En octubre de 2020, científicos australianos encontraron un “rascacielos” de arrecife independiente de la Gran Barrera de Coral. Mide casi 500 metros de alto y 1,5 kilómetros de ancho, medidas que superan la de la Torre Eiffel de París y el Empire State Building de Nueva York. El descubrimiento ha sido el primero de su tipo en 120 años.
El hallazgo revela un gran reto. Dados los altos costos de la exploración oceánica y la tecnología aún incipiente para llevarla a cabo, se sabe relativamente poco sobre lo que se encuentra bajo el agua.
Con el fin comprender mejor los misterios de los océanos, un equipo de científicos está utilizando imágenes satelitales capaces de mapear, con un nivel detalle sin precedentes, uno de los ecosistemas submarinos más emblemáticos del planeta: el arrecife de coral poco profundo.
Los investigadores son parte del proyecto Allen Coral Atlas, dirigido por Vulcan, una organización filantrópica creada por el cofundador de Microsoft, Paul Allen. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) está trabajando con Vulcan para desarrollar las capacidades de los profesionales, administradores y responsables políticos de los arrecifes de coral en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo, sobre cómo utilizar el nuevo atlas.
“El atlas pretende mejorar nuestra comprensión de los sistemas de arrecifes de coral e impulsar mejores políticas, basadas en la evidencia, para protegerlos”, dice Chuck Cooper, director de relaciones gubernamentales y comunitarias de Vulcan.
Los arrecifes de coral acogen una cuarta parte de todas las especies marinas y proporcionan alimento, medios de subsistencia, seguridad y recreación para al menos mil millones de personas. Sin embargo, la contaminación, la sobrepesca y las olas de calor derivadas del cambio climático amenazan su existencia.
La mayor parte de los arrecifes de coral aún no se ha cartografiado. Los científicos se han planteado el objetivo de monitorear, en tiempo real, estos ecosistemas submarinos biodiversos para protegerlos y restaurarlos. Asimismo, quieren identificar segmentos de coral que sean naturalmente más resistentes al cambio climático. Estos refugios pueden contener secretos que nos permitan mitigar el impacto del calentamiento de los mares en los arrecifes de coral.
El atlas, abierto al público, utiliza tecnología satelital para crear imágenes en alta resolución de los corales que luego se procesan en mapas detallados. Estos mapas captan características que permitirán a los científicos y a la comunidad comprometida con la conservación comparar la salud de los arrecifes de coral a lo largo del tiempo y comprender las presiones que enfrentan los arrecifes.
El atlas proporcionará los puntos de partida para monitorear los fenómenos de blanqueamiento de los arrecifes de coral y otros cambios a corto plazo. Estas evidencias podrán informar la formulación de políticas y, al mismo tiempo, servir de información científica convincente para captar el interés del público en torno a la precaria situación de los corales.
El blanqueamiento ocurre cuando los corales -animales diminutos que secretan carbonato de calcio para su protección- se ven estresados por factores como el agua caliente o la contaminación. Como resultado, expulsan unas algas simbióticas microscópicas llamadas zooxantelas, las cuales residen dentro de sus tejidos. Entonces los corales adoptan un tono fantasmal: se “blanquean”.
Los orígenes del atlas
Hace tres años, Paul Allen asignó a Vulcan la responsabilidad de salvar los corales del mundo, dice Paulina Gerstner, gerente del programa Allen Coral Atlas. “Como tecnólogo, vio enormes lagunas de datos y nos desafió a descubrir cómo aplicar la incipiente disponibilidad de imágenes satelitales para mapear y monitorear los arrecifes de coral del mundo. Todos ellos”, dice Gerstner.
Allen, un ávido buzo que falleció en 2018, estaba profundamente comprometido con la protección de los ecosistemas marinos. Ya estaba financiando la investigación de los corales desde antes, pero su preocupación se intensificó en 2017 cuando descubrió que sus sitios favoritos de buceo en arrecifes estaban blanqueados. Fue entonces cuando le encargó al equipo el ambicioso objetivo de cartografiar los corales del mundo.
“Nuestro objetivo es hacer que la conservación, la restauración y la protección sean mucho más fáciles, asequibles y rápidas para todos los conservacionistas del mundo”, dice Gerstner.
“Ante la inacción, los arrecifes de coral pronto desaparecerán. La evidencia nos confirma que si queremos cambiar el rumbo hacia una gestión y protección eficaces de los ecosistemas, debemos actuar con urgencia”, dice Leticia Carvalho, coordinadora de la subdivisión de Agua Dulce y Océanos del Pnuma.
El Pnuma está capacitando a funcionarios de los Estados costeros en el uso del atlas y apoyando los esfuerzos para desarrollar políticas que protejan los arrecifes de coral. Además de Vulcan, que está financiando el proyecto, hay otros aliados, como la Universidad de Queensland, Planet Inc., Arizona State University y la National Geographic Society.