En total, 4’192.062 mujeres se encuentran en el Registro Único de Víctimas (RUV) del conflicto armado en el país. De ellas, 569.040 se reconocen como negras o afrocolombianas, 228.534 son indígenas, 4.769 raizales, 4.665 gitanas o Rrom, 3.825 palenqueras y 3.381.229 consideran que no tienen pertenencia étnica
Las cifras son de la Unidad de Víctimas, entidad según la cual a esta población se le garantiza el acceso a la oferta institucional del Sistema Nacional de Atención y Reparación a Víctimas (Snariv).
En el Día Internacional de la Mujer la Unidad para las Víctimas resaltó las habilidades, fortalezas y resistencia de las mujeres afectadas por el conflicto en el país, “quienes desde los diferentes roles que ocupan en la sociedad, han trabajado constantemente por el cumplimiento de sus sueños y la reconciliación de Colombia”, destacó la entidad.
- Le puede interesar: Avanza la mujer en Colombia, pero…
Históricamente, los departamentos de Antioquia, Bolívar, Magdalena, Nariño y Valle del Cauca agrupan la mayor cantidad de mujeres víctimas del conflicto por hechos como desplazamiento forzado, amenaza, actos terroristas y delitos contra la libertad y la integridad sexual.
En el esfuerzo por garantizar la atención y reparación integral por los daños causados a causa del conflicto, “cerca de 101.863 mujeres recibieron su indemnización económica desde el 2018 a la fecha, con una inversión de $927.486.837.608”, aseguró Ramón Rodríguez, director general de la Unidad para las Víctimas.
De otro lado, desde 2013 se han entregado unidades de negocio a 7.232 mujeres. Así mismo, desde el 20 de marzo de 2020 hasta el 31 de enero de 2021, 6.168 hogares con jefatura femenina recibieron ayudas humanitarias en dinero por valor de $6.021.209.346, indicó la Unidad.
Entre otras acciones, siete organizaciones de mujeres han sido admitidas históricamente como Sujetos de Reparación Colectiva para resarcir los daños ocasionados y garantizar la no repetición de la vulneración de sus derechos; este proceso ha permitido el reconocimiento de su historia, de su rol como lideresas, además de la recuperación de iniciativas de memoria y el fortalecimiento de procesos organizativos, de la confianza y la solidaridad en colectivo.
A través de su grupo de enfoque psicosocial, la Unidad para las Víctimas ha venido cualificando y ampliando su oferta de atención y acompañamiento a mujeres víctimas, como el ajuste de la atención individual presencial a la atención telefónica en tiempos de aislamiento social, al igual que la virtualización de la estrategia “Fortaleciendo Capacidades”, en la que el mayor número de participantes y personas atendidas son mujeres.