TRAS LA advertencia del canciller de Venezuela, Yván Gil, a su par de Colombia que “se arrepentirá de la constante intromisión en nuestros asuntos internos”, Luis Murillo le contestó que “la diplomacia requiere equilibrio y respeto mutuo”. Se constituye en la primera divergencia con alguna importancia entre los dos gobiernos por los resultados de las elecciones del pasado 28 de julio en las que el Consejo Electoral de ese país dio ganador a Nicolás Maduro, mientras la oposición, mostrando las actas de votación, sostiene que hubo fraude contra Edmundo González.
Mientras que la mayoría de los gobiernos de los países de América, así como en el resto del mundo, reconocieron a González como el ganador de esa elección y calificaron de fraude el resultado que la autoridad electoral otorgó a Maduro, la administración Petro se ha mostrado cauta y no se ha manifestado en uno u otro sentido.
Colombia pidió a las autoridades venezolanas después de los polémicos comicios un escrutinio transparente, el conteo de los votos y veeduría internacional sobre las actas. Nada de ello ha ocurrido en Venezuela.
En tanto que el pasado miércoles, Murillo dio una declaración que generó la airada reacción del canciller venezolano, quienes a propósito se reunieron poco antes en Cali en la COP16 para conversar sobre el “fortalecimiento de nuestras relaciones bilaterales y de cooperación”, según informó Gil en su canal de Telegram.
Murillo dijo que “la postura del Gobierno nacional sigue siendo clara: la presentación de las actas debe realizarse antes de que culmine el actual periodo presidencial, el 10 de enero de 2025. De lo contrario, como ya lo ha expresado el señor Presidente, Colombia no otorgará reconocimiento a los resultados”.
Gil respondió frente a esto que “parece que el canciller Murillo actuó de manera pusilánime al momento de abordar la realidad en nuestro encuentro bilateral, siempre apegado al respeto a la soberanía e independencia de Venezuela mientras repasábamos la cooperación entre ambos países. Sin embargo, ante los micrófonos de la prensa, aflora el chantaje que recibe desde la ultraderecha y de los Estados Unidos de Norteamérica, atacando por la espalda, con falsas narrativas que no es capaz de discutir frente a frente”.
Advirtió Gil a Murillo que “Venezuela le responderá en su momento y se arrepentirá de la constante intromisión en nuestros asuntos internos”.
El canciller Luis Murillo dijo frente a esto que “la diplomacia requiere equilibrio y respeto mutuo. La postura del presidente Gustavo Petro sigue siendo la misma desde el principio y no ha cambiado, y es guiada por principios, no por amenazas ni presiones externas. Nosotros continuaremos promoviendo la transparencia y la legitimidad democrática, siempre con un enfoque de no injerencia en los asuntos internos de otros países”.
A propósito de lo que dice Murillo a Gil que en sus declaraciones no hay cambio en la postura de Colombia frente al resultado de las elecciones en Venezuela, hay que recordar que el presidente Petro advirtió el pasado 25 de septiembre en una entrevista, durante su participación en la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York, que Colombia y Brasil reconocerán el triunfo de Maduro si publican las actas de votación.
“Con el presidente Lula ahora voy a charlar. Nosotros quedamos en un punto: si no hay presentación de actas, no hay reconocimiento”, dijo Petro.
Repetir elecciones
Nicolás Maduro rechazó en agosto pasado la propuesta que realizaron Gustavo Petro y su homólogo de Brasil, Lula Da Silva, de repetir las elecciones en Venezuela, en el marco del triunvirato que hicieron con el entonces presidente de México, López Obrador, buscando mediar en la crisis venezolana.
“No practico la diplomacia de micrófono, no lo practico jamás”, dijo entonces Maduro, “si no, uno entonces se convierte en consejero de los demás países”.