Presidenciales por firmas: respaldos sin votos | El Nuevo Siglo
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Viernes, 17 de Diciembre de 2021
Redacción Política

Vence el plazo para aquellos comités de Grupos Significativos de Ciudadanos que pretenden avalar candidaturas presidenciales mediante la recolección de firmas.

En esta campaña, este tipo de candidaturas marcó récord. De acuerdo con la Misión de Observación Electoral (MOE), con corte al 13 de noviembre, había 45 Grupos Significativos de Ciudadanos constituidos para las elecciones presidenciales. Esto representó un incremento del 160% con respecto a la campaña de 2014 y un 89% con relación a la de 2018.

El alto número de candidatos por firmas sorprendió, ya que no es un proceso sencillo. Cada comité promotor debe presentar 580.620 firmas de respaldo, que equivalen al 3% del número total de votos válidos de las pasadas elecciones a la Presidencia, de acuerdo al artículo 7 de la Ley 996 de 2005.

Obviamente, como todas las rúbricas deben ser revisadas y existe posibilidad de que se descarte una parte, los aspirantes se curan en salud y presentan muchas más de las 580 mil.

Del alud de candidatos iniciales, es evidente que la mayoría no alcanzó a cumplir el requisito de recolección de firmas, ya que se requiere un mecanismo logístico y recursos económicos para cumplir esa tarea que no todos tienen a la mano.

Un paso al costado

¿Qué pasó, entonces, con ese alto número de aspirantes? En primer lugar, varios de los perfiles que se suscribieron al comienzo de esta campaña como candidatos por firmas dieron un paso al costado.

Por ejemplo, el excomisionado de Paz de este gobierno, Miguel Ceballos, desistió el pasado 21 de noviembre de su candidatura. Cuando anunció su retiro, dijo tener casi medio millón de respaldos. Se unió al partido Conservador y apoya a su candidato presidencial David Barguil.

Otro de los aspirantes por firmas que se retiró fue el líder cristiano barranquillero Alfredo Saade, quien decidió unirse al Pacto Histórico como precandidato presidencial.

En esta misma coalición la líder social y precandidata Francia Márquez también pensaba aspirar por la vía de las firmas. Como no alcanzó a recoger el volumen requerido ahora se presentará avalada por los partidos Alianza Indígena de Colombia (AICO) y el Polo.

Otro aspirante más que no continuó con el proceso de firmas fue el coronel (r) Carlos Alfonso Velásquez, quien informó que sus comités promotores hicieron un gran esfuerzo para recoger y validar un poco más de 350 mil rúbricas. “Pero como no se alcanzó el número correspondiente no se presentarán a la Registraduría”, dijo. Ahora buscará una alianza política.

Un caso diferente fue el del senador Roy Barreras (ex La U y ahora petrista), quien presentó el 7 de diciembre un millón de firmas en la Registraduría, pero al día siguiente renunció como precandidato del Pacto Histórico y pasó a la jefatura de la campaña parlamentaria de esa coalición. Sin embargo, finalmente se inscribió al Senado en la plataforma petrista.

De otros aspirantes no se tiene mayor noticia. Incluso algunos ni iniciaron la recolección de firmas, por lo que simple y llanamente dieron un silencioso paso al costado.

Los que ya entregaron

Un tercer grupo dentro de los candidatos por firmas es el constituido por los que, efectivamente, ya entregaron sus respectivas rúbricas.

Por ejemplo, el 9 de diciembre pasado el exalcalde de Medellín y precandidato presidencial Federico Gutiérrez, quien hace parte de la coalición multipartidista Equipo por Colombia, entregó 1.450.000 rúbricas. Luego fue el turno para el exalcalde de Bucaramanga y precandidato Rodolfo Hernández, quien dijo haber entregado 1.985.000 firmas.

Otro exalcalde de Medellín y aspirante presidencial que asistió a la Registraduría fue Luis Pérez Gutiérrez. Entregó 1.050.000 firmas.


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De igual manera el exministro de Hacienda y precandidato presidencial independiente, Juan Carlos Echeverry, también de Equipo por Colombia, entregó 950 mil rúbricas para respaldar su aspiración.

Del mismo modo, el exrector de Los Andes y exministro, Alejandro Gaviria, quien hace parte de la coalición Centro Esperanza, entregó a las autoridades electorales 1.210.335 firmas.

Ayer se indicó que el exalcalde de Barranquilla y precandidato presidencial de Equipo por Colombia, Alejandro Char, entregará hoy en Bogotá un millón de firmas. Fue el último en oficializar su aspiración (16 de noviembre) y en solo 30 días recopiló los apoyos ciudadanos tras una gran ofensiva política, sobre todo en la Costa norte.

Hasta aquí ya van más de 7,6 millones de firmas entregadas pero habría más. Ayer, al cierre de esta edición, el exalcalde de Bogotá y también precandidato de Equipo por Colombia, Enrique Peñalosa, estaba terminando de recoger las firmas y aunque se especulaba que podría pedir el aval a última hora de algún partido, desde la campaña indicaron que entregarían las rúbricas a la Registraduría a más tardar hoy, cuando vence el plazo final.

¿Distorsión democrática?

Para algunos analistas el alud de candidatos por firmas es un síntoma de la debilidad de los partidos políticos y su alto desprestigio en la opinión pública. Otros consideran que, por el contrario, es una circunstancia que responde a que en la campaña presidencial colombiana ahora prima el coalicionismo, las consultas interpartidistas para escoger candidato único y la figura del multiaval, razón por la cual es más práctico lanzarse por la vía de las firmas, así los aspirantes tengan bases partidistas reconocidas que los apoyan y de las cuales no reniegan.

Tampoco faltan los expertos que consideran que el alud de candidatos por firmas es un elemento distorsivo de la democracia colombiana que hace primar la mecánica electoral por encima del voto programático e, incluso, fomenta el “aventurerismo” político.

Las reservas sobre el mecanismo de los candidatos por firmas son mayores debido a que las firmas de respaldo a una candidatura no se traducen luego en un voto efectivo por esos aspirantes.

Según el analista político y catedrático Jorge Luis Yarce, las firmas no son un compromiso electoral sino un proceso social donde un candidato que quiere llegar como independiente le dice al ciudadano que lo apoye con su firma.

“El colombiano entiende que esa firma no lo compromete y, además, la declaración del formulario así lo especifica, pero con esa firma le está dando la posibilidad de que el candidato participe de manera independiente. Y ese es, precisamente, un error, que no exista ese compromiso”, dijo a EL NUEVO SIGLO.

Agregó que este tema de las “firmas lo que está generando en el sistema democrático es una pluralidad, una masificación de las personas que creen tener la capacidad de aspirar a llegar a un cargo público de elección popular, y eso en esencia es bueno, porque se ven más opciones. Pero resulta que eso nos pone en una encrucijada, porque es imposible cumplir con el propósito de la democracia que es el gobierno de las mayorías. Llegan al poder con una gran mayoría en la oposición, lo que les impide gobernar”.

Del mismo modo, el abogado y experto en temas electorales Alfonso Portela considera que las firmas recolectadas no reflejan el número de votos porque son dos procesos muy diferentes. “Un ciudadano está autorizado para firmar a varias campañas. Una cosa es el apoyo que buscan los candidatos a través de las firmas para cumplir un requisito y otra cosa es lo que se vería reflejado en las urnas. Esas dos situaciones no son necesariamente comparables”.    

En diálogo con EL NUEVO SIGLO, Portela consideró que ese contacto de la ciudadanía con los candidatos es bueno porque ellos se dan a conocer. “Son opciones que se deben tener en la democracia, distintas a los partidos con personería jurídica. Para Colombia ese tema de los grupos significativos de ciudadanos es un modelo de una democracia más abierta, más amplia y debe preservarse y fortalecerse”.

Por ahora, debe esperarse a que la Registraduría revise las firmas de los seis o siete aspirantes y anuncie el resultado el 19 de enero. Quienes no tengan las 580.620 firmas aprobadas saldrán de la carrera.

Este es un proceso complejo. Prueba de ello es lo que pasó en 2018 cuando hubo 11 candidatos por firmas que presentaron un total de 16.154.288 firmas, de las cuales solo fueron aprobadas o validadas 8.192.835 rúbricas. Es decir que se descartó casi el 50%. De hecho, tres aspirantes no alcanzaron el piso mínimo de 386.148 firmas y fueron descalificados.