¿Por qué Guyana y Brasil apuestan por ampliar su producción petrolera? | El Nuevo Siglo
BRASIL Y Guyana apuestan fuerte por los combustibles fósiles, especialmente la producción de petróleo, que además de ser pilar de sus economías les permitirá invertir en energías renovables. /Archivo AFP
Martes, 18 de Junio de 2024
Pablo Uribe Ruan*

En la parte nororiental de Sudamérica, un país se ha robado el interés de los grandes inversionistas, no necesariamente por su tamaño o industria. Desconocida para muchos, Guyana descubrió una de las mayores reservas de petróleo del mundo hace diez años, aumentando exponencialmente su producción hasta los 400.000 barriles por día en 2023, nada despreciable para un país de tan solo 800.000 habitantes.

Esta carrera petrolera ha traído una serie de debates en el país, desde la clásica discusión sobre la incapacidad que tienen las economías extractivistas para producir transformaciones a largo plazo, hasta la posibilidad de que caiga en “la maldición de los recursos”, esta teoría asociada a los países que descubren un recurso natural, tiene un ciclo de crecimiento exponencial y, luego, entran en crisis.

Aparte de estas discusiones, el foco central ha estado en como el país está apostando a la producción petrolera en medio de la crisis climática que exige disminuir la producción de combustibles fósiles y apostar por las energías alternativas o renovables, como eje de la transición energética.

Con un PIB que ha pasado, entre 2019 a 2023, de US $5.170 millones a 14.700 ‒un salto de 184 %‒ el vicepresidente Bharrat Jagdeon ha dicho que el petróleo no solo permite aumentar los ingresos y emplear estos recursos en políticas sociales, sino que, además, resulta la principal fuente para financiar una sólida transición energética hacia energías renovables. Si no es con el petróleo, dice, Guyana no tendría suficientes recursos para invertir en energías renovables como la fotovoltaica, eólica o hidráulica.

“Necesitamos dinero del sector del petróleo y el gas para hacer nuestro país a prueba del clima y adaptarnos al cambio climático”, le ha dicho el vicepresidente Jagdeon a The Wall Street Journal. “El mundo desarrollado puede cambiar esto, pueden descarbonizarse más rápido, los mismos que nos dan lecciones. Estoy en paz con mi filosofía y mi conciencia”, sentencia.

La lectura que tiene el presidente de Guayana no dista mucho de la de otros presidentes de la región como Luiz Inacio Lula Da Silva, un defensor de la agenda verde quien ha decidido ampliar, tras su regreso a la presidencia, las capacidades petroleras de Brasil y convertir a Petrobras en la tercera empresa petrolera más grande del mundo.

En Brasil, el director de la plataforma P-71, Marcos Souza da Silva, explica que invertir en petróleo tiene como objetivo acumular más ingresos para consolidar la transición energética, bandera del gobierno actual. “Si miramos atrás, Petrobras pasó del petróleo terrestre al marino y luego a las aguas profundas. Ahora puede pasar a las renovables”, le ha dicho al The Financial Times. “El petróleo seguirá ocupando un lugar importante en la matriz energética junto a las renovables. Queremos hacerlo juntos”.

El bloque Stabroek

Conocida como la “Guyana Dubái”, nombre con el que apodó a este país el exministro de Economía de Brasil, Pablo Guedes, esta república suramericana que se independizó de Reino Unido en 1996 y tuvo su primera elección democrática en 1990 le debe su boom petrolero al descubrimiento del bloque Stabroek, un territorio en aguas guyanesas de 28.6000 kilómetros cuadrados en donde se calcula que hay más de 11.000 millones de barriles de petróleo equivalentes de reservas probadas.

Aunque el petróleo offshore ha sido descubierto hace 10 años, la explotación de crudo ha empezado hace cinco años, cuando un consorcio de compañías petroleras extranjeras (ExxonMobil, Hess) decidieron aliarse para explotar este yacimiento, una decisión que no solo significó el inicio de una nueva era como nación petrolera, sino la apertura de un conflicto con la Venezuela de Nicolás Maduro, que ha criticado la expansión de las capacidades petroleras de Guyana, aunque el bloque Stabroek no hace parte del Esequibo (territorio en disputa en tribunales internacionales).

En 400.000 barriles por día, la producción de petróleo en el bloque Stabroek de Guyana está prevista que alcance un promedio de 1,2 millones por día para fines de 2023, según los cálculos del presidente guyané, Irfaan Ali.

El aumento de la producción de nuestro crudo de grado medio con bajo contenido de azufre aporta ingresos gubernamentales proyectados en 10.000 millones de dólares (8.941 millones de euros) anuales para fines de la década”, confirmó el presidente Ali.

El milagro petrolero de Guyana ha venido acompañado con el descubrimiento del pozo Haimara-1, en el que, según Exxon, hay 63 metros de un yacimiento de arenisca de alta calidad que contienen gas condensado. Según el vicepresidente guyanés, Jagdeo, en este lugar podría hacer 16 billones de pies cúbicos de gas asociados, una posibilidad inmejorable para que Guyana combine la explotación de petróleo con la de gas, este último en máximos históricos desde que el principal productor de gas del mundo, Rusia, invadió Ucrania en febrero de 2022.

Presal, en Brasil

Debajo de Guyana, Brasil ha decidido ampliar su capacidad productiva alcanzando más de 3 millones de barriles de petróleo diarios, a pesar de la agenda verde que defendió Lula durante las elecciones del año pasado.

Brasil busca convertirse en el quinto productor mundial ‒hoy es noveno‒ por encima de Irán, Canadá y Kuwait. Para ello, debe superar la meta de producción de 5,4 millones diarios de barriles, meta que parece cumplible dada la magnitud de Presal, una reserva marina rica en petróleo atrapada bajo una capa de sal de 2.000 m de espesor descubierta por Petrobras en 2006, que a su vez se encuentra bajo sedimentos de 2.000 m de espesor, según “Technology Offshore”, un portal especializado en información petrolera.

“La producción del presal aumentó de 41.000 b/d en 2010 a 2,3 millones el año pasado, impulsando unos beneficios anuales récord de 188.000 millones de reales (39.000 millones de dólares) y unos dividendos de 216.000 millones de reales en la empresa”, escribe este portal.

Con este ambicioso plan, Brasil, así como Guyana, apuesta por aumentar su producción petrolera hasta 2030, independientemente de si esto afecta su agenda verde. Para Lula, el máximo líder de Suramérica y defensor en foros de la lucha contra el cambio climático, los combustibles fósiles siguen siendo pilar de la política nacional.

Así lo expone, el secretario Nacional de Petróleo de Brasil, Pietro Mendes.No vemos ningún tipo de contradicción”. “Como empresa energética integrada, podemos utilizar lo que generamos en la producción de petróleo y gas para invertir en energías renovables”.