MÁS de la mitad de los migrantes irregulares que llegaron a México el año anterior (51%) argumentaron el forzado exilio por las situaciones de violencia en su país de origen, la mayoría (U63%) tiene como meta el ‘sueño americano’ y 21% vivió en una nación diferente a la suya antes de desplazarse a este gigantesco territorio, puente entre América Central y el coloso del Norte.
Así lo revela el informe “Impacto del desplazamiento forzado en la movilidad humana: Reporte del monitoreo de protección en México 2023” de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) que en coordinación con varias organizaciones civiles realizó 6.387 entrevistas, en las que recogieron información de 15 mil personas de distintas nacionalidades en Ciudad de México y otra veintena de ciudades de ese país.
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Por el tamaño de la encuesta, las especificidades indagadas y la información objetiva lograda sobre los movimientos de personas refugiadas y migrantes en México, este monitoreo es una herramienta de ayuda para mejorar la respuesta de asistencia y apoyo ante las llegadas de miles de personas que buscan protección y una vida digna en este país.
Entre los encuestados, 71% de los haitianos señaló como causa de salida el temor por la situación general de violencia en la isla, la que vale destacar ha arreciado este año al punto de declararse la emergencia nacional, y 69% de los hondureños refirió haber sido víctima de violencia, amenazas e intimidación.
El mismo argumento de violencia, inseguridad y amenazas refirieron seis de cada 10 de los colombianos encuestados, misma relación de los ecuatorianos y un poco más baja la de nicaragüenses y venezolanos (cinco de cada diez).
Destacó el estudio revelado este jueves que más de la mitad de las mujeres mencionó haber sido víctima de violencia y amenazas directas, incluida la violencia doméstica, como principal causa de huida.
Más aún, 66% de las personas encuestadas refirió que su vida, seguridad o libertad correría peligro si fuera devuelta a su país de origen, y de ellas 54% dijeron que enfrentarían amenazas directas.
De ellas, 55 % viajaban en familias y 22 % lo hacían en familias monoparentales. Más de un tercio de quienes integraban las familias eran niños, niñas y adolescentes.
Para Acnur, esos porcentajes refuerzan la probabilidad de que muchas de las personas que ingresan a México de manera irregular tengan necesidades de protección internacional, por lo que insta a fortalecer los sistemas de asilo y procedimientos justos y eficientes.
La agencia destacó que es necesario identificar cuando las personas en movilidad necesitan protección internacional, pues de lo contrario se estaría violando el principio de no devolución.
Según Acnur, una tercera parte de las personas encuestadas tenía necesidades específicas de protección al ser madres o cuidadoras solas, sobrevivientes de abusos, o ser personas con condiciones médicas crónicas, mujeres embarazadas o lactantes, con discapacidad o adultas mayores.
El reporte detalla riesgos a los que están expuestas las personas para llegar a México y en su tránsito por el país. A su arribo, una de cada tres familias necesita apoyo de alojamiento y una de cada 10 está en riesgo de pernoctar en calle.
Una de cada tres personas no tenía ningún documento expedido por autoridades mexicanas, una situación que exacerba la vulnerabilidad ante los robos, extorsiones y amenazas o intimidación física.
De las personas encuestadas, 63% refirió que su país de destino era Estados Unidos, y 72 % declaró haber solicitado cita para presentarse en ese país con la aplicación CBP One (aplicación móvil para solicitar permiso de ingreso).
Para 26% de los migrantes irregulares su destino final era México. Entre las nacionalidades que más lo conciben así están los guatemaltecos, hondureños y cubanos. En contrario, para el 88% de los venezolanos encuestados es Estados Unidos.
Más de uno de cada cinco, 21% de personas encuestadas, mencionó haber vivido en una nación diferente a su país de origen por más de un año. Las principales nacionalidades que vienen de movimientos sucesivos son haitiana, venezolana y hondureña.
Los países de residencia más mencionados fueron Chile (32 %), Brasil (19%) y Colombia (17%). Las principales causas de salida del país de residencia previa fueron falta de empleo (61 %); haber sido víctimas de violencia, amenazas, intimidación o discriminación (30%) y falta de documentación (17%).
Las principales causas de salida del país de residencia previa fueron: falta de empleo (61%); haber sido víctimas de violencia, amenazas, intimidación y/o discriminación (30%) y falta de documentación (17%). Al no encontrar oportunidades de integración efectivas en los primeros países a donde se desplazaron, muchas personas emprenden el peligroso camino hacia el norte en busca de protección y una vida digna, observa el reporte de Acnur.
Casi la mitad de la población encuestada sufrió algún incidente de protección en su tránsito por la selva del Darién (Colombia-Panamá) y los países centroamericanos antes de llegar a México, destacando haber sido víctima de asaltos (23%), extorsión (17%), fraude (10%) y amenazas físicas o intimidaciones (ocho por ciento). Más de la mitad de las personas venezolanas, ecuatorianas y hondureñas sufrió al menos un incidente en la ruta.
En el norte de México, más de la mitad de las personas (56 por ciento) refirió haber sufrido algún tipo de abuso como robo (27 por ciento), extorsión (17 por ciento) y amenazas físicas o intimidación (15 por ciento) durante su tránsito por este país. La presencia de organizaciones criminales en Baja California, Chihuahua, Sonora, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, así como las dificultades que implica transitar por México sin documentación, significa un aumento de los riesgos mientras se avanza hacia el norte del México
Los hallazgos del monitoreo de protección documentan que cruzar México de manera irregular es igual de peligroso para las personas en situación de movilidad que la selva del Darién y los países centroamericanos. Estos hallazgos cuantitativos están en línea con la información obtenida en los grupos focales que Acnur realiza anualmente con la población en situación de movilidad.
De la población encuestada, 44% dijo vivir en un alojamiento privado, 15% en situación de calle y 32% en albergues de organizaciones de la sociedad civil. La población que más pernocta en situación de calle es la ecuatoriana (34 %).
Es importante destacar que existen diferencias entre nacionalidades con respecto al alojamiento. La mayoría de la población cubana, por ejemplo,
refiere tener un alojamiento privado (90%), mientras que solo 22 por ciento de la población venezolana consultada mencionó tener posibilidades de rentar una vivienda.
Parole y Comar
El estudio también revela que una de cada tres personas encuestadas no tenía ningún documento expedido por autoridades mexicanas, mientras que 7% dijo tener una Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias; seis por ciento constancia de inicio de trámite del reconocimiento de la condición de refugiado y 49% citas para acudir a la gubernamental Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados. (Comar), lo cual podría demostrar la presión que tiene el sistema de asilo ante la ausencia de vías alternativas de regularización.
Mientras, era alto el desconocimiento sobre el programa “Parole humanitario” que ampara a ciudadanos de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua. Quienes aplican pueden beneficiarse con “una autorización adelantada para viajar y un período de permanencia temporal de hasta dos años por razones humanitarias urgentes”.
Se preguntó a la población que participó en el monitoreo de protección si ha enviado una solicitud para ser considerado en el proceso de parole, solo 11 por ciento refirió haberlo hecho. Entre las principales razones para no solicitarlo destacaron: no cumplir con los requisitos (43%); necesitar más información sobre el programa (15%); desconocimiento de la existencia del programa (15%). La nacionalidad que más solicita acceso al mismo es Cuba.
Como se ve, la región mesoamericana se encuentra en uno de los momentos de mayor movilidad humana en su historia reciente, concentrándose finalmente en México, convirtiéndolo en uno de los cinco principales países receptores de solicitantes de asilo en el mundo. /Redacción internacional con Acnur