Tras cerrarse la semana pasada la convocatoria para acceder a la financiación de educación superior en este primer semestre académico de 2025, persiste un alud de alertas por parte una gran cantidad de estudiantes y padres de familia respecto a las dificultades que vienen evidenciando desde el año pasado para que el Icetex gire a tiempo a las instituciones de educación superior los recursos correspondientes a las matrículas.
Esa circunstancia llevó no solo a que la situación financiera de muchas universidades e institutos técnicos y tecnológicos se deteriorara en forma grave el año pasado, crisis que se extiende a este 2025 por cuenta de los giros pendientes, sino que implicó que miles de alumnos no hayan podido cerrar sus respectivos ciclos académicos ni obtener los paz y salvos necesarios para seguir adelante en sus planes de estudio.
Para nadie es un secreto que la crisis fiscal que arrastra el Gobierno nacional central está obligando a disminuir e incluso suprimir varias líneas de subsidios, créditos y otras transferencias monetarias directas o indirectas. Además, decrecieron de forma sustancial los programas de inversión social.
Algunos congresistas han denunciado que para el caso del Icetex los afectados por el tijeretazo presupuestal en 2024 y 2025 serían más de cien mil estudiantes, entre aquellos a los que se les demoró el giro de los pagos de los semestres y los que este año no han podido acceder a la reanudación del crédito o su aprobación por primera vez.
Es imperativo que tanto el ministro de Educación, Daniel Rojas, como el presidente del Icetex, Álvaro Urquijo Gómez, den claridad en torno a cuál es el universo de afectados y las medidas de contingencia que deben aplicarse para que miles de estudiantes no vean frustrados sus anhelos de cursar y terminar su instrucción superior y demás especializaciones, doctorados y maestrías.