La participación social es sustancial para el proceso de paz con el Eln. Así lo dijo el jefe negociador del Gobierno, Otty Patiño, quien hizo parte del M-19 y, por lo tanto, es conocedor de los procesos de paz y conflicto colombiano.
EL NUEVO SIGLO: Luego de cerrar el primer ciclo en negociación con el Eln, ¿qué se espera para el 2023?
OTTY PATIÑO: Para el 2023 espero que el proceso haya ganado mucha confianza y simpatía. Y que la agenda se haya desarrollado en más de un 50 %.
ENS: ¿En esta oportunidad está confiado en que la paz con el Eln se dará?
OP: Creo que en esta ocasión hay un gobierno que no se le raja a la paz ni desprecia al Eln.
ENS: ¿Cómo se planteará la participación política del Eln?
OP: La participación social es sustancial a este proceso. No es una negociación entre Gobierno y guerrilla sin la gente de los territorios que anhela una paz con seguridad, pan, techo, vivienda y salud. Es una paz viva para proteger la vida y la dignidad.
ENS: ¿Cómo ve usted la participación en la mesa de negociación de José Félix Lafaurie, el presidente de Fedegán?
OP: La participación de Lafaurie es el indicativo de que se trata de una paz nacional, con todos y para todos.
ENS: ¿Qué errores no se pueden cometer, que se hayan cometido con las Farc?
OP: Cada proceso es una invención sujeta a equivocaciones. Cometeremos otros errores diferentes a los de los otros procesos de paz. Lo importante es corregirlos a tiempo, antes de que se vuelvan irreparables. La metodología que se ha planteado permite estar más pendiente y corregir a tiempo.
ENS: ¿Cree que el problema de las negociaciones con las Farc es que no hubo inclusión de todos los sectores?
OP: No creo. Pero no estoy para juzgar los errores de ese proceso. Sería muy soberbio de mi parte. Mucha humildad es lo que se requiere para hacer la paz. Para no manosear a la diosa Eirene.
ENS: ¿Cómo serán las etapas de este proceso?
OP: Los diseños serán acordados, la implementación se hará de forma inmediata sorteando los peligros de un país donde la guerra está focalizada, pero la violencia está disgregada en todo el territorio. Será un diseño distinto al de "nada está acordado hasta que todo esté acordado". Acuerdo hecho, acuerdo que se implementa y jalona la agenda. Esa será la dinámica hasta que la fuerza desatada haga de las armas insurgentes un estorbo que es necesario abandonar. No se trata de un esquema de desarme, desmovilización y reincorporación. Es un esquema de cooperación, de cambios reales, para que el conflicto armado quede atrás, como un pasado indeseable e irrepetible.
ENS: ¿Cómo queda el proceso de paz antes de culminar 2022?
OP: Al terminar este año habremos consolidado agenda, confianza entre las partes y con la comunidad internacional que nos está acompañando. Habrá un campanazo de alerta a la institucionalidad para que entienda que la relación cambió y que la paz es la cara de un nuevo país con progreso, justicia social e instituciones confiables y cercanas a la gente.
ENS: Para usted, que fue integrante del M-19, ¿qué es lo más importante para los que se reinserten?
OP: En las regiones hay realidades de múltiples desintegraciones. La más complicada es la desintegración entre Estado y sociedad. La reintegración de los excombatientes vendrá por añadidura y ojalá ellos sean un factor integrador como lo fuimos nosotros con la Constitución.
ENS: ¿La Constitución de 1991 está vigente para este proceso de paz con el Eln, o se debe reformar?
OP: Tiene toda la vigencia. Es más: la Constitución de 1991 se revitalizará con este proceso.
ENS: ¿Cómo ve el hecho de que le presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sea garante?
OP: El garante es el Estado venezolano. Quien lo representa en la mesa es el general Carlos Martínez, quien además de haber sido un buen anfitrión es un conocedor del derecho internacional y un hábil diplomático.