Tras las críticas que recibió el discurso del presidente Juan Manuel Santos al instalar el pasado 20 de julio la segunda legislatura parlamentaria, el pronunciamiento del Jefe de Estado el próximo 7 de agosto, con ocasión del primer año de su mandato, sería mucho más elaborado, según se rumoraba el viernes pasado en fuentes cercanas a la Casa de Nariño. Aunque obviamente se hará un parte de gestión de los últimos doce meses, sería un texto con mayor profundidad política e ideológica el que lea Santos en su alocución televisada del próximo domingo, en donde primaría más que el corte de cuentas, las metas a corto y mediano plazos del Gobierno.
Puja presupuestal
Como es tradicional cuando el Congreso arranca la discusión de los proyectos sobre Presupuesto General de la Nación para el año siguiente, siempre se especula sobre en cuánto tendría que ser aumentado o sus partidas redireccionadas una vez empiecen a multiplicarse las propuestas y peticiones de los parlamentarios. Aunque fuentes del Ministerio de Hacienda indican que el Ejecutivo no tiene margen de acción para satisfacer las solicitudes presupuestales de los senadores y representantes, y que el monto de 161,4 billones de pesos es un techo impasable, en el Congreso replican que todo gobierno siempre afirma lo mismo y al final termina cediendo aquí o allá. ¿Qué dirá el ministro Juan Carlos Echeverry?
Pelea azul
En Antioquia el ambiente político está tan caldeado en materia de política conservadora, que el fin de semana las corrientes enfrentadas amenazaron con denunciar a sus respectivos contradictores ante la veeduría y otras instancias de ética del Directorio Nacional de la colectividad. El problema es que en Bogotá la cúpula partidista ya no sabe qué hacer con la pelea entre los dirigentes paisas y no se ve mayor margen de acción para lograr una distensión, pues las candidaturas de lado y lado están muy jugadas y las posiciones muy polarizadas. Incluso se ha escuchado decir que lo mejor que se puede hacer es pasar de agache y dejar que, al final, sean las urnas las que señalen a ganadores y perdedores.
Temor salarial (I)
Varios sindicatos han prendido las alarmas sobre la que consideran una inminente amenaza de “alternativas creativas” para desmontar el salario mínimo, siguiendo las recomendaciones que hiciera días atrás el Fondo Monetario Internacional (FMI). “En Colombia hay muchos gremios y centros de estudios económicos que están armando una plataforma para convencer al Gobierno que cree mecanismos para esquivar la obligatoriedad de la remuneración básica mensual, y ahora tomaron más impulso por lo que dijo el FMI…”, precisó un dirigente sindical que, paradójicamente, no ha sido tan crítico de la Administración Santos como otros sectores más radicales de las centrales obreras.
Temor salarial (II)
En el Congreso ya cursa un proyecto de ley sobre el salario mínimo. Se trata de una iniciativa del senador Juan Lozano que busca que el sueldo básico nunca esté por debajo de la inflación, lo cual permitirá subsanar algunas necesidades básicas de los trabajadores y brindarles la posibilidad de tener un mínimo de garantías sociales y la capacidad de acceder a salud, educación, alimentación, vivienda y vestido. Según Lozano, se evitará “que en el futuro se haga un incremento del salario mínimo inferior de lo que le subió el costo de la vida a los colombianos de menores recursos”.