Un mecanismo de presión más pero que de antemano se convertirá en un nuevo “saludo a la bandera” es la medida que se apresta a tomar la Organización de Estados Americanos, OEA como condena por la ruptura del orden democrático en Venezuela.
Y, aunque la OEA como organismo intercontinental refleja la voluntad política de sus miembros y tiene como misión preservar la democracia y el orden legal establecido en cada uno de sus países miembro, carece de herramientas para poder ir más allá y, al igual que ocurre con la Organización de Naciones Unidas, ONU, no son tomadas en serio por los países sancionados e, inclusive, los mandatarios de los mismos hasta las toman como objeto de burla.
Eso ha ocurrido en varios casos y, esta vez con Venezuela no sería la excepción, ya que de antaño es fuerte el enfrentamiento del presidente Nicolás Maduro con el secretario general, Luis Almagro e inclusive retiró, en 2017, al país de dicho foro, proceso que tardará por lo menos dos años.
Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos, México y Perú plantearon ayer iniciar el procedimiento para eventualmente suspender a Venezuela de la OEA por la ruptura del orden democrático, según un documento a debate en la 48ª asamblea del organismo en Washington.
El "Proyecto de resolución sobre la situación en Venezuela", presentado por las misiones permanentes de estos siete países ante la OEA, propone aplicar los mecanismos previstos en la Carta Democrática Interamericana, que pueden derivar en la suspensión de la participación de un Estado miembro cuando se produzca una "alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático".
El punto 10 de este proyecto pide específicamente aplicar lo estipulado en los artículos 20 y 21 de la Carta para "promover la normalización de la institucionalidad democrática".
Estos mecanismos van desde gestiones diplomáticas hasta la eventual convocatoria a una asamblea general extraordinaria que, por dos tercios de votos, puede tomar la decisión de suspender a un Estado miembro.
Fuentes diplomáticas dijeron que se esperaba votar el proyecto de resolución hoy en el plenario de la asamblea general.
Para aprobar una resolución en la OEA es necesario contar con mayoría simple, esto es, 18 votos. La OEA cuenta 35 miembros, aunque solo 34 están activos puesto que Cuba no participa.
Venezuela centra así los debates de esta Asamblea anual del foro continental, donde además se promueve desconocer la reelección de Nicolás Maduro.
"Debemos tener un continente libre de dictaduras", dijo el secretario general de la OEA, Luis Almagro al inaugurar en Washington la 48ª asamblea anual de la organización.
Centro de la agenda
Poco después, el pleno de Estados miembros aprobó tratar "la situación en Venezuela", una decisión que fue objetada por el representante del gobierno venezolano.
Venezuela asume "bajo protesta" la inclusión de este punto en el temario, dijo el canciller Jorge Arreaza, señalando que fue adoptado "de manera espuria" en la comisión preparatoria de la asamblea.
El deterioro de la situación de derechos humanos y civiles en Venezuela ya fue protagonista de las discusiones de las dos últimas asambleas generales de la OEA -en Cancún el año pasado y en Santo Domingo en 2016- pero nunca como parte del temario oficial.
"La inclusión de este tema en la agenda de la asamblea permite a los Estados redoblar los esfuerzos para encontrar una solución pacífica a la crisis venezolana", dijo la vicepresidente y canciller de Costa Rica, Epsy Campbell.
"El prestigio de esta organización está en juego en lo que podamos hacer" con relación a la "grave crisis económica, política y social que atraviesa Venezuela", dijo de su lado el canciller de Argentina, Jorge Faurie.
Venezuela asiste a la cita a pesar de que anunció en abril de 2017 su retirada de la OEA, el principal foro político del continente. El proceso de salida tomará dos años, durante los cuales Caracas aún deberá cumplir sus obligaciones.
"Defenderemos a Venezuela en cualquier foro y hasta el último minuto", dijo Arreaza, que acusa a la OEA de ser un "disfraz multilateral" y de interferencia en los asuntos internos de los estados.
Bolivia, tradicional aliado de Caracas, también recordó el derecho de los estados a organizarse soberanamente, sin influencias externas.
Mayor presión: EU
Estados Unidos y el Grupo de Lima, un bloque crítico con el gobierno de Maduro que está integrado por Canadá y trece países latinoamericanos, desconocieron el resultado de las elecciones del 20 de mayo, en las que Maduro ganó un segundo mandato hasta 2025, por considerar que no ofrecieron garantías para ser "justas y libres".
El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, pidió la suspensión de Venezuela de la OEA y urgió a los estados miembros a seguir presionando "al régimen" de Maduro "hasta que emprenda las medidas necesarias para regresar a una democracia genuina".
"Esa suspensión no es un objetivo en sí mismo, pero demostraría que la OEA respalda sus palabras con acciones y envía una poderosa señal al régimen de Maduro, de que solo las elecciones reales le permitirán a su gobierno ser incluido en la familia de las naciones", dijo.
"Pedimos a todas las naciones de la OEA que hagan esto hoy, con respecto a Venezuela, y en el futuro donde sea necesario para el bien de la región y del mundo", agregó, reiterando el planteo que ya hizo el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, ante el consejo permanente de la OEA el 7 de mayo.
El embajador estadounidense ante la OEA, Carlos Trujillo, dijo que hay suficientes países dispuestos a adoptar una resolución que desconozca la reelección de Maduro y abone el camino para suspender al país del organismo regional por ruptura del orden democrático.
"Pasar la resolución es el primer paso para llegar a pasar la suspensión" por ruptura del orden democrático, dijo.
La respuesta de Maduro
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, denunció este lunes que Estados Unidos desplegó una campaña de "chantaje y amenaza" contra los gobiernos de la región para que aprueben una resolución que suspenda a Venezuela de la OEA.
"El gobierno de Estados Unidos en estas semanas ha desarrollado una campaña criminal, macabra, de chantaje y amenaza a todos los gobiernos de América Latina y el Caribe (...). Cada vez que se acerca una asamblea general de la OEA, vemos la misma película", dijo Maduro.
Según el mandatario, Washington ha amenazado a estos países con quitarles "ayudas económicas, posibilidades de financiamiento (...), flujos de turismo" y con represalias a sus migrantes en Estados Unidos.
Maduro ratificó su decisión de retirar a Venezuela de la OEA, un proceso iniciado el año pasado y que finalizará en abril de 2019.
"Nosotros denunciamos a la OEA y nos vamos de la OEA, del ministerio de colonias, nos vamos de la OEA, ratificado, ya van 13 meses de los 24 que tenemos que esperar para que sea efectivo. Cuando Venezuela salga de la OEA vamos a hacer una gran fiesta nacional", expresó.
El gobernante afirmó que "el imperialismo está obsesionado" con el país petrolero porque quiere arrebatarle sus riquezas naturales. "Vamos a salir airosos, victoriosos de esta batalla", añadió en un congreso del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
También Nicaragua
Además de Venezuela, Nicaragua está presente en los debates en la OEA por la ola de protestas contra el gobierno de Daniel Ortega, que desde que estalló el 18 de abril deja más de un centenar de muertos en medio de una feroz represión de la fuerza pública y grupos armados que la apoyan.
Un proyecto de declaración "de apoyo al pueblo de Nicaragua" ya fue presentado por la secretaría general, señalaron fuentes de la OEA.
Tanto Campbell, como Faurie y Pompeo manifestaron su preocupación y urgieron a detener la violencia y los abusos contra los manifestantes.
Activistas de derechos humanos de Nicaragua se reunieron en las últimas horas con delegados de la representación estadounidense para analizar la situación en el país centroamericano.
El caso de Nicaragua "no puede obviarse en la agenda", dijo la presidente del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez./Redacción internacional con AFP