Fatiga visual dejaría de ser una enfermedad laboral | El Nuevo Siglo
Foto cortesía
Jueves, 13 de Junio de 2019

LAS enfermedades laborales son las producidas como consecuencia del ambiente de trabajo o las operaciones propias del desarrollo laboral. Hace tres décadas, cuando los computadores entraron en vigor, el uso de estos generó una serie de exigencias físicas y empezaron a aparecer los primeros efectos: túnel carpiano, dedo engatillado, fatiga visual y sensibilidad a la luz, entre otros.

La fatiga visual se presenta por el uso desmesurado de computadores sin la debida protección visual y por una mala iluminación. Cuando el trabajador está concentrado frente a su pantalla de computador, deja de parpadear con la regularidad necesaria y esto ocasiona las dolencias. Se manifiesta con molestias oculares (picor, ardor, sequedad, lagrimeo, parpadeo, dolor ocular), trastornos visuales (visión borrosa, visión fragmentada y diplopía) y síntomas extra oculares (cefalea, vértigo, molestias cervicales, náuseas)”, comenta Juan Sebastián Bejarano, optómetra de Essilor Colombia.

Aunque la fatiga visual sigue estando dentro del top de las 5 enfermedades laborales más comunes, ha comenzado a ser reevaluado; pues debido al incremento en el uso del celular y de las pantallas en horas de ocio, es difícil identificar su origen.

El estudio de Asomovil de 2017 sobre hábitos de uso de telecomunicaciones móviles ya revelaba que los colombianos utilizan en promedio cuatro horas al día el celular, siendo los momentos de mayor pico: antes de acostarse (77 por ciento), al despertar (75 por ciento), mirando televisión (54 por ciento), en el trabajo o estudio (49 por ciento), de camino al trabajo (42 por ciento) y durante el almuerzo (39 por ciento), y cada año, estas cifras continúan en ascenso.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, la mayoría de los problemas referidos por los trabajadores con pantallas de visualización de datos - PVD (computadores, tablets, celulares) son el resultado, o están relacionados, con una visión no corregida. Una visión no corregida es un factor añadido a la incomodidad postural y a las molestias de cuello y hombros.  Muchos trabajadores adoptan una mala postura para compensar sus dificultades visuales. Por ejemplo, se inclinan hacia delante para reducir la distancia visual, o inclinan la cabeza para ver mejor.

“El uso de las pantallas es una rutina que hace parte de nuestras vidas, de manera que lo que debemos hacer es aprender cómo manejarlo sin que incida ni en nuestra salud visual, ni generando otros efectos colaterales. En este aspecto las gafas son fundamentales aún si no son para corrección visual, sino únicamente para protección y descanso. El sector óptico se ha interesado por cubrir estas necesidades con mejoras como los lentes Transitions que controlan la luz tanto en interiores como en exteriores ayudando a reducir la fatiga visual, bloquean los rayos UV para proteger los ojos del sol y filtran la luz azul nociva presente en todos los dispositivos electrónicos”, asegura el doctor Bejarano.

Por otro lado, los especialistas sugieren que todos contemos mínimo con dos pares de gafas, pues cada vez nuestras necesidades y expectativas visuales son mayores y tener varias gafas ayuda a que siempre usemos la mejor opción en cada escenario visual, también nos permitirá cambiar de estilo, sin aburrirnos de las gafas y estar preparados en caso de pérdida o daño.