LOS 250 rehenes, la crisis humanitaria que ya viven los gazatíes, la estrategia de los terroristas de parapetarse entre los civiles, la estructura de túneles por las que desplazan y que ahora Hamás es mucho más letal, son los factores que sopesa el gobierno israelí para ordenar la invasión a la Franja de Gaza.
El objetivo de “aplastar a Hamás”, tal cual lo ha reiterado el premier israelí Benjamín Netanyahu desde que declaró la guerra a esa milicia islamista tras los mortíferos ataques en su país del 7 de octubre es inamovible, pero una ofensiva terrestre está a merced no sólo de los hechos antes mencionados, sino de que los terroristas hayan minado las zonas por donde ingresarían las tropas.
En desarrollo de la operación “Espadas de Hierro”, la infantería israelí ha realizado incursiones rápidas en la frontera con la Franja en un intento de ubicar a los 199 israelíes secuestrados, así como para destruir infraestructura de los terroristas, lo que ha sido reforzado con bombardeos. Sin embargo, el consabido siguiente paso, la ofensiva terrestre -que iniciaría por el territorio costero- sigue en ciernes mientras se implementan los mecanismos para garantizar la protección de los civiles palestinos, la ubicación de los secuestrados y la seguridad de los militares.
Con la solidaridad y el respaldo mayoritario de la comunidad internacional que ha dejado en claro tres cosas, a saber, el derecho israelí a defenderse, que la organización terrorista debe ser eliminada y que Hamás no representa al pueblo palestino, el gobierno de emergencia logrado por el premier Netanyahu mantiene la ofensiva aérea sobre blancos precisos y destruye los cohetes lanzados desde la Franja.
En los 51 kilómetros de frontera con Gaza están acantonados 35 batallones “listos para ingresar si el gobierno así lo decide”, manifestó Roni Kaplan, portavoz del Ejército israelí, quien también dijo estar preparados ante la alta probabilidad de encontrarse con “grandes zonas minadas”, táctica que emplea el ala armada de Hamás, las Brigadas Izzedine al Qassam, para luego salir de los túneles y emboscar.
Ello fue evidente en la ofensiva de 2014, cuando varios batallones de infantería israelí sufrieron grandes bajas ocasionadas por minas antitanques, francotiradores y emboscadas.
El portavoz del Ejército israelí reiteró que el objetivo es ‘acabar con Hamás’, pero a la vez rescatar con vida a los secuestrados. Y ello se visualiza muy complejo porque según informaciones extraoficiales, los terroristas los habrían distribuido en diferentes lugares de Gaza, lo que sin duda sobrepasa la capacidad efectiva de respuesta hasta de los más preparados, como lo es Sayeret Matkal, la unidad élite israelí a cargo de esta difícil misión.
Pese a ello, la única forma de lograr el objetivo de esta guerra es entrar, por tierra, mar y aire a la Franja. Eso lo sabe Hamás y de allí que ayer asegurara que estaba listo para el combate, cuerpo a cuerpo, y que es “más que capaz” de impedir que “los sionistas avancen”.
"La amenaza de la ocupación (Israel) de lanzar una ofensiva terrestre contra nuestro pueblo no nos da miedo y estamos listos", declaró el portavoz del brazo armado de Hamás, Abu Obeida, en una grabación de audio, horas después que en igual sentido se pronunciara otro miembro de esa organización terrorista.
"La resistencia palestina sobre el terreno es más que capaz de hacer frente con fiereza al Ejército de ocupación sionista e impedir sus intentos de incursión terrestre", escribió en Telegram, Abdulatif al Qanu, para luego hacer hincapié en que “todo el arsenal" de Israel "no será capaz de liquidar la causa palestina y desplazar a la población".
Obeida también manifestó que "los prisioneros extranjeros son nuestros invitados y serán puestos en libertad cuando las condiciones lo permitan”.
A renglón seguido explicó que las cifras de prisioneros no son concretas debido a que hay "dificultades prácticas y de seguridad" que impiden un recuento exhaustivo, aunque serían 200 los que están bajo control de Hamás y otros 50 en manos de otras "facciones de la resistencia, en otros lugares".
Biden: si…pero no
En medio de rumores sobre un posible viaje a Tel Aviv, por invitación hecha por Netanyahuy, el presidente estadounidense Joe Biden canceló su agenda gubernamental para reforzar la ofensiva diplomática que intenta una pronta solución al conflicto, que tiene alto riesgo de propagarse en la región, por una implicación de Hezbolá e Irán.
Férreo aliado de Israel, que envió a su secretario de Estado Anthony Blinken a una gira por los países árabes, Biden señala que Israel debe “eliminar” a Hamás que contra la franja de Gaza, pero que ocupar el enclave “sería un gran error".
"Mira, sobre lo que ha ocurrido en Gaza, en mi opinión, Hamás y los elementos extremos de Hamás no representan a todo el pueblo palestino. Creo que sería un error que Israel ocupara Gaza otra vez. Pero entrando para eliminar a los extremistas, (el partido milicia-chií libanés) Hezbolá en el norte y Hamás en el sur, es un requisito necesario", sostuvo el presidente demócrata a la cadena de televisión CBS.
De igual forma se mostró convencido de que Hamás debe ser eliminado por completo, que "es necesario que haya una autoridad palestina" y es necesario que haya un camino hacia un Estado palestino", que como mundialmente se sabe y apoya es la llamada “solución de dos Estados”, aunque reconoce que Israel no está de acuerdo con esa opción "ahora".
En este sentido, reiteró que "Israel tiene que responder" y tiene "que perseguir a Hamás", que considera que "es un grupo de cobardes" que se esconde detrás de civiles. Así, ha acusado a la milicia palestina de ser la culpable de la muerte de civiles en bombardeos israelíes.
"(Los milicianos palestinos) pusieron sus cuarteles generales donde están los civiles y edificios civiles, pero en la medida en que puedan separarse para evitarlo, estoy seguro que los israelíes harán todo lo que esté a su alcance para evitar la matanza de civiles", sostuvo antes de agregar que tiene "confianza en que Israel actuará según las leyes de la guerra".
Se mostró seguro de que “Israel comprende que una porción significativa del pueblo palestino no comparte las opiniones de Hamás y Hezbolá" y aunque es consciente del elevado número de víctimas que está dejando la guerra no abogó por un cese al fuego. Y, ante la crisis humanitaria se limitó a señalar que con Egipto está negociando un corredor humanitario en la zona que permita el ingreso de suministros y la salida de civiles. Sin embargo, a esto último el gobierno del Cairo no accederá y mantiene cerrado el paso de Rafa.
Finalmente, el mandatario estadounidense dijo que no hay pruebas de que Irán haya estado tras los ataques a territorio israelí, aunque admitió que ese país “apoya constantemente a Hamás y Hezbolá” y le pidió no cruzarse o intensificar el actual conflicto.
Por ese creciente temor, Biden canceló su agenda de esta semana para concentrarse en el curso de la guerra. Según el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby estará en Washington “participando en reuniones sobre temas de seguridad nacional".
Se da por descontado la ofensiva terrestre en Gaza -nunca antes vista- y ello será el inicio de una larga y compleja guerra urbana tanto por la complejidad del escenario como por el objetivo inamovible de que no haya Hamás. Es la forma en que Israel pueda asegurar que un brutal ataque como el del 7-S no vuelva a ocurrir.