Todos quietos… | El Nuevo Siglo
Domingo, 16 de Octubre de 2011

La posibilidad de que este año se vuelve a mover el gabinete es muy baja. Una alta fuente de la Casa de Nariño indicó el viernes pasado que tras los últimos consejos de ministros y los balances de gestión de cada cartera, así como la revisión de metas programáticas y de ejecución presupuestal, así como los compromisos que el presidente Santos pidió de sus más inmediatos colaboradores, prácticamente quedó establecido que, por lo menos, en lo que resta de este año no habrá cambios en la nómina ministerial, pese a que en algunos corrillos políticos y periodísticos se insiste en que el Jefe de Estado tiene ‘en capilla’ a dos titulares de carteras que no comerían buñuelos y natilla en la sede presidencial.

 

Puja salarial (I)
Esta semana se espera que el presidente Santos dé a conocer el nombre del nuevo ministro de Trabajo. Su designación, según el propio mandatario, debe darse antes de terminar este mes, pero como ya está fijado el cronograma para la instalación de la Mesa de Concertación Salarial, la idea del Gobierno es que el nuevo integrante del gabinete pueda posesionarse lo antes posible para que se encargue del arranque administrativo de la cartera y, paralelamente, se empape de todo lo que requiere saber para sentarse a analizar el incremento salarial para 2012 con los empresarios y las centrales obreras.

 

Puja salarial (II)
Hace dos semanas se informó en esta sección que un vocero sindical de primera nivel pensaba que, como mínimo, no bajaría de 8 por ciento la exigencia de entrada que las centrales obreras pondrían sobre la mesa en cuanto al incremento del salario mínimo mensual para más de 4 millones de colombianos que devengan la remuneración básica. Sin embargo, se trascendió que no hay unanimidad entre los distintos gremios sindicales y que incluso hay quienes consideran que debe partirse de un 10 por ciento, pero otros, más realistas, sostienen que lo mejor es fijar de entrada un 6 por ciento de aumento pero no moverse un centímetro de ese porcentaje, así ello lleve a que el aumento se fije, un año más, vía decreto. Vea pues.

 

Puja salarial (III)
Obviamente a los empresarios la propuesta de un 8 por ciento de aumento del salario mínimo les parece exagerada, toda vez que en lo corrido del año la inflación ha crecido 2,95%, que es apenas superior en 0,55 a la registrada en los primeros nueve meses del año pasado. Según el último boletín del DANE días atrás, en los últimos 12 meses la variación acumulada del costo de vida a septiembre fue 3,73%. Esta tasa es superior en 1,45 puntos porcentuales a la presentada en septiembre de 2010, cuando se sitúo en 2,28%.

 

Puja salarial (IV)
En las cuentas del Gobierno y el Banco de la República se tiene previsto que la inflación cierra el año alrededor del cuatro por ciento, lo que implicaría que estaría dentro de la meta prevista, que tiene un piso de 3,5 por ciento y techo de 4,5 por ciento. En ese orden de ideas, los analistas consideran que por más que el Ejecutivo se esfuerce por ser generoso, el aumento que fijaría no pasaría del 5 por ciento. Aquí, como ocurrió el año pasado, será muy clave lo que logre maniobrar el vicepresidente Angelino Garzón, que, en un hecho sui géneris, logró convencer a Santos reconsiderar levemente al alza el reajuste salarial que había fijado inicialmente.