Si no fuera por el daño que causan las mafias del cobre cada vez que hurtan el cableado de una red eléctrica, telefónica o los contadores del agua, serían algo así como un fantasma.
Nadie los ve, y si los ven no los denuncian, pero cada vez que desprenden un cable para extraerle el metal, los dejan sin el servicio de energía, teléfono, o agua, puesto que los contadores también son parte de su objetivo.
Las empresas de Energía Eléctrica y de Telecomunicaciones, por el hurto de los cableados, registran multimillonarias pérdidas y los usuarios del servicio de Acueducto y Alcantarillado deben pagar los medidores.
Pero, lo más grave, dijo un vocero de la Policía, ocurrió en Bogotá cuando en una de las cajas, donde se registraba el hurto del cableado de la Empresa de Teléfonos, los uniformados encontraron al autor de la acción criminal: un habitante de calle desnudo y embadurnado con materia fecal. No fue capturado.
Las empresas de telefonía informaron al EL NUEVO SIGLO que el fenómeno del hurto se da en dos modalidades: el de acometidas y el de redes multipar.
De acuerdo con la información del vicepresidente de Regulación de la Compañía Tigo – Une, Jaime Andrés Plaza, en la primera modalidad, la afección es sobre una sola instalación, al sustraer el cable que une la red secundaria con la casa, empresa o institución.
Sin embargo, en el hurto de redes multipar, los delincuentes atentan contra las redes primarias y secundarias, porque encuentran cables que contienen entre 20 y 4.800 hilos de cobre. Es decir, de 10 a 2.400 clientes potenciales. Cuando se atenta contra estas redes, los daños afectan sectores completos, incomunicándolos y dejando multimillonarias pérdidas materiales.
Actualmente existen Call Centers que han tenido que cambiar toda su infraestructura por el permanente robo de cable y también las entidades que se mueven solo por teléfono y por estas desconexiones.
Mientras tanto, los operadores de empresas de telecomunicaciones, de empresas de acueducto y alcantarillado no solo de Bogotá sino en todo el territorio nacional, se muestran sorprendidos por el hecho de que Colombia no produce cobre, pero sus exportaciones ascienden a más de 50 mil kilos.
“Se puede pensar que casi todo el cobre es producto de delito derivado del constante y permanente robo de cables y otros elementos de cobre”, precisan los funcionarios.
Para los servicios de inteligencia de la Policía y del CTI de la Fiscalía, hay dos clases de negocios y comercialización del cobre en Bogotá: el legal y el ilegal o clandestino. Este fenómeno también se presenta en gran parte del territorio nacional.
De acuerdo con las autoridades los antisociales casi que prefieren los medidores de agua, ya que al hurtar el contador de la energía corren mayor riesgo y podrían morir, porque no conocen cuál cable deben cortar sin electrocutarse. Los registros de la Policía dan cuenta que por lo menos unas 35 personas han perdido la vida en los últimos diez años por el hurto de los contadores.
De acuerdo con los cuadros estadísticos, Bogotá y Medellín son las ciudades donde más se roban las líneas de cable que contienen cobre y equipo para la prestación del servicio telefónico, de televisión e internet.
“Cuando se producen los robos del cableado, de las tomas y acometidas, miles de clientes se quedan sin ninguna señal: sin teléfono, sin televisión y sin servicio de internet”, dijo el vicepresidente de Regulación de la Compañía Tigo – Une.
Afirmó que sólo en lo corrido del presente año, la entidad registra más de $1.100 millones en pérdidas por robo de infraestructura.
Pero, gracias al desarrollo de la tecnología de punta, el flagelo del hurto de cable, en cuanto a incidentes, ha disminuido respecto a años como el 2006 y 2007, cuando se registraban extensos sectores de las ciudades desconectados, precisó.
El ejecutivo de Tigo – Une explicó que “la acción de las mafias del cobre cometen sus fechorías en los sectores conocidos como tierra de nadie. Aquí se contemplan los sectores rurales, los sectores comerciales e industriales”.
Este delito es considerado un “hurto calificado y agravado”, reglamentado en la Ley 1142 de 2007, artículos 240 y 241 y por esta razón la Policía está en la obligación de actuar frente a hechos de hurto de infraestructura de servicios públicos y dejar a disposición de la Fiscalía a los presuntos responsables de estas acciones criminales.
“Ahora las compañías de telefonía, las de Acueducto y Alcantarillado y de Energía trabajamos en forma mancomunada con la Policía y la Fiscalía, en un esfuerzo para llevar ante los estrados judiciales a los capturados y sorprendidos en flagrancia”, explicó el Vicepresidente de Regulación de Tigo – Une.
“El cobre por sus propiedades de gran importancia para el desarrollo de las sociedades: alta conductividad eléctrica y térmica, resistencia a la corrosión y durabilidad, entre otras propiedades, seguirá siendo utilizado por las empresas, mientras se desarrollan las nuevas tecnologías que desestimulen esas acciones criminales”, señaló.
“La nueva tecnología nos permite avanzar en redes inalámbricas y en la fibra óptica que permite la transmisión de comunicaciones telefónicas, de televisión, de Internet a gran velocidad y distancia, sin necesidad de utilizar señales eléctricas y hace posible que se realicen miles de llamadas telefónicas a la vez”, agregó Plaza.
La ETB
Así mismo, el presidente de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá, ETB, Saúl Kattan Cohen, afirmó que “la tendencia en este tipo de incidentes sigue a la baja. Desde el año 2012 se ha registrado un descenso considerable en el número de incidentes. Esta noticia positiva obedeció a la aplicación de una serie de políticas adelantadas por la compañía, que han arrojado resultados satisfactorios, entre ellas, el diseño e implementación de la tecnología en las llamadas tapas antirrobo”.
Aseguró que “esta innovación tecnológica patentada por ETB, en los cierres de las tapas de las cámaras de la empresa en Bogotá, permitió reducir los reportes de vandalismo de los últimos once años en un 58%. Es un éxito más de la transformación de la empresa”.
De otra parte, afirmó que el fenómeno del hurto del cable de cobre, obligó a la entidad a pensar en el futuro con el desarrollo de nuevas tecnologías de punta, implementando la fibra óptica que se convirtió en un mejor servicio para el usuario, espantando los prolongados cortes por el robo.
“Para 2016, el 80% de la ciudad estará cubierto con la nueva red. Para ello usamos la capacidad propia de la empresa con años de inversiones y con sus redes aéreas y canalizadas. No hubo necesidad de romper una sola calle para instalar Fibra Óptica”, acotó Kattan Cohen.
“La instalación de la fibra óptica y televisión interactiva digital avanza en la capital del país, pues se trata de un plan estratégico de la compañía. Hoy contamos con miles de hogares conectados a esta red y otros usuarios conectados con la plataforma de la televisión interactiva digital”, insistió el señor Kattan Cohen.
“El número de incidentes contra la infraestructura de cableado de la compañía descendió una vez más, pues a corte de junio 30 del año en curso, los incidentes contra la infraestructura de ETB por hurtos de cable de cobre fueron por el orden de 856”, acotó.
“Hablando en cifras concretas tenemos un descenso por el orden del 15% en eventos durante 2014 con respecto a 2013 y obedece a una serie de políticas adelantadas por la compañía, que han arrojado resultados positivos, entre ellas, el diseño e implementación de la tecnología en las llamadas tapas antirrobo”, indicó.
Explica que la innovación tecnológica patentada por ETB en los cierres de las tapas de alcantarillas en Bogotá permitió reducir los reportes de vandalismo, de los últimos once años, en un 58%.
Explicó que un equipo multidisciplinario de la Vicepresidencia de Infraestructura, liderado por el ingeniero Héctor Suárez, fue el creador de la Tapa con Tornillo Central, que junto a sus posteriores desarrollos como la Tapa para el Candado Rotatorio fueron galardonados con el premio internacional a la innovación Accenture 2012.
“La empresa cuenta con 120 mil tapas en toda la ciudad, de las cuales 80 mil son redondas y 40 mil cuadradas. Con esta tecnología el erario distrital ha ahorrado $28.020 millones anuales, dinero que era destinado a hacer reposiciones de cobre, visitas de inspección y recuperación del servicio”.
Codensa
Mientras tanto, la Empresa de Energía Eléctrica, Codensa, en los últimos 3 años registra pérdidas superiores a los 9.844 millones de pesos y en el mismo lapso, es decir, desde el 1 de enero del año 2011 al 31 de diciembre de 2014, fueron hurtadas 82 toneladas de materiales “no ferrosos” como cobre y aluminio.
La funcionaria de comunicaciones de Codensa, Andrea Delgado, explicó que en el año 2012 fueron hurtadas 32.60 toneladas de cobre y aluminio, valoradas en 3.928 millones de pesos; en el 2013 se registró un total de 28.74 toneladas, valoradas en $3.299 millones y en el 2014, el balance superó las 21.11 toneladas valoradas en $2.617 millones.
Destacó que “es importante resaltar que en la mayoría de los casos, el mayor costo de estos hurtos es el riesgo que se presenta, tanto para quienes lo hacen, como para la población en general. En muchas ocasiones el robo de cable deja sin servicio de fluido eléctrico a una zona importante de la ciudad, o peor aún, representa un riesgo para la vida de alguna persona que transite cerca de donde sucedió el hecho, pues la infraestructura queda energizada”.
Más de $3.500 millones
El director de Apoyo Comercial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, Jorge Iván Valencia, reveló que en los últimos 18 meses se han recibido 19.225 solicitudes de cambio de medidores y accesorios por hurto en la capital del país y en consecuencia los usuarios deberán pagar unos $3.500 millones.
Denunció que “en Bogotá se registra la presencia de bandas organizadas de hurto de medidores y por esta razón vemos con preocupación que desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre del 2014, se registró el hurto de 12.131 medidores y en lo corrido del año de 7.094. Es decir, tenemos una cifra redonda de 19.225 medidores hurtados en este lapso”.
Explicó que la entidad ante los permanentes hurtos y las cifras que deben sufragar los usuarios de la empresa, “optó por hacer frente a la criminalidad que se lucra con esta actividad, porque es atractivo el precio una vez es chatarrizado y lo puede vender por kilos, reemplazando los medidores de cobre por equipos de plástico que no pueden ser vendidos por material reciclable”.
Explicó que el nuevo medidor que se instala tiene un costo en promedio de $180 mil y pasa a ser propiedad del usuario.
“Los medidores de cobre están desapareciendo no solo en Bogotá sino en todo el país, precisamente, para hacer frente a la criminalidad. Los medidores de ese metal son poco precisos y además porque se prestan para todo el tema del hurto”.
El funcionario aseguró que la entidad no registra pérdidas por el hurto de los medidores, pero “el cliente sí y el medio ambiente. El cliente paga el medidor y además sufre el medio ambiente, porque cuando se roban un medidor, se registra una pérdida de agua potable muy considerable, además de las incomodidades para los transeúntes o para los bienes inmuebles por inundaciones o afectaciones a muebles y electrodomésticos”.
Denunció que en “algunas ocasiones cuando hurtan el medidor, también hurtan la tapa y la cajita donde se instalan, convirtiendo el lugar casi que en una trampa mortal para los ciudadanos, convirtiéndose como una gran afectación”.
El funcionario también denuncio que “los criminales, a pesar de que saben que los nuevos medidores no los compran por chatarra, se los siguen hurtado, solo para hacer el mal y causar perjuicios a los usuarios. Aquí tenemos un tema de cultura ciudadana importante”.