Una evaluación muy objetiva y realista hizo Jean Arnault, el jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, esta semana en el Consejo de Seguridad. Ante los "nuevos retos" en el proceso de paz, pidió acelerar la reintegración de excombatientes de las Farc a la vida civil antes de que termine el mandato del actual gobierno. Aquí las conclusiones de su informe
1. Las elecciones legislativas celebradas el 11 de marzo fueron un paso importante más en la transición de la Farc de las armas a la política y en la transición de Colombia del conflicto a la paz. Las cifras de participación confirman que fueron las elecciones más inclusivas que se hayan celebrado en decenios, lo que incrementa la legitimidad de los resultados electorales y es un ejemplo de cómo la paz beneficia a la democracia colombiana. También demuestra que los ciudadanos de Colombia están dispuestos a aprovechar las oportunidades derivadas de la reducción generalizada de la violencia a raíz del proceso de paz. Faltan dos meses para las elecciones presidenciales. Exhorto a los partidos políticos participantes en las elecciones a velar por que la violencia se reduzca aún más y se alcance un nuevo hito en la consolidación de la política pacífica e inclusiva.
2. Continúa siendo preocupante el asesinato de excombatientes fuera de los espacios territoriales. Al mismo tiempo, se ha progresado en lo concerniente a la seguridad de los excombatientes que viven en los espacios territoriales y su desplazamiento fuera de las zonas protegidas por las fuerzas de seguridad. Sigue habiendo problemas técnicos y de coordinación, pero el compromiso de la Unidad Nacional de Protección y de las fuerzas de seguridad constituye una base firme a partir de la que ampliar las garantías de seguridad en las próximas semanas y meses.
3. La reincorporación socioeconómica lleva retraso. La transición de la reinserción temprana a la reincorporación sostenible todavía no ha concluido y esa incertidumbre sigue minando la confianza de los exmiembros de las Farc en su reincorporación y en el propio proceso de paz. Se están instaurando algunas de las bases, en particular el marco jurídico para acceder a la propiedad de tierras, los estudios técnicos para la puesta en marcha de proyectos productivos y el reglamento financiero que permita comenzar a funcionar a decenas de cooperativas creadas por excombatientes. Es fundamental que en los próximos tres meses esas medidas se traduzcan en logros concretos en los espacios territoriales y en algunos de los nuevos asentamientos a los que se han trasladado muchos excombatientes. Acojo con agrado el creciente interés de la comunidad internacional en contribuir al éxito de esta dimensión clave del proceso de paz.
4. El resurgimiento de la violencia en varias de las zonas más afectadas por el conflicto y el persistente historial de asesinatos de líderes comunitarios y sociales son el principal motivo de preocupación en la actualidad. Acojo con beneplácito que se haya otorgado prioridad a esas cuestiones en la agenda del Presidente y de las principales instituciones del Estado colombiano, a saber: la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía General y la Procuraduría General. Está surgiendo un claro consenso nacional que une a las instituciones y la sociedad civil colombianas en torno a la protección de la vida, el trabajo y las contribuciones de los líderes comunitarios y sociales, en particular los que promueven la sustitución de los cultivos de coca, la restitución de sus tierras y la protección de sus recursos y el medio ambiente.
5. Ese consenso brinda la oportunidad de emprender acciones concertadas contundentes en el próximo período, y la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad podría desempeñar un papel rector en ellas. Ya pueden distinguirse algunos de los factores del éxito, como un enfoque más colectivo de la protección de la población en riesgo, la provisión de bienes y servicios junto con el despliegue de las fuerzas de seguridad para contrarrestar la influencia de los grupos armados ilegales, y una respuesta institucional más sólida y coordinada y con más recursos a las alertas tempranas del Defensor del Pueblo. Las investigaciones de la Fiscalía General, y en particular de su Unidad Especial de Investigación, que se ocupa de los casos de los líderes comunitarios y sociales, serán decisivas. Es posible que el enjuiciamiento efectivo de los autores materiales e intelectuales de los numerosos asesinatos cometidos en los últimos años sea la manera más eficaz de demostrar la determinación del país de acabar con la violencia.
6. La reanudación de las negociaciones entre el Gobierno y el ELN podría contribuir a las iniciativas generales de eliminación de la violencia y sus causas. Es de esperar que vaya acompañada de la remisión del conflicto. La agenda de las partes, anunciada recientemente, está equilibrada en cuanto a sus aspectos político, militar y de fomento de la confianza. Aguardo con interés su implementación efectiva.
7. En la visita que efectué a Colombia en enero de 2018 destaqué que la mía era una misión de solidaridad con el pueblo de Colombia y de apoyo a él en un momento histórico clave para el país, para América Latina y para el mundo entero. La evolución de los acontecimientos en Colombia ilustra tanto los factores de éxito como la magnitud de las dificultades del paso de un cese al fuego y una dejación de las armas por parte de las Farc prácticamente perfectos a las ingentes tareas de superar una herencia profundamente arraigada de violencia, atajar las economías ilícitas que agravan la violencia y consolidar y sostener la paz llevando la gobernanza sensible, la seguridad y el desarrollo a las zonas del país tradicionalmente marginadas, cuyos ciudadanos han sido los más afectados por el conflicto. La Misión, el equipo de las Naciones Unidas en el país y el sistema de las Naciones Unidas en conjunto están decididos a apoyar ese esfuerzo. En esta etapa tan crucial del proceso de paz de Colombia la comunidad internacional sigue siendo un asociado fundamental, así que la aliento a seguir prestando su pleno apoyo a esa empresa.