La Tormenta Tropical Beryl se encuentra en el Océano Atlántico Tropical y se espera que tome fuerza y se convierta en un huracán antes de alcanzar las Islas de Barlovento el domingo 30 de junio o el lunes 1 de julio en horas de la madrugada. La máxima cercanía de fenómeno climático al territorio colombiano se anticipa para el martes 2 o miércoles 3 de julio. Sin embargo, aún no se tiene certeza sobre la ruta exacta que seguirá el sistema dentro del mar Caribe.
La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres advirtió que se emite alerta de VIGILANCIA para todos los sectores del litoral de la región Caribe colombiana (La Guajira, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Sucre, Córdoba, Antioquia y Chocó) y para el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina
“Actualmente se observa una altura de la ola significativa de 1.0 a 1.9 metros (Mar 3-4) dentro del mar Caribe con vientos de dirección este-noreste y una intensidad de 10 a 22 nudos (Fuerza 3-5). No se presenta influencia directa o indirecta de la Tormenta Tropical Beryl y no se espera afectación dentro de las próximas 48 horas en el territorio nacional”, señaló la entidad en el informe.
De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos de América (NOAA por sus siglas en Inglés), la temporada de huracanes 2024 será más activa de lo usual y se prevé que ocurran de 17 a 25 tormentas nombradas, de estas entre 8 y 13 pueden alcanzar la categoría de huracán, y a su vez, de estas entre 4 y 7 podrían llegar a ser huracanes mayores (Categorias 3, 4 y 5).
En consecuencia, la Mesa Técnica de Alertas por Ciclones Tropicales, recomendó al Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, alcaldes, gobernadores y a la comunidad en general continuar la preparación para la próxima temporada de huracanes.
También, se invitó a los Consejos Departamentales y Municipales de la región Caribe y del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, a que trabajen en conjunto con las comunidades, y así se puedan las tomar acciones y las medidas necesarias para evitar pérdida de vidas humanas y bienes materiales; activando y reforzando las medidas para la reducción del riesgo, así como la preparación frente a la probabilidad de ocurrencia de ciclones tropicales y los eventos asociados como inundaciones, movimientos en masa, avenidas torrenciales, vendavales, entre otros.