La decisión del Consejo de Estado que exige al Ministerio de Salud y Protección Social proyectar en menos de nueve meses una regulación sobre el consumo y venta de las llamadas bebidas energizantes genera, sin duda alguna, un antecedente positivo.
Es claro que la comercialización de estas bebidas no es improvisada y que para lograr las licencias de venta al público se acreditaron los estudios pertinentes que demostraron que podían ser consumidas sin riesgo alguno y de venta libre.
Es claro que la comercialización de estas bebidas no es improvisada y que para lograr las licencias de venta al público se acreditaron los estudios pertinentes que demostraron que podían ser consumidas sin riesgo alguno y de venta libre.