Coleccionistas de carros clásicos: una pasión sin freno | El Nuevo Siglo
Freddy Mendoza, director de la Feria Antiguomotriz.
Cortesía Antiguomotriz
Sábado, 9 de Septiembre de 2023
Redacción Bogotá

Cuando uno de los automotores que tienen más de 35 años de vida sale a las vías públicas de la capital del país, el gusto es para toda la sociedad. Sus propietarios se muestran felices y orgullosos de las joyas que han construido poco a poco y los ciudadanos que los observan quedan por lo regular estupefactos.

Uno de los tantos coleccionistas de automóviles clásicos en Bogotá es Freddy Mendoza, director de la Feria Antiguomotriz, un espacio en el que aficionados se reúnen para explorar y explotar esta pasión. 

En la calle 12C # 3-78, en La Candelaria, centro histórico de Bogotá, un parqueadero recibe el último domingo de cada mes desde hace 17 años a los aficionados de autos antiguos que quieran tener la facilidad para compartir esta experiencia con amigos y familia.

“Antiguomotriz nació de la necesidad de los aficionados de tener un espacio donde reunirnos para intercambiar piezas, compartir experiencias de las restauraciones, conocer a los mecánicos, los restauradores y los pintores que se dedican a los carros antiguos. El aporte de estos espacios y encuentros es muy grande. De por sí solamente cada carro tiene su historia debido a los años que ya tienen, entre 50 y 80, y que todavía están por ahí transitando”, señaló Freddy.

Esta feria hace honor a su aporte a través del eslogan que los identifica: "Cultura del auto antiguo", un conjunto de palabras apropiadas para quienes consideran a los autos antiguos parte de su vida y de su crecimiento familiar.

“Es muy importante también destacar el interés de la juventud y de los niños que ven un carro antiguo y realmente se asombran. Para ellos es muy interesante ver un carro diferente a todos los carros que están actualmente transitando, entonces en las nuevas generaciones los autos antiguos también han causado un gran impacto”, resaltó Freddy. 

Su primer acercamiento con este apasionante mundo fue hace aproximadamente 25 años, cuando recibió un vehículo antiguo como parte de pago de un carro familiar en venta. 

“Fue un Buick 1950 que aún conservo. Ahí empezamos con un hermano a interesarnos por los autos antiguos y el resultado de esa fiebre, goma o enfermedad, como yo siempre lo he catalogado, nos llevó a crear Antiguomotriz. Actualmente poseo cuatro autos antiguos y ahí vamos con la misma fiebre y la misma pasión de los autos antiguos”, recordó.

No todo ha sido fácil, pues Freddy explicó lo complicado que es el mantenimiento de estos vehículos. 

“Son vehículos costosos, que requieren repuestos costosos y al tener más de dos toca pensar en dónde los va a guardar, tener los espacios de los parqueaderos, estar pendiente de que los carros funcionen y realmente no es muy fácil tenerlos. Para conseguir los repuestos también es complicado, si se consiguen toca importarlos y si se importan son costosos. Son proyectos bastante engorrosos de lograr. Las restauraciones también son complejas, porque no es fácil conseguir a un buen restaurador y si se consigue es bastante costoso”, explicó. 

No obstante, han sido más las experiencias positivas conociendo a muchas familias y personas en general que comparten su pasión por los autos. “Nos ayudamos entre todos porque por ejemplo si a alguien le sobra alguna pieza, pues se vende, se regala, se le dice en dónde la puede conseguir, entonces en ese caso las experiencias positivas son muy gratificantes”, sostuvo. 

Para ser parte de Antiguomotriz, los interesados no necesariamente deben tener un auto antiguo, simplemente ser aficionados y apasionados por este hobby

“Muchas personas que venden repuestos, que no tienen auto antiguo y que venden souvenirs de carros antiguos también están vinculadas a Antiguomotriz. Realmente la cantidad de personas que están vinculadas a este evento son muchísimas, podemos decir que son más de mil”, señaló. 

Una pasión de toda la vida

Jaime Vargas, socio de BMW Club Clásicos Colombia, compartió con EL NUEVO SIGLO que desde muy niño sus primeros regalos eran juguetes, carritos, y poco a poco los fue coleccionando.

“Si bien jugaba con ellos a diario, los cuidaba como mis más grandes tesoros. Posteriormente, cuando fui creciendo, mi afición también se amplió y empecé a fijarme más en los carros de verdad, en las marcas, en los modelos, los tipos de carros, en los colores y las cualidades de cada uno de ellos. Ya adulto, apenas pude, empecé a comprarlos, restaurarlos, cuidarlos, valorarlos, pero sobre todo a disfrutarlos”, relató Jaime. 

A su turno, Jorge Luque, miembro de la Junta Directiva de  BMW Club Clásicos Colombia, explicó a este medio con entusiasmo los beneficios que otorga ser propietario de un vehículo clásico, más allá de la satisfacción misma de obtener las tan anheladas placas azules que certifican al automóvil como antiguo o clásico.

“Ya no tienen que acatar la revisión técnico-mecánica exigida por el Gobierno nacional, sino que al ser un carro con tal nivel de originalidad, se exime de esta revisión porque se presume que está en un estado muy bueno. Asimismo, no aplican las leyes para la emisión de gases, porque si las emitiera al ser tan viejo, pues no funcionaría y se quedaría varado. Además, pueden sacar el SOAT por períodos de tres meses porque son carros que casi nunca se sacan”, explicó. 

En este caso, quienes estén interesados en unirse al Club deberán hacerlo teniendo entusiasmo y preferiblemente un BMW que no sea nuevo sino viejo. 

“Nosotros no somos un club de carros, somos un club de personas que encontramos en los carros una excusa para reunirnos”, enfatizó Jorge.

Dos versiones

El mundo de los vehículos clásicos y antiguos es tan amplio que los tecnicismos, en ocasiones, dificultan la facilidad para entender cada categoría. No obstante, Jorge Luque explicó que el clásico es distinto al antiguo.

“Un vehículo clásico aplica en Colombia para aquel carro que su época de matrícula supera los 35 años y así se pueden solicitar las placas azules. El auto antiguo, si no estoy mal, es el que está de la Segunda Guerra Mundial para atrás, que de hecho son muy pocos”, señaló. 

Por su parte, Freddy Mendoza sostuvo que para que un auto sea catalogado como antiguo debe tener mínimo 35 años de antigüedad y cumplir con todas sus características físicas de originalidad, teniendo en cuenta el motor, caja, transmisión, la pintura y otros factores que no son obligatorios, como los frenos.

“Por supuesto los de esa época eran muy poco eficientes y por eso en la actualidad se pueden cambiar para que queden con la categoría de antiguos. Los autos clásicos también deben cumplir con las mismas características de los antiguos, pero deben tener más de 50 años de antigüedad y son una serie de vehículos que están catalogados por una asociación americana de vehículos antiguos. Sólo esos pueden ser clásicos. Aquí en Colombia no hay tantos autos clásicos”, señaló.

Lo cierto es que, independientemente de los tecnicismos, tanto Antiguomotriz como BMW Club Clásicos Colombia han dedicado tiempo y esfuerzo a fortalecer la cultura de estos vehículos convertidos en museos rodantes. 

Por esa razón, ambos grupos anunciaron importantes eventos para el año en curso. Antiguomotriz realizará el domingo 26 de noviembre un gran encuentro anual con todos los clubes de autos antiguos, que tendrá lugar en la Plaza de Toros Marruecos, vía a Subachoque. 

A su turno, BMW Club Clásicos Colombia llevará a cabo el 7 de octubre una actividad en el Autódromo de Tocancipá para celebrar sus 20 años con una exhibición de carros de los años 70, 80, 90 y los dosmiles, entre otras actividades relacionadas.