El ministro de Transporte e Infraestructuras de Grecia, Konstantinos Karamanlis, ha presentado este miércoles su dimisión en respuesta al choque de dos trenes en la zona norte del país que se ha saldado con al menos 57 fallecidos.
Karamanlis ha explicado que considera un "deber" apartarse del cargo, como "un pequeño gesto de respeto" a las personas que han muerto "injustamente". En este sentido, ha asumido en primera persona "la responsabilidad de las deficiencias del Estado y el sistema político griego durante años".
"Cuando algo tan terrible ocurre, no podemos seguir actuando como si nada", ha dicho, horas después de que los dos trenes, uno de mercancías y otro de pasajeros con unas 350 personas a bordo, chocasen frontalmente cuando circulaban por una misma vía cerca de Larisa.
"Considero que la confianza depositada por los ciudadanos en el sistema político es una parte esencial de la democracia", ha añadido el ministro saliente, en una nota recogida por medios locales y difundida por Karamanlis tras visitar el lugar de los hechos.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, transmitió sus condolencias a través de Twitter. "Conmocionado por las noticias y las imágenes de la colisión de los dos trenes", escribió en griego.
No se dieron a conocer las posibles causas por las que los dos convoyes colisionaron.
Según los medios del país, se trata del "peor accidente ferroviario que haya conocido Grecia".
Por la violencia del choque, las locomotoras y los vagones delanteros quedaron pulverizados.
El incidente ocurrió a la altura de Lárisa, en el centro del país. Allí colisionaron un tren con 350 pasajeros y un convoy de mercancías, poco antes de la medianoche del martes (22H00 GMT).
Con las primeras luces del día, las imágenes mostraban este miércoles vagones de tren carbonizados en una maraña de metal y ventanas rotas. Otros vagones menos dañados quedaron volcados de costado mientras los rescatistas usaban escaleras para intentar sacar a los sobrevivientes.
Como un terremoto
Unos 150 bomberos, además de 40 ambulancias, fueron movilizados al lugar del siniestro, según los servicios de socorro griegos.
"Nunca he visto nada así en toda mi vida. Es trágico. Cinco horas después encontramos cuerpos", relató un socorrista exhausto al salir del agujero donde él y su equipo extraían los cuerpos de los pasajeros.
"Sentimos la colisión como un gran terremoto", declaró a AFP Angelos, un pasajero de 22 años en el sitio del percance. "Fue una pesadilla lo que viví".
También acudieron al lugar mecánicos y grúas para intentar retirar los escombros y levantar los vehículos volcados.
"La mayoría de los pasajeros fueron rescatados", aseguró el portavoz de los bomberos.
"La operación para liberar personas atrapadas está en marcha y se desarrolla en condiciones difíciles, debido a la gravedad de la colisión entre los dos trenes", afirmó.
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Según indicaciones de los socorristas durante la noche, 194 pasajeros fueron evacuados.
El ministro griego de Salud, Thanos Plevris, dijo que "la mayoría de los pasajeros eran estudiantes" que volvían a Tesalónica, tras un fin de semana largo en Grecia a raíz de un día feriado.
En el canal de televisión Skai, el gobernador de la región, Kostas Agorastros, declaró que "desgraciadamente el número de heridos y muertos puede ser elevado".
El gobierno organizó una reunión de crisis tras el suceso y el primer ministro Kyriakos Mitsotakis se dirigía hacia el lugar del choque.
Se decretó un duelo nacional de tres días.
"Ruido atronador"
En la web del diario local Onlarissa, una joven explicó, llorando, que "el tren iba con retraso y [que] se paró algunos minutos cuando se escuchó un ruido atronador".
"Hemos vivido algo muy impactante. No estoy herido, pero estoy manchado de sangre de otras personas que estaban heridas a mi lado", dijo Lazos, un pasajero interrogado por el periódico Protothema.
"En el momento del accidente, nos sobresaltamos porque las ventanas estallaron de golpe. La gente gritaba y tenía miedo", dijo otro pasajero a la cadena de televisión Skai.
Los dos hospitales de la región de Lárisa fueron requeridos para acoger a los numerosos heridos, según los bomberos.
Además, los hospitales militares de Tesalónica y Atenas están "a la espera" en caso de necesidad, señalaron.