Países emergentes: digitalización y ventajas de nuevas tecnologías | El Nuevo Siglo
LA INTELIGENCIA artificial es una poderosa herramienta que debe utilizarse de manera responsable. y /Foto Cedoc Perfil
Viernes, 15 de Noviembre de 2024
Giovanni Reyes

El mundo ha cambiado y lo ha hecho de manera dramática, en especial a partir del aparecimiento, adaptación y uso de las nuevas tecnologías; las cuales están teniendo, de manera creciente, un gran impacto en aspectos económicos, productivos, empresariales, competitivos, sociales y por supuesto de índole político.

Las fechas del 30 de noviembre de 2022 -lanzamiento de inteligencia artificial (IA) ChatGPT- y del 15 de mayo de 2024 -ampliación de servicios de IA con integración de redes, consolidación de Gemini y Copilot- han marcado la historia más reciente en cuanto a referencias de digitalización y avances de IA.

En particular estos nuevos mecanismos plantean retos y desafíos para los países de economías emergentes, tales los casos de naciones latinoamericanas, caribeñas, asiáticas y africanas. Se deben asumir nuevos ajustes, reformas y reestructuraciones, por ejemplo, en procesos educativos, afectando contenidos, metodologías, formas de acceso y de evaluación de formaciones y capacidades.

Además de eso, y como era de esperarse, se requiere implementar innovaciones de procedimientos, contenidos y accesos a los servicios públicos, entre otras consideraciones.  En este último punto, de manera específica, México ha tratado de impulsar el uso de las nuevas tecnologías, de digitalización, como parte del servicio particular y de desempeños de entidades e instituciones públicas.

Estos avances constituyen lecciones valiosas que pueden extenderse y aplicarse a otros países. Se insiste, en esta nueva realidad que presentan los valiosos instrumentos de tecnologías contemporáneas es donde debe fortalecerse la articulación del servicio y del trabajo humano, mediante la implementación de innovaciones recurrentes.

En el sentido del uso de las nuevas tecnologías y la funcionalidad-organización de empresas sobre todo públicas, existe consenso en que se deben tomar en consideración, fundamentalmente, como cimiento de toda planificación al respecto, dos aspectos: (i) pertinencia y coherencia innovadora de la transformación digital; y (ii) la siempre deseada simplificación administrativa. 

Estas bases orientarían el trabajo tanto en el nivel estratégico, operativo, funcional o de contingencia. No se trata de establecer la sofisticación tecnológica por sí mismas, sino como un medio de simplificación y agilización de funciones y resultados.

Como parte de las iniciativas mexicanas en cuanto a incorporar las nuevas tecnologías y la digitalización en los servicios públicos, se presentan varios interesantes principios que pueden ser guía para directores y gerentes en las entidades públicas. Estos principios -por demás pertinentes- son: (i) lo que existe presencial puede existir digital; (ii) reducir tanto como sea posible, la carga regulatoria sobre personas y empresas; (iii) ahorro de recursos, cero corrupción y sistemas públicos articulados.

A esos tres principios operativos y organizacionales básicos se agregan otros cuatro, no menos importantes: (i) una sola vía de atención: todos los problemas, todos los días, a toda hora; (ii) inteligencia de datos que fortalezca el desempeño eficaz y oportuno de las entidades; (iii) autonomía operacional y seguridad en el manejo de información y resultados; y (iv) la conexión de internet como un derecho en un contexto donde predominan la organización y funcionamiento de instituciones inclusivas.

Es innegable, con todo esto, que las nuevas tecnologías están revolucionando la forma en que operan las empresas, y el sector público en particular, y que esto puede verse muy positivamente influido en un sentido innovador. La integración de estas herramientas en los procesos gubernamentales puede generar un significativo impacto positivo en la eficiencia, la transparencia y la calidad de los servicios públicos.

De manera general, las áreas operativas que se pueden beneficiar grandemente en términos de operatividad, asignación de recursos y evaluación sistemática serían: automatización de procesos, en particular cuando se refiere a sistemas estandarizados, tales como manejo de documentos. Esto puede liberar recursos, especialmente humanos, a fin de que estos se dediquen a tareas más estratégicas y creativas.

Otra área de beneficio sería la de análisis de datos y servicios personalizados. Con las nuevas tecnologías se pueden procesar grandes volúmenes de datos de forma precisa y rápida, lo que repercutiría en una mejor y más oportuna toma de decisiones.

En cuanto a los servicios especializados, se pueden lograr mayores niveles de eficiencia -uso de recursos- eficacia- generación de productos previamente identificados- y oportunidad en la entrega de resultados a partir de conocer más en detalle las necesidades de los ciudadanos, las empresas y sus requerimientos de manera priorizada y focalizada.

Predecir eventos que requieren prevención y alertas también puede ser un área de influencia a partir de las nuevas tecnologías. Se recuerda aquí, la tragedia reciente de fines de octubre e inicios de noviembre de 2024 en Valencia, con lluvias torrenciales en la costa mediterránea de España. Y algo más, no menos importante, la lucha contra la corrupción y las malas prácticas administrativas también se pueden ver favorecidas por la digitalización y las más recientes innovaciones tecnológicas.

Se subraya, se requiere de voluntad política sostenida; las nuevas tecnologías pueden ser extremadamente útiles para mejorar la organización y funcionamiento de entidades privadas y públicas. Se puede mejorar notablemente la eficiencia, la transparencia y la calidad de los servicios que se ofrecen a los ciudadanos; no olvidando en todo esto, las implicaciones éticas de estos mecanismos innovadores.

*Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard. Profesor Titular, Escuela de Administración de la Universidad del Rosario