrecht, develado hace más de una década en Estados Unidos y que permeó gobiernos de casi toda América Latina, fue definida como una ‘política’ de la constructora brasileña para hacerse, a cambio, a un sinnúmero de millonarias obras de infraestructura.
"Este colegiado asume el pedido hecho por la fiscalía de 20 años y 6 meses de prisión para el señor Alejandro Toledo Manrique", anunció la Corte Superior de Perú en una audiencia en la que estuvo presente el exmandatario de 78 años.
Recluido desde 2023 en una cárcel especial de Lima, Toledo recibió con serenidad el veredicto que lo halló culpable de los dos delitos antes mencionados por haber recibido 35 millones de dólares de Odebrecht.
Según el fallo, el exmandatario aceptó los sobornos en contraprestación de licitaciones para construir dos tramos de la carretera Interoceánica Sur, que une la costa del Pacífico de Perú y la del Atlántico de Brasil.
El tribunal, conformado por tres magistrados bajo la presidencia de la jueza Zaida Pérez, impuso a Toledo nueve años por el delito de colusión y 11 años y 6 meses por lavado de activos.
Toledo, quien asegura padecer cáncer y problemas en el corazón, es el primero de los cuatro exmandatarios peruanos investigados por este escándalo de corrupción que es condenado por la justicia.
Según la fiscalía, la trama de Odebrecht en Perú salpicó también a Alan García (2006-2011), quien se suicidó en 2019 antes de ser detenido, Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), cuyos procesos están pendientes de decisión judicial final.
La sentencia se leyó en una audiencia en el tribunal adyacente a la pequeña prisión para exmandatarios al este de Lima, donde Toledo está recluido 18 meses de forma preventiva desde que llegó extraditado de Estados Unidos en abril de 2023.
Ese centro penal, Barbadillo, es quizás la única cárcel del mundo destinada exclusivamente a expresidentes. Allí también está recluido el destituido Pedro Castillo (2021-2022) y hasta el año anterior, Alberto Fujimori, fallecido el pasado 11 de septiembre.
Desde que Odebrecht, en 2016, reveló ante la justicia de Estados Unidos el entramado de corrupción a nivel regional para obtener obras públicas, revelando puntualmente los beneficiarios del mismo, el expresidente Toledo ha dicho, sostenido e insistido que es inocente.
En noviembre había pedido por vez primera tener acceso a una clínica para tratarse de cáncer. Sin embargo, no precisó qué tipo padece, aunque señaló que desde hace 15 años sufre de "serias enfermedades" por las que recibió tratamiento en Estados Unidos.
“Soy inocente, nunca hice ningún arreglo con el señor (Jorge Simoes) Barata", quien fuera jefe de Odebrecht en Perú, dijo Toledo a la jueza el miércoles anterior en la última audiencia y, dirigiéndose al tribunal, pidió que el veredicto tenga en cuenta su estado de salud.
"Tengo cáncer y problemas en el corazón (...) Quiero ir a una clínica privada, les pido por favor déjenme curar o morir en mi casa", agregó, sollozando en su alegato final.
Por su parte, el fiscal José Domingo Pérez aseguró que hay pruebas que le permiten "afirmar que Alejandro Toledo solicitó 35 millones de dólares a Odebrecht" a cambio de concederle dos tramos de los cuatro de la mencionada vía en Perú.
Según la acusación, fue así como Odebrecht ganar la millonaria concesión para varias obras que fueron parte del mega-eje vial de 2.600 kilómetros para integrar a esos países desde el Atlántico al Pacífico.
"Hemos probado el delito de colusión y lavado de activos", resaltó en la etapa final del juicio que duró un año (inició el 17 de octubre de 2023).
En el caso de Toledo fueron claves los testimonios de su antiguo colaborador Josef Maiman, y de Jorge Barata, exrepresentante de Odebrecht en Perú. Ambos aseguran que entregaron los sobornos.
El exjefe de Odebrecht en Perú confirmó a la fiscalía peruana el pago de los sobornos a cambio de no ser implicado en el proceso. Barata vive en Brasil, mientras que Maiman brindó su testimonio en Israel antes de morir en 2021.
Odebrecht reconoció el pago de coimas en Brasil y en otros países de la región en el marco del escándalo Lava Jato, por el que decenas de políticos y empresarios de América Latina están encarcelados.
Lava Jato es el caso matriz que descubrió la corrupción del gigante brasileño en su país y la región. Toledo, un economista formado en Estados Unidos, llegó al poder en 2001 tras liderar la oposición contra el régimen del fallecido Alberto Fujimori (1990-2000).
De EE.UU. a Perú
Toledo fue detenido en 2019 en Estados Unidos, donde residía tras haber trabajado en la Universidad de Stanford. Inicialmente fue llevado a una prisión, pero en 2020 fue puesto bajo arresto domiciliario con una tobillera electrónica.
El 21 de abril del año pasado acató la orden judicial de presentación del tribunal federal en San José, California, para entregarse e iniciar la extradición a su país de origen, que había sido aprobada tres meses atrás.
Ese día, el político de 77 años, dejó su residencia en Menlo Park acompañado de su esposa Eliane Karp y se presentó en el edificio federal Robert F. Peckham, donde fue entregado a los alguaciles. Tres días después llegó a la capital peruana.
Al exmandatario no le quedó otro camino luego de perder todos los recursos legales posibles para bloquear su extradición, que había sido solicitada en 2018.
Una vez en su país le fue impuesta una detención preventiva de 18 meses, la que cumplía en el mencionada ‘cárcel de expresidentes’, donde también pagará su condena de más de 20 años.
Se cierra así uno de los capítulos de Odebrecht en Perú y se espera que, en breve, concluya el juicio de Ollanta Humala (2011-2016), de 60 años, quién cumplió prisión preventiva en 2017, acusado de haber recibido tres millones de dólares de Odebrecht durante su campaña electoral y su esposa Nadine Heredia. Ambos se exponen a una pena mínima de 15 años de cárcel.
De igual forma la del octogenario Pedro Pablo Kuczynski (84 años) quien decidió renunciar en marzo de 2018, en vísperas de que el Congreso lo destituyera por el escándalo de Odebrecht.
El país también espera el desenlace del juicio para la excandidata presidencial e hija de Alberto Fujimori, Keiko, para quien la Fiscalía solicitó 30 años y 10 meses de prisión por el delito de lavado de activos, crimen organizado, obstrucción a la justicia y declaración falsa, también por dineros de Odebrecht para su campaña electoral.
Como se ve, Alejandro Toledo es el primer expresidente condenado por el caso Odebrecht en Perú, pero no será el único. /Redacción internacional con AFP