Quedarse sin sede, porque Ecuador dijo que no va más como país garante, un factor más de este proceso parece estar al garete, no solo por este hecho sino porque la agenda no presenta mayores avances y la posibilidad de lograr un cese el fuego bilateral en este momento se ve lejano
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Cumplidos catorce meses de las tratativas de paz que el gobierno del presidente Santos adelanta con el Eln, el futuro luce incierto porque los avances en la agenda son mínimos, la confrontación armada no se ha desescalado en lo más mínimo y ahora, para completar, Ecuador desistió de seguir como garante; y por ende, los equipos negociadores de las partes tendrán que buscar una sede distinta a Quito para mantener la mesa.
También se debe mencionar que a este Gobierno apenas le quedan cuatro meses y la decisión de darle continuidad a esta negociación dependerá del próximo presidente. Al respecto varios candidatos se han mostrado escépticos porque aseguran que el Eln no ha mostrado hasta el momento voluntad de paz.
El refranero popular dice que cada día tiene su afán y por ello la principal preocupación para el Gobierno en este momento, es encontrar una nueva sede fuera del país para las conversaciones de paz y que sea aceptada por el Eln, entre los países garantes Brasil, Chile, Noruega y Cuba.
Frente a ello el alto Comisionado de Paz, Rodrigo Rivera, explicó que "ahora esperamos los anuncios de la mesa de Quito para mantener el proceso y trasladarlo a un lugar apropiado".
Añadió sobre estos países garantes del proceso con el Eln, “lo que hemos recibido es la mejor disposición de los países garantes e incluso de su disposición de ser anfitriones”. No obstante aclaró que el otro garante, Venezuela, está descartado para estos propósitos.
"Francamente creo que la primera opción es la que está considerándose con los países que están comprometidos como garantes: Chile, Brasil, Cuba y Noruega. Esperamos que hoy (ayer) podamos tener esta decisión o lo más antes posible para finalizar este ciclo", indicó el Alto Comisionado para la paz.
Rivera señaló sobre la decisión del presidente ecuatoriano Lenín Moreno, de cerrar su país la puerta a la negociación con el Eln, tras catorce meses desde que Quito sirviera como sede, que se origina en la oleada delincuencial que ha vivido esa nación en los últimos meses. “Estamos acostumbrados con esta clase delictiva que ha golpeado a Colombia, pero el Ecuador no; y esto ha impactado enormemente al país vecino".
Esta decisión del presidente Moreno se dio después de que una disidencia de las Farc al mando de alias ‘Guacho’, Walter Patricio Arizala Vernaza, de nacionalidad ecuatoriana, asesinara en días pasados a tres integrantes de un equipo periodístico del diario El Comercio de Quito, que había secuestrado.
El pasado miércoles, la canciller María Ángela Holguín, dijo que “el presidente Santos comprende las razones por las cuales el presidente Moreno decidió apartarse de su condición de garante y de anfitrión de estas negociaciones”.
Además agradeció a Ecuador, “a su gobierno y al pueblo ecuatoriano, toda la generosidad que han tenido al acoger y facilitar las negociaciones de paz con el Eln, que desde febrero de 2017 se vienen llevando a cabo en ese país”.
Agenda no avanza
La negociación con el Eln no ha avanzado en su agenda a pesar de que suma catorce meses, durante los cuales el mayor logro ha sido el cese el fuego bilateral que las partes acordaron por tres meses, el cual feneció el pasado 9 de enero.
Tras la finalización del cuarto ciclo a principios de diciembre pasado, el Gobierno y el Eln en un comunicado destacaron que se pusieron en marcha y se finalizaron las audiencias preparatorias previstas con la sociedad civil, las cuales, constituyen el primer paso para el desarrollo del punto número uno de la agenda sobre ‘Participación de la sociedad en la construcción de la paz’.
No obstante la agenda de negociación contempla cinco puntos más, la mayoría de los cuales ni siquiera se han tocado en la mesa: democracia para la paz; transformaciones para la paz; víctimas; fin del conflicto; e implementación de lo acordado.
En este momento que se produjo la abrupta decisión de Ecuador de deslindarse de este proceso, se desarrollaba el quinto ciclo de negociaciones, el cual arrancó el pasado 14 de marzo tras dos meses de suspensión ordenada por el presidente Santos por la escalada terrorista que emprendió el Eln justo al finalizar el cese el fuego bilateral.
Tregua en veremos
Tras la experiencia del cese el fuego bilateral entre octubre y enero pasados, que aparte de algunos reparos el Gobierno y el Eln calificaron como positivo, las partes manifestaron su deseo de pactar una nueva tregua; sin embargo, el tema en un principio se dilató por el cambio en el jefe del equipo negociador de Santos, debido a la renuncia de Juan Camilo Restrepo, quien fue remplazado por Gustavo Bell; y luego el tema se complicó por la escalada de actos terroristas que esta guerrilla produjo.
Hechos como el atentado con bomba contra una estación de Policía en Barranquilla, que cobró la vida de seis uniformados e hirió a 40 más, colmó la paciencia de Santos, quien inmediatamente hizo regresar a Bogotá a sus negociadores en Quito y además suspendió el inicio del quinto ciclo hasta que el Eln hiciera gestos de paz.
En ese espacio de tiempo, las Fuerzas Militares arreciaron operaciones contra el Eln, en tanto que esta guerrilla desarrolló un paro armado y no frenó en sus acciones terroristas. Hasta que en febrero pasado anunció una tregua mientras las elecciones parlamentarias.
Este hecho, reconocido por Santos junto con la mediación de los países garantes, llevó a que la negociación se descongelara e iniciara el quinto ciclo, en donde las partes nuevamente manifestaron su interés en un cese bilateral, pero hasta el momento esto no ha pasado de una mera intención.
Escepticismo de candidatos
El aspirante Germán Vargas ha criticado los pocos avances en esta negociación así como el hecho que esta guerrilla al tiempo que se ha sentado a la mesa en Quito, no para en su accionar terrorista en Colombia.
El candidato advirtió al Eln que se le acaba el tiempo y anunció que si no da verdaderas muestras de paz de aquí a los comicios presidenciales, levantará la mesa porque no está dispuesto a mantener un diálogo estéril. “No puede el país repetir la historia del Caguán”.
Mientras que el uribista Iván Duque dijo que “a esa ópera, esa pantomima, ese sainete que tienen en Quito, donde hablan de paz y aquí cometen fechorías, le llegó su tatequieto, porque cuando lleguemos a la presidencia les vamos a decir: se concentran, suspenden actividades criminales, tienen un tiempo perentorio, y puede haber reducción de penas, pero no ausencia de penas. Si no les sirve los vamos a perseguir”.
Sergio Fajardo y Gustavo Petro han dicho que apoyarán la negociación con Eln, salvo que persista en su accionar terrorista. Mientras que Humberto de la Calle ha señalado “como colombiano rechazo contundentemente los actos terroristas del Eln. Les exijo seriedad y respetar lo acordado, y al Gobierno no desanimarse y seguir con los diálogos que son el mejor camino para la paz”.