Muy grave lo denunciado ayer por el gobierno de Bolivia, en cabeza del presidente Luis Arce, que interpretó como una amenaza a la “continuidad del orden democrático” el ultimátum que lanzó el lunes el exmandatario izquierdista, Evo Morales, para que en 24 horas el Ejecutivo cambiara su gabinete “si quiere seguir gobernando”. Morales encabezó una marcha de siete días que culminó en La Paz, donde dio un encendido discurso contra el Gobierno que apoyó en el pasado. En el recorrido de unos 190 kilómetros desde la población de Caracollo hubo varios enfrentamientos violentos entre manifestantes armados con palos, piedras y explosivos, unos a favor de Morales y otros de Arce. En un comunicado dirigido a la comunidad internacional, el Ministerio de Relaciones Exteriores alertó que Morales amenazaba la democracia y rechazó “cualquier tipo de extorsión o condicionamiento, en contra de la voluntad del pueblo expresada en las urnas”. Morales y Arce están enfrascados en una disputa por el liderazgo del oficialismo y la nominación presidencial para las elecciones de 2025.