Los 'confidencial papers' que enredan a Biden y Trump | El Nuevo Siglo
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Sábado, 14 de Enero de 2023
Redacción internacional con AFP

DESCUIDO, olvido, error o ‘inadvertencia’ -como alegan los abogados demócratas-, los líderes del bipartidismo norteamericano, el demócrata Joe Biden y su antecesor, Donald Trump, están bajo el foco de la justicia por la gestión de decenas de archivos de la Casa Blanca, casos tan delicados como violatorios de la ley.

Tratados de forma diferente, ya que al exmandatario conservador el FBI irrumpió el año pasado en su residencia de Mar-a Largo en Florida y divulgó imágenes del operativo, mientras que Biden pidió a sus abogados recoger muy reservadamente los documentos clasificados que el presidente ‘olvidó’ tanto en antigua oficina como en una de sus residencias, ambos hechos están bajo lupa judicial.

La razón de ello es que el Congreso de Estados Unidos declaró en 1978 que el conjunto de documentos creados o recibidos por el presidente y el vicepresidente en el marco de sus funciones pertenecen al país.

A raíz de ello, todos los correos, cartas, fotos, videos y documentos de trabajo de la Casa Blanca deben ser transmitidos al final del mandato a los Archivos Nacionales, encargados de registrar para la historia las actividades presidenciales.

Otra ley, sobre espionaje, prohíbe a los agentes estadounidenses conservar documentos clasificados como confidenciales en lugares no autorizados y no asegurados.

Biden y Trump parecen haber incumplido estas normas. El primero al finalizar su mandato de vicepresidente en 2017, y el segundo cuando dejó la Casa Blanca en 2021.

Documentos confidenciales -que habrían debido restituir- fueron hallados en el club de Mar-a-Lago del millonario republicano, así como en una antigua oficina y el garaje de la casa de Wilmington del presidente demócrata.

Debido a su alto perfil, el ministro de Justicia, Merrick Garland, entregó las investigaciones a dos fiscales especiales: Jack Smith, encargado desde noviembre del caso Trump (que también incluye investigaciones sobre su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 por parte de sus seguidores) y Robert Hur, designado este jueves para el caso Biden.

El hecho de que se designara a un fiscal especial para investigar los archivos de Biden no calmó a la oposición republicana que, en una primera reacción a través del presidente de la Cámara, Kevin McCarthy solicitó una investigación del Congreso por considerar que “si llama -Biden- a un abogado para retirar algo de su oficina, debe haberlo sabido con anticipación (...) Creo que tiene muchas respuestas para el público estadounidense”.

También cuestionó las razones por las que no se han publicado imágenes de los documentos encontrados en dependencias de Biden, como si se hizo con el expresidente Trump, por lo que denunció un trato desigual. "La administración Biden trata al presidente Trump de una manera y al presidente Biden de otra", insistió.

Por su parte, el representante James Comer, presidente de la comisión de investigación de esa cámara baja sostuvo que “con o sin fiscal especial", se investigará "el trato inapropiado de documentos clasificados por parte del presidente Biden y los esfuerzos de la ciénaga para ocultar esta información".

Ciénaga es el término usado por Trump para describir a las élites demócratas de Washington.

Los medios de comunicación y analistas políticos afines a los demócratas sostienen que los dos casos son diferentes, basándose en la actitud y reacciones de sus protagonistas. Pero, en el fondo no hay tal, porque ambos cometieron el mismo error o descuido.

Sostienen así que luego de que Trump dejara la Casa Blanca, los Archivos Nacionales ‘lucharon’ para recuperar los documentos. Un año más tarde, obtuvieron la restitución de 15 cajas completas de documentos, algunos con un gran valor histórico, como una carta que escribió el dirigente norcoreano Kim Jong Un.

Persuadida de que había más documentos extraviados, esta agencia pidió en febrero de 2022 una investigación de la justicia federal. Tras varias entrevistas al entorno de Trump y una visita in situ, la policía federal (FBI) allanó en agosto la residencia del dirigente conservador en Florida, aduciendo “retención de documentos clasificados” y “obstrucción a una investigación federal”. Se llevó unas treinta cajas.

Una investigación mostró que 18 documentos clasificados como "top secret", 53 "secretos" y 31 "confidenciales" estaban entre las pertenencias.

Con las midterm en ciernes (elecciones de medio término donde se renovó la totalidad de la Cámara y una tercera parte del Senado), de improviso el FBI que realizó el operativo, divulgó fotos del allanamiento a la casa de Trump, así como de los documentos recuperados.

En el caso de Biden, según aseguran fuentes cercanas al presidente, todo fue distinto ya que, aseguran, fueron los propios abogados quienes hallaron los documentos confidenciales -una decena, según medios estadounidenses- al limpiar antiguas oficinas del mandatario en Washington, en un cajón cerrado.

Los mismos abogados dieron aviso al Departamento de Justicia, que abrió una investigación preliminar.

Además, los abogados de la presidencia revisaron dos residencias privadas de Biden e informaron al departamento haber hallado "un pequeño número de documentos confidenciales" adicionales en el garaje de su casa en Wilmington, que recuperó el FBI.

Estos ‘inesperados hallazgos’ fueron revelados por medios de comunicación y solo tres días después confirmados por la Casa Blanca que, destacó, la colaboración plena del presidente Biden con la justicia.

El equipo de abogados aseguró ese mismo día y luego de que se designara al fiscal especial para la investigación, que los documentos clasificados encontrados fueron “desplazados por inadvertencia".

"Confiamos en que una revisión exhaustiva mostrará que estos documentos se desplazaron por inadvertencia, y el presidente y sus abogados actuaron rápidamente al descubrir este error", afirmó Richard Sauber, abogado de la Casa Blanca.

Por su parte la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean Pierre, insistió en que el presidente demócrata colabora activamente con la justicia y que siempre ha actuado con la “mayor transparencia”, pero evitó ir más allá aduciendo la independencia de la justicia.

No explicó por qué el ejecutivo estadounidense no informó de inmediato sobre los documentos encontrados en Wilmington y que el hallazgo se conoció dos meses después, por informaciones de prensa.

Entre tanto, el expresidente Trump ha insistido en que es blanco de "persecución política" y niega cualquier responsabilidad en un posible ‘ocultamiento’ de dichos papeles.

"Tenía un pequeño número de cajas en Mar-a-Lago, que estaban bajo protección de agentes y de mis equipos", declaró en octubre. "¡Deberían devolvérmelos porque todo es mío!".

 Biden, en medio de la presión tanto de la oposición republicana como de varios copartidarios demócratas, dijo "tomar muy en serio" sus obligaciones en cuanto a documentos confidenciales, pero asegura haber pecado "por inadvertencia".

Fue un "error", aseguró el presidente Biden sobre los documentos clasificados encontrados primero en su antigua oficina del Penn Biden Center, en Washington y posteriormente en su residencia privada en Wilmington, en el estado de Delaware. “Estaban en el garaje y en una habitación contigua, en mi biblioteca personal”, sostuvo.

Esas limitadas explicaciones no acallaron las críticas de la oposición republicana e inclusive generaron malestar en las filas demócratas, las que están a la espera de que Biden anuncie si se presenta a la reelección.

Es por ello que el inmediato desafío para Biden es impedir que se compare su caso con el de su predecesor, quien desde noviembre lanzó su aspiración presidencial. Pero ello no se vislumbra fácil, porque cometió el mismo “error” u olvido que su antecesor.



Retiro de Afganistán

En medio del caldeado ambiente político norteamericano y cumpliendo la promesa que hicieron en la reciente campaña de mideterms, los republicanos comenzaron a abrir investigaciones contra el gobierno demócrata.

La primera de ellas fue anunciada el viernes y es por el caótico retiro estadounidenses de Afganistán, que provocó una toma relámpago del país por parte de los talibanes, así como la muerte de 13 soldados en un ataque.

Michael McCaul, jefe del comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo que escribió al secretario de Estado, Antony Blinken, solicitando una serie de registros desde evaluaciones de inteligencia hasta comunicaciones con los talibanes.

"Es absurdo y vergonzoso que la administración Biden repetidamente niegue desde hace tiempo nuestras solicitudes de supervisión y continúe ocultando información relacionada con el retiro", dijo McCaul, un opositor de vieja data en este panel parlamentario y que lo preside luego que la Cámara de Representantes pasara a estar bajo el control republicano.

"En caso de que el incumplimiento persista, el comité utilizará las autoridades disponibles para hacer cumplir estas solicitudes, si es necesario incluso a través de un proceso obligatorio".

Soldados estadounidenses fueron asesinados en un bombardeo el 26 de agosto de 2021, en las afueras del aeropuerto de Kabul, mientras la ciudad caía, con el gobierno desmoronándose días después pese a los 2 billones de dólares inyectados a lo largo de dos décadas.

Imágenes de multitudes asaltando aeronaves estacionadas, subiendo a la parte alta de los aviones, y algunos aferrados a un avión de carga militar que se disponía a despegar, fueron transmitidas en todo el mundo.

Las escenas precedieron a una fuerte caída en la aprobación de Biden, nueve meses después de ser elegido al prometer un liderazgo competente tras el caos bajo la administración de Donald Trump.

Mientras Trump selló la retirada con los talibanes, el partido republicano lanzó fuertes críticas a Biden por su manejo de la operación y prometió audiencias como parte de una serie de investigaciones a su administración. /