EN UNA inédita situación se encuentra el Departamento de Justicia de Estados Unidos por el curso que deberán seguir los procesos penales que le sigue a Donald Trump, tras su contundente victoria presidencial.
Suspenderlos, aplazarlos y hasta cerrarlos son los escenarios que están bajo detenido análisis no solo por cumplir su política iniciada hace medio siglo de no investigar a un presidente en ejercicio, sino porque tras hacerse a 312 grandes electores pasando de lejos los requeridos para volver a la Casa Blanca y respaldado por más de 73 millones 600 mil votos a nivel nacional, sería inédito, bochornoso y equivocado mensaje especialmente para la comunidad internacional que prosiguieran con las tres causas judiciales contra el electo mandatario.
Y un primer indicio de que al menos tres de los cuatro que se le siguen a Trump quedarían en “el congelador” fue la solicitud que el fiscal especial Jack Smith hizo el miércoles de suspender las investigaciones federales contra el líder republicano, que asumirá el mando este 20 de enero, mientras evalúa con el Departamento de Estado el camino a seguir. Agregó que a comienzos de diciembre presentaría una propuesta.
Sin embargo, se conoció que esa misma oficina contempla abandonar los dos procesos federales debido a que un presidente en funciones no puede ser procesado bajo la política del Departamento de Justicia de su propia Administración y, por ello, el fiscal necesita "tiempo" para determinar qué hacer con la causa, según informó Bloomberg.
"(Necesita) Tiempo para evaluar esta circunstancia sin precedentes y determinar el curso apropiado a seguir en consonancia con la política del Departamento de Justicia", agregó esa oficina de Smith, quien lideró la ofensiva judicial contra Trump con la que la élite demócrata buscaba frenar electoralmente y que ahora está en alto riesgo de escuchar, como en el reality “El Aprendiz”, la famosa frase “estás despedido” si el nuevo inquilino cumple con su ‘amenaza’ de hace semanas cuando aseguró que si ganaba las elecciones, “en dos segundos” sacaría a ese funcionario sin que hubiera problema alguno, pues goza de "inmunidad", según la decisión que a principios de julio adoptó la Corte Suprema.
En una primera respuesta al fiscal, la jueza federal para el distrito de Columbia (Washington), Tanya Chutkan, decidió suspender temporalmente el caso contra Trump por presunta interferencia electoral.
Conspiración para defraudar al gobierno estadounidense, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción o intento de obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración para violar derechos civiles son los cuatro delitos endilgados por el fiscal Smith al líder republicano por presuntamente impedir la certificación de la victoria de Biden, incluyendo presionar a su vicepresidente Mike Pence que fungía como presidente del Senado, tras denunciar un presunto fraude en Georgia.
Smith también le endilgó azuzar a sus seguidores para que marcharan hacia el Capitolio, como efectivamente lo hicieron el 6 de enero del 2021.
Trump que ha dado la cara en todas las causas penales abiertas en su contra, se declaró inocente de todos los cargos. Y si antes de la elección presidencial no había fecha para el juicio, ahora, con la decisión de la juez de suspender el caso es altamente probable que se aplace indefinidamente o se deseche, aunque se desconoce el cómo, ya que la única manera sería que el fiscal especial lo retirara.
Otro caso estatal es por presunta interferencia electoral en el condado de Fulton (Georgia) en 2020 y que tiene como base una llamada que Trump hizo al secretario del estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que supuestamente le pidió que “encontrar” los votos que necesitaba para ganar en ese estado.
Por ese hecho fue acusado de 41 cargos en agosto del año pasado, pero el juez del condado, Scott McAfee, desestimó nueve de ellos. El proceso está suspendido a la espera de una decisión del tribunal de apelaciones sobre la impugnación que se hizo al fiscal del distrito Fani Willis.
En el cronograma, los argumentos orales están programados para el 6 de diciembre, pero al igual que en el proceso anterior es poco probable que avance.
Los expertos aseguran que, a diferencia de los cargos de subversión electoral presentados por el fiscal especial Jack Smith, el caso de Willis estará aislado de cualquier posible intromisión de Trump. Así, no podría perdonarse a sí mismo ante una condena a nivel estatal, ni quitar del cargo a los fiscales del condado de Fulton que presentaron los cargos, según expresa un artículo de BBC.
Condenado, pero…
"Nosotros, el jurado, hemos llegado a un veredicto": la frase, pronunciada poco antes de las 16:30 horas del 30 de mayo en el tribunal de Manhattan, en Nueva York, hizo historia.
Al cabo de varias semanas de un proceso ultra mediático, Trump fue declarado "culpable" de los 34 cargos que se le imputaron por el pago oculto a una exactriz porno para comprar su silencio durante la campaña de 2016
Así, el líder republicano se convirtió en el primer expresidente estadounidense condenado penalmente y lo que los demócratas esperaban fuera un ‘golpe mortal’ para su candidatura presidencial, se convirtió en todo lo contrario: un alto impacto mediático a su favor y cierre de filas de sus partidarios que consideraron, al igual que muchos ciudadanos, excesivos los 34 cargos que se le endilgaron por un delito menor, como fue básicamente fue una falsificación de registros contables.
Se esperaba que el 11 de julio el juez de origen colombiano, Juan Merchan, emitiera la sentencia, pero tras la amplia inmunidad que concedió la Suprema al exmandatario, la aplazó para el 18 de septiembre, fecha también modificada al aceptar la petición de la defensa que argumentó que un fallo tan cercano a las elecciones podría ser interpretada como una forma de interferencia electoral.
Pero Trump pidió que la sentencia se retrasase, alegando que un fallo tan cercano a la cita en las urnas sería una forma de interferencia electoral. Merchán se lo concedió, estableciendo como fecha este 26 de noviembre.
El juez Merchán debe emitir una condena, pero sea cual sea e indistintamente de su severidad, el presidente electo la cumplirá una vez concluya su mandato en cuatro años.
El otro proceso que la justicia le tiene a Trump es por el manejo de documentos clasificados en su mansión de Mar-a-Lago, igual que hizo el actual mandatario Joe Biden cuando fungió como vicepresidente y que guardó en una oficina en Nueva York y una residencia privada.
A diferencia de este último, el fiscal Smith le endilgó siete cargos al expresidente, desde obstrucción de la justicia, destrucción o falsificación de registros, conspiración hasta declaraciones falsas. Con lo que no contaba el funcionario es que ante un recurso presentado por la defensa de Trump, la jueza del distrito, Aileen Cannon, dictaminó que el nombramiento de Smith fue inconstitucional, por lo que archivó el proceso.
En esperada reacción el fiscal presentó un recurso ante un tribunal de apelaciones, argumentando que la jueza “pone en peligro la forma en la que el Departamento de Justicia funciona desde hace tiempo y pone en duda cientos de nombramientos en todo el Poder Ejecutivo”. Se está a la espera del pronunciamiento.
Independientemente de cuál sea el proceso, Donald Trump estará blindado de cualquier decisión judicial federal en su contra, ya que no podrá hacerse efectiva hasta que culmine su período presidencial, el 20 de enero de 2028. Además, es muy seguro que cuando asuma cambie al secretario de Justicia, cargo para el que ya hay una amplia baraja, y consiga que ese Departamento retire los cargos en tres de los procesos, porque en del fraude fiscal está a la espera de conocer su condena.