La Unión Sindical Obrera (USO) advierte riesgos por desinversiones en exploración y producción en Ecopetrol, poniendo en peligro su continuidad y la seguridad energética nacional. El sindicado aclaró que esto se deba a una drástica caída de la inversión para el año 2024 que contempla un recorte de US$2.000 millones (-45%).

En un comunicado emitido este lunes 23 de octubre, el sindicato de los trabajadores de Ecopetrol arroja luz sobre el incierto futuro de Ecopetrol y la amenaza que suponen las recientes decisiones de la compañía en materia de inversión.

Desde que el presidente Gustavo Petro asumió el cargo, el país empredió camino hacia la transición energética. Esta transformación se planteó como uno de los principales objetivos desde la campaña electoral, y Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, dejó claro que su misión sería mantener rentable la operación actual de la compañía con los recursos disponibles, sin buscar nuevos contratos de exploración petrolera. Este enfoque se presenta como un esfuerzo por diversificar la matriz energética y reducir la dependencia del petróleo.

Sin embargo, las recientes decisiones de las Vicepresidencias Ejecutiva y del Upstream de Ecopetrol, que implican la reducción del presupuesto de inversión de USD $4.5 mil millones en el presente año a USD $2.5 mil millones proyectados para 2024, encendieron las alarmas. La USO advierte que estas medidas ponen en peligro el corazón del negocio de Ecopetrol: la exploración y producción de petróleo y gas.

La cifra proyectada por el sindicato son que en 2026, la producción de Ecopetrol se reduciría a 472,000 barriles diarios, una fracción significativamente menor que los actuales 728,000 barriles diarios. Esto tendría un impacto directo en la capacidad de la compañía para exportar petróleo y, en cambio, se limitaría a abastecer las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena.

La preocupación de la USO no se limita al ámbito de la empresa. Argumentan que esta disminución de inversiones en Ecopetrol podría tener consecuencias graves para la economía en general, ya que muchas otras compañías en el sector dependen de las inversiones que realiza Ecopetrol. Una disminución en estas inversiones podría causar un efecto dominó, afectando negativamente al sector petrolero en su conjunto.

Además, la USO señala que el 80% de la producción nacional de gas proviene de Ecopetrol y sus filiales. En particular, el piedemonte casanareño, que suministra más del 50% del gas consumido en Colombia, vió la terminación de la perforación de tres pozos debido a su baja productividad, con un costo promedio de entre 90 y 100 millones de dólares cada uno. Esto plantea la preocupación de que la reducción de inversiones ponga en peligro la seguridad energética del país, aumentando el riesgo de desabastecimiento.