El Petro caos (6)
Bogotá se volvió una ciudad hostil, agreste, desordenada, maloliente, sin doliente. A nadie le duele lo que sucede en la ciudad. Como a nadie le duele, sus habitantes prefieren dejar las cosas así. “Mire, deje así”. “No discuta, mijo”. La rancia y frívola sociedad bogotana es muy dada a opinar, discutir, debatir. Pero a la hora de actuar, nanay cucas. Y al que actúa o propone algo osado como la revocatoria de Petro, le caen encima.