La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales le renovó a la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) el permiso marco, que a partir hoy, y por 10 años más, le permitirá a la Institución seguir realizando actividades de recolección de especímenes de especies silvestres para investigaciones científicas relevantes que aportan al conocimiento y la conservación de la biodiversidad del país.
Aunque la recolección de especímenes silvestres puede parecer una actividad algo peculiar, incluso controversial, detrás de esta práctica hay todo un universo de conocimiento y un papel fundamental en la conservación del planeta.
Cada espécimen recolectado, ya sea una mariposa, una flor única o un insecto extraño, representa una pieza vital del rompecabezas de la biodiversidad. Cuando los investigadores los llevan a sus laboratorios descifran temas como la evolución de las especies, el impacto que están recibiendo en el ambiente de donde se extraen y el papel en el equilibrio de los ecosistemas.
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Cabe destacar que la riqueza natural de Colombia ha sido objeto de estudio de más de 700 investigadores de la UNAL, quienes se han enfocado en conocer a profundidad la biodiversidad, caracterizar el estado de conservación de los ecosistemas, identificar áreas prioritarias para declararlas como protegidas, y estudiar especies amenazadas.
Desde 2014 la Universidad ha estado trabajando bajo el amparo de este permiso, que abarca las actividades de recolección que realizan profesores, investigadores y estudiantes de pregrado, maestría y doctorado en proyectos de investigación y salidas de campo académicas en todo el territorio nacional.
Cada proyecto debe cumplir un riguroso protocolo que incluye la solicitud de permisos de movilización, el depósito de especímenes en las colecciones biológicas registradas y los reportes semestrales a la Autoridad Ambiental.
Según explica el profesor Miguel Gonzalo Andrade Correa, director del Instituto de Ciencias Naturales (ICN), “el trámite para renovar este permiso fue liderado por la Vicerrectoría de Investigación de la UNAL, en cumplimiento del Decreto 1376 de 2013, que reglamenta el permiso de recolectar especímenes de especies silvestres de la diversidad biológica con fines de investigación científica no comercial”.
“Contar con este permiso es fundamental, de lo contrario incurriríamos en delitos ambientales al recolectar especies. Este logro posiciona a la Universidad como una de las instituciones pioneras en contar con las autorizaciones necesarias para adelantar estos estudios de manera responsable y apegada a la normatividad ambiental vigente”, señala el académico.
Como resultado de ese exigente trabajo, la UNAL custodia –en 8 de sus 9 Sedes– 55 colecciones biológicas que son verdaderos tesoros científicos, ya que resguardan miles de especímenes como plantas, moscas, murciélagos, abejas, cucarachas y otros organismos vivos que están en medios naturales.
Vale aclarar que la Universidad también cuenta con permisos especiales adicionales para trabajar en áreas protegidas como los Parques Nacionales Naturales, así como para realizar consultas previas con comunidades étnicas cuando los estudios involucran su conocimiento tradicional asociado con la biodiversidad.
“La UNAL fue pionera entre las universidades públicas en obtener la Resolución 205 de 2018 de la Rectoría, la cual establece el sistema de recolección científica, lo cual evidencia un compromiso por conservar la biodiversidad”, señala el director del ICN.
En los próximos días se dará a conocer el “Protocolo de uso del permiso marco de recolección de la UNAL”, a través del sitio web de la Vicerrectoría de Investigación y en la sección de instructivos del Sistema de Información Hermes. Además, se adelantarán espacios para socializar este tema con miembros de la comunidad académica que realizan estas actividades de recolección científica.