La pianista y conductora de orquesta Zoe Zeniodi interpreta el piano desde los seis años. Aunque continúa haciendo recitales con su instrumento, no se limita a esta faceta artística.
En pocos años se ha convertido en una de las renombradas conductoras musicales internacionales y desde el 2017 dirige la orquesta juvenil greco-turca, una experiencia "maravillosa e importante", según le dijo a la Agencia Anadolu.
“Nos hemos reunido en una isla griega por 15 días, vienen de ambos países y ensayamos, después hacemos un tour por Grecia y Turquía... los jóvenes de ambas naciones pueden estar juntos y así ver que somos totalmente iguales, que no hay nada diferente entre turcos y griegos y la música es el lenguaje común”.
En 2016 Zeniodi fue seleccionada, entre 156 concursantes, por la Ópera de Dallas para la beca del Instituto de Mujeres Directoras. “Es una iniciativa muy importante para que la gente sepa que las mujeres pueden conducir orquestas”, asegura.
Música para interpretar
Por estos días se encuentra ensayando con la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB) previo a lo que serán sus dos presentaciones dentro del Festival de Música Clásica de Bogotá. Un homenaje a Clara Schumann y conciertos con música de Franz Schubert y Johannes Brahms.
En Semana Santa, del 17 al 20 de abril, los bogotanos podrán ver presentaciones de diversos músicos internacionales homenajeando a cuatro compositores representantes del llamado Romanticismo germano en la música clásica: Robert Schumann, Johannes Brahms, Franz Schubert y Clara Schumann, 50 conciertos, 12 de ellos gratuitos, en 15 localidades de la capital.
El reconocimiento de Zeniodi se ha dado gracias a que desde hace más de 20 no vive en su natal Grecia y constantemente trabaja en diversos países: “me gustan las culturas. Viajé mucho desde pequeña. Está en mi sistema. Si no viajo una vez al mes no me siento normal”, confiesa con notable alegría.
Zeniodi ha logrado destacarse en un mundo masculino a simple vista e incompatible con una mujer que cría a dos hijos. Sin embargo ha logrado tener un doctorado en artes musicales, obtener un diploma en dirección orquestal de la Universidad de Miami, además de haber estudiado en la prestigiosa Royal College of Music en Salzburgo.
Ha dirigido las más importantes orquestas internacionales en diversos países: Directora musical de la Broward Symphony Orchestra, de 2010-2016, directora artística de la Orquesta de Alhambra, conductora de la Gran Ópera de Florida, la Ópera Nacional griega, el Ensamble Sinfónico de Nueva Inglaterra, la Filarmónica Juvenil de Bogotá (FFJ), la Orquesta Juvenil de España (Jonde), entre otras.
La conducción musical en un mundo masculino
Zeniodi relata sus inicios en la dirección musical al finalizar un ensayo con la OFB: “De repente me fui a Miami para hacer un doctorado en piano y la vida me llevó a inclinarme por la dirección de orquesta”.
“No era algo que había decidido desde temprano en mi carrera. Me empezó a gustar, no por ser directora y estar en un podio. Lo que es importante es poder estudiar la música... La orquesta es poder transmitir muchas otras cosas, es importante en la interacción de los músicos”, agrega.
Incluso recuerda que ella misma dudó de la posibilidad de dirigir a otros músicos: “Cuando me dijeron en EEUU que podía ser directora de orquesta, lo primero que se me vino a la cabeza fue 'no puedo, soy mujer', sabes”, confiesa con vergüenza.
Sin embargo, gracias a su bagaje cultural reconsideró el camino a tomar. “Soy griega, estudié en Londres y Salzburgo, inclusive estuve con mexicanos y por eso logré aprender a hablar español, por vivir con latinos toda mi vida, en Londres, Salzburgo y Miami”.
Pretende trascender los roles impuestos en el medio: “Lo importante es que todos los que estamos haciendo música, todos queremos la misma cosa, ayudar al otro a hacer música juntos, dar, compartir…”.
En EEUU afirma nunca haber recibido tratos discriminatorios, "están muy abiertos de tener a una mujer al frente". Caso contrario, asegura, a lo que vivió en ciertas partes de Europa: “Hay ocasiones que he sentido discriminación, normalmente es cuando se va a empezar a dirigir, cuando ven a una mujer llegando al podio. Se ve como con cara de ¿Qué haces aquí?”.
Clara Schumann es una abierta influencia de Zeniodi. Ambas son islas en el mar masculino de la composición clásica. La considera un modelo a seguir, no solo como artista: “Una mujer que era esposa de otro gran compositor, Robert Schumann, madre de ocho hijos, se le mueren cuatro, era la musa de Brahms, era la pianista más reconocida de su época, era compositora... Tuvo una vida difícil, cuidar al un poco loco Robert Schumann y sus niños… Escribió e interpretó obras y demás…. Es uno de los personajes más grandes que dio la historia de la música”.
La sinfonía está inconclusa
Es por esto que Zeniodi el próximo jueves 18 de abril homenajeará a la compositora con la Fusión Filarmónica Juvenil Orquesta Filarmónica de Bogotá y la solista francesa Lise de la Salle, durante el Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá.
Luego de las presentaciones en la capital colombiana, la directora griega pretende seguir haciendo lo que le gusta: tocar, dirigir y estar pendiente de sus pequeños gemelos. “Soy feliz, en este momento estoy en una gran etapa de mi vida“.
Aunque no olvida ciertas aspiraciones: “Quiero tener una orquesta como ésta que es fenomenal (la Orquesta Filarmónica de Bogotá). Mi próxima etapa es no ser ‘freelance’ y tener una orquesta fija. Directora artística y musical, poder construir con los jóvenes más obras, construir una organización viva que puede dar más música al mundo”.
Tal vez lo único a lo que no se atrevería es tocar otros tipos de música que admira. No se atrevería a tocar canciones de un Leonard Cohen o Tom Waits, los respeta pero no interpretaría, “solo toco lo que conozco”.
Así Clara Schumann puede estar tranquila, hay una sucesora conduciendo su música, digna representante de esas mujeres polifacéticas que logran sincronizar en perfecta melodía su vida.