El nuevo jefe de gobierno italiano, Giuseppe Conte, logró este martes la confianza del Senado, que aprobó su investidura tras presentar una ambiciosa política "populista", centrada en la lucha contra la inmigración clandestina, reactivación del crecimiento y apertura hacia Rusia.
"Si populismo significa ser capaces de escuchar las necesidades de la gente, entonces lo reivindicamos", afirmó Conte, quien desde el viernes lidera al primer gobierno populista en un país fundador de la Unión Europea (UE).
El gobierno obtuvo 171 votos a favor, 117 en contra y 25 abstenciones. La aprobación definitiva debe llegar el miércoles, en la Cámara de Diputados.
Novato en política, desconocido para los italianos hasta hace dos semanas, Conte, abogado de 53 años, se enfrontó con convicción al hemiciclo del Senado.
Flanqueado por sus dos viceprimeros ministros, Luigi di Maio, líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5S, antisistema) y Matteo Salvini, de la Liga (extrema derecha), Conte anunció desde el principio que será el "garante" del "contrato de gobierno" firmado entre estos dos representantes de la mayoría.
"Soy un ciudadano que se declaró dispuesto a asumir esta responsabilidad de presidente del Consejo y a ser garante del contrato de cambio" declaró.
No obstante, dijo ser "consciente de la responsabilidad que asumí y bien consciente de las prerrogativas que la Constitución atribuye al presidente del Consejo".
Sin sorpresas, Conte confirmó los objetivos contenidos en el "contrato" de gobierno: reducción de la fiscalidad, lucha contra la inmigración clandestina, salario ciudadano -una especie de ingreso de inserción para los más pobres- y la revisión de ciertas reglas europeas, comenzando con el derecho de asilo previsto en el acuerdo de Dublín, que deja lo esencial de la carga de la acogida de migrantes a los países ubicados en primera línea, como Italia.
- 'Crisis migratoria' -
Durante el discurso, Conte insistió en un sistema "automático" y "obligatorio" de repartición de los solicitantes de asilo en Europa.
"Pondremos fin al 'negocio' de la inmigración, que aumentó desmesuradamente a la sombra de una falsa solidaridad", señaló, retomando las tesis de Salvini, también ministro del Interior.
Respecto a los asuntos europeos, Conte afirmó que la colosal deuda italiana debe reducirse, favoreciendo la creación de empleo y no con medidas de austeridad, conforme a los compromisos del M5S, al que es afín, y de la Liga.
Eso sí, no dio detalles sobre la financiación de las medidas previstas en el "contrato de gobierno", que podrían significar varias decenas de millardos de euros. Y si bien confirmó la voluntad del gobierno de instaurar una "flat tax", un impuesto a la renta de 15% y 20%, no dio ninguna fecha, al igual que para el salario ciudadano.
El jefe de gobierno reafirmó además la pertenencia de Italia a la UE y su voluntad de apertura hacia Rusia, aunque reafirmó la pertenencia de su país a la OTAN.
"Europa es nuestra casa", dijo Conte, quien agregó que aspira a una "Europa más fuerte pero también más justa".
"Seremos los promotores de una revisión del sistema de sanciones", dijo ante los senadores, 24 horas después de que el presidente ruso Vladimir Putin desmintiera cualquier intención de "desestabilizar o dividir" a la UE.
Conte debe acudir a Canadá para su primera cumbre del G7, por lo que la votación en la Cámara de Diputados, donde todo indica que será refrendado su gobierno, se hará sin su presencia.