¿Y la oposición venezolana qué? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Martes, 24 de Julio de 2018
Redacción internacional
Sectores como el Frente Amplio analizan una posible huelga general. Mientras, FMI prevé que hiperinflación llegará a 1.000.000 % 
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La crisis en Venezuela ya no tiene color, ni bando. No respeta la hora, tampoco el lugar y mucho menos si está enfermo o necesita luz.  Otra vez, poco a poco, las calles han empezado a llenarse de protestas sectorizadas que coinciden en una misma consigna: ayuda humanitaria, primero, y, si se da, elecciones anticipadas.

En un escenario similar al de hace un año, matizado por índices radicalmente peores en materia económica y política, enfermeras y pensionados llevan protestando casi un mes para que se les reconozcan condiciones dignas a nivel laboral y la posibilidad de vivir su vejez con plenitud de garantías.

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Estas marchas, que bloquean algunas calles de Caracas, Maracaibo, San Cristóbal y otras ciudades del país, no han sido las únicas de este año. Según la ONG Observatorio Venezolano de Conflictividad Social,  unas 5.300 protestas se presentaron en el primer semestre de este año.

No es para menos: la situación, como han advertido organismos internacionales, es dramática. En una estimación publicada ayer, el Fondo Monetario Internacional prevé que la hiperinflación podría escalar dramáticamente a 1.000.000% a finales de año. A su vez Cáritas, organización a favor de los derechos de los niños, publicó un informe en junio en el que se dice que el 16,2% de los niños en el país padeció “algún tipo desnutrición” en 2017.

Mientras la hiperinflación escala 2,8% al día, como lo anunció José Guerra, diputado opositor, quien también hizo énfasis que es la misma que contabilidad a nivel anual “en Colombia o Chile”, el bolívar se devalúa abruptamente,  sin darle un respiro a los venezolanos que ven cómo el dinero ha perdido su valor y se ha convertido en “papel”.

En un artículo publicado la semana pasada por El País, de España, titulado “sobrevivir con salarios que no dan ni para una lata de atún”, se muestra la compleja situación para adquirir alimentos. Dice que “nadie puede comprar una lata de atún con el salario mínimo en Venezuela. El ingreso es de 5.196.000 bolívares o 1,5 dólares al mes al cambio no oficial (unos 1,3 euros)” y señala que esta situación ha llevado a muchos venezolanos a “sobreemplearse” para poder “alimentarse”.

Para tener idea de la variación del valor de la moneda basta comparar los precios de la casta familiar de 2017 con la de este. Según el Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas), en junio la canasta tuvo un precio de 378.300.618 bolívares, registrando un aumento del 30.660% en comparación con la del año pasado.

 

La oposición

Abrumada por la crisis política y económica, la dirigencia opositora no ha podido unificar un discurso que estipulado una hoja de ruta para los venezolanos. El silencio, más que todo, ha marcado sus acciones en los últimos meses.

Sólo en las elecciones presidenciales de mayo quedó claro que un sector dice una cosa y otro expresa otra. Minoritario, pero igual denunciante del régimen de Maduro, Henri Falcón se lanzó para eventualmente ganarle las elecciones al chavista, pese a que la mayoría de partidos decidieron abstenerse.

Esta diferencia llevó a que, después de derrotado y de denunciar la “invalidez” de los comicios, Falcón no lograra si quiere crear un grupo opositor consolidado. Esta realidad, dos meses después, se ha hecho más clara.

Por descrédito o por falta de unidad, los venezolanos no conciben un mando político opositor que, de alguna forma, active las marchas de hace un año. Las enfermeras o los pensionados se han lanzado a las calles como sectores independientes que reclaman unos derechos específicos sin necesidad de voceros políticos.

La oposición venezolana empieza a dar señales de una posible unificación. Esta semana será crucial para definir si se activa o no la huelga general

Esto ha demostrado que en Venezuela aparentemente la sociedad civil va por un lado y los líderes políticos por el otro. De ahí que exista dos grandes grupos opositores, “el Frente Amplio”, que engloba a sectores de la sociedad civil y partidos minoritarios, y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), una alianza entre los principales partidos opositores llena de fisuras.

El mes pasado, semanas después de las elecciones, uno de los partidos más grandes de la MUD (Acción Democrática) anunció su salida de la Unidad anunciando diferencias con las directivas. Esta decisión, dicen los analistas, era esperable, pero ha aumentado la desconexión política entre los ciudadanos y la dirigencias opositora.

Conscientes de la crisis política varios líderes opositores se reunieron la semana pasada para intentar construir una hoja de ruta que despeje en alguna medida la difícil situación en el país. Henrique Capriles, Tomás Guanipa, Henri Falcón, Henry Ramos Allup y Julio Borges, coincidieron en que es probable que se respalde la huelga general que diversos sectores de la sociedad civil en Venezuela están pidiendo.

Los resultados del encuentro fueron, según el periodista Víctor Amaya, buscar la unificación de agendas con base a objetivos comunes y seguir comunicándose para continuar discusiones y acercamientos.

El dirigente de “Marea Socialista”, Nicmer Evans, un movimiento de izquierda crítico con el chavismo, ha dicho que la huelga general, una idea del diputado por el estado de Bolívar Américo De Grazia,  “obliga a pensar en un paso previo, una jornada de huelga nacional de 8 horas laborales, acción consagrada como derecho en el artículo 97 de la Constitución, para lo cual se debe generar una urgente consulta de todos los sectores de la vida nacional”.

Evans explica, además, que  “hoy el país demanda una acción para la unificación de las fuerzas, para la coordinación de acciones y para la definición de la conducción política”, haciendo un llamado a los sectores de la MUD, pues hace parta del Frente Amplio.

Este llamado coincide con el hecho ayer por el exiliado político, Antonio Ledezma, quien hizo énfasis en “ponerse de acuerdo todos”  para, entre otras cosas, lograr “una intervención humanitaria para desarrollar el concepto de responsabilidad de proteger” estipulado en el Derecho Internacional.

La oposición venezolana empieza a dar señales de una posible unificación en medio de una crisis humanitaria sin precedentes en el continente. Esta semana será crucial para definir si se activa o no la huelga general.