Durante una reunión con alcaldes, el presidente electo Iván Duque sostuvo que, conforme a lo que había anunciado en la campaña, con la colaboración de la Fiscalía buscará acabar con la dosis mínima de aprovisionamiento de estupefacientes.
“Necesitamos obrar con la Fiscalía para desmontar ese sistema del que se están valiendo los jíbaros para seguir llevando el veneno de las drogas a las calles”, dijo en aquella oportunidad.
Como era de esperarse, el planteamiento revivió la polémica que siempre ha suscitado el tema.
El senador Antonio Guerra, de Cambio Radical, le expresó a EL NUEVO SIGLO que “me parece que deberíamos mantener lo que hoy existe, obviamente con mayor rigurosidad y mayor control. Volver abrir esa discusión es volver a polarizar al país sobre el tema”.
En cambio, el senador del Centro Democrático, Ernesto Macías, sostuvo que “hay que prohibir la dosis personal. Eso lo dijimos en la campaña. Es un compromiso del presidente Iván Duque y desde luego tiene todo nuestro respaldo para eso”.
En igual sentido se pronunció el senador conservador Juan Samy Merheg, quien recalcó que sí se debe generar algún control: “Creo que el tema de las dosis mínima está incentivando y está impidiendo que las autoridades puedan hacer su labor efectiva. El incremento del uso de narcóticos en las regiones demuestra que algo tenemos que cambiar y que tenemos que definir una ruta para que ese crecimiento no siga”.
Para el senador Juan Diego Gómez, también del Partido Conservador, “ese es un camino muy importante para que Colombia pueda corregir el rumbo que tomó después de que se empezó a legalizar la dosis mínima, y pasamos a ser un país productor a un país consumidor con grandes problemas sociales”.
Sin embargo, para el senador Roy Barreras, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), el camino de la prohibición sería un error histórico y un retroceso monumental.
“La guerra fracasada contra las drogas en el mundo que hace que Colombia ponga los muertos mientras que los consumidores ponen la nariz, logrará con más prohibición y más persecución a los jóvenes consumidores aumentar el precio en las calles para que ganen más plata los mafiosos. Ese es el camino equivocado. El camino correcto que está el mundo observando es el de la despenalización global de las drogas para convertirlas en un problema de salud pública y no de política criminal”.
Barreras hizo notar que “no conozco ningún muerto por marihuana, pero sí miles de muertos por la mafia, por culpa de la prohibición”.
Tampoco avaló la ruta de la prohibición Luis Alberto Albán (Marcos Calarcá), dirigente del partido Farc, a quien le “parece que todo lo que prohíbe exacerba el problema. Hemos planteado desde el año 1993, hace ya algún tiempo, que la solución del problema de todo este tema del narcotráfico y las drogas tiene que ser parte de la legalización. Y que lo que tiene que ver con los campesinos de cultivos ilícitos, no es que se solucione con la sustitución de cultivos de manera voluntaria. Y el otro extremo de la cadena, que son los consumidores, que se traten como un sistema de salud preventiva”.
Anuncia proyecto
La prohibición de la dosis mínima es un proyecto que se propone presentar el electo representante por Bogotá, Juan Carlos Wills, del Partido Conservador, este viernes, una vez asuma su curul en la Cámara.
“El 20 de julio empezaremos presentando la prohibición de la dosis mínima. Esa es la lucha frontal contra las drogas, contra el microtráfico. Por supuesto con unas políticas públicas amigables con el consumidor, tratando de buscar la rehabilitación y la resocialización de todos los adictos en Colombia, y por supuesto en Bogotá, que es uno de los temas que está afectando a estas familias”, le manifestó Wills a este Diario.
Según el congresista, “esto ha incrementado el microtráfico”, con lo cual “las drogas ya están a disposición en todos los parques. La gente no puede salir con sus hijos a hacer deporte, a divertirse o a sacar a sus mascotas, porque hay gente consumiendo y eso genera inseguridad”.
“Esa dosis se decomisaría y se le prestaría ayuda a la persona para que se vaya a un centro de rehabilitación. La idea es tratar de ayudar al máximo a reparar el daño que hemos ocasionado, porque esa permisividad ha causado mucho daño a los niños”, señaló Wills, anotando que “hay más de 5.600 menores que se encuentran en programas de rehabilitación por consumo de droga”.
Wills anticipó que el proyecto también contendrá un capítulo especial para combatir con contundencia las bandas de microtráfico que operan en las grandes ciudades y creará nuevas políticas públicas de prevención y apoyo a los consumidores. Esta iniciativa será respaldada también por congresistas del Centro Democrático y Cambio Radical.
Posición de la Fiscalía
El fiscal general Néstor Humberto Martínez sostuvo que la dosis personal se convirtió en una excusa para los traficantes.
“Vamos a tener que replantear el tema de la dosis personal para que no se utilice como escudo de la delincuencia organizada para alegar que es el aprovisionamiento”, dijo.
Y así concluyó: “Si son 20 papeletas, el comerciante, el ‘malandrín’ de la droga, dice que son las de su semana. Si son 40, dice que son las de su quincena. Si son 80, las del mes. Y si es una tonelada, nos dice que son las del resto de su vida”.