Esta semana comienza en el Congreso el debate al proyecto de reforma tributaria y muchos sectores están planteando ajustes a la iniciativa impositiva con la que el Gobierno aspira a recaudar 25 billones de pesos.

En entrevista con este Diario, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, analiza el alcance del apretón tributario y si bien coincide con el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, en torno a que se requieren los recursos, advierte que sobrecargar la tributación a las empresas afectaría el empleo, la inversión y el crecimiento económico.

EL NUEVO SIGLO: ¿Generó mucho eco su advertencia en torno a que como está planteada la reforma tributaria podría tener un efecto negativo en la inversión a corto y mediano plazos. ¿Por qué?

LUIS FERNANDO MEJÍA: Hay que reconocer que esta reforma indudablemente trae varios elementos estructurales positivos, acogiendo una buena parte de las recomendaciones que hemos hecho desde Fedesarrollo y, por supuesto, otros analistas y centros de investigación. 

Uno  de ellos tiene que ver justamente con el tema crítico, que es la eliminación de las exenciones para las empresas, esto con el objetivo de lograr un estatuto tributario que permita un tratamiento equitativo para todos los sectores y todas las empresas del país. Actualmente ese no es el caso: una empresa puede pagar una tarifa de renta efectiva distinta si está en un sector económico versus otra donde no existen este tipo de beneficios, y eso es absolutamente inequitativo. Esa es una de las principales propuestas que hemos hecho desde Fedesarrollo y que ha acogido el Gobierno.

Sin embargo, hemos dicho: si se eliminan las exenciones de las empresas, naturalmente el siguiente paso es reducir la tarifa de renta que actualmente está en el 35% y que es una de las más altas de los países de la OCDE y también, incluso, en los países pares en América Latina.

Porque realmente la razón por la cual Colombia tenía una tarifa de renta tan alta era para compensar esa gran cantidad de exenciones. Luego, si se eliminan las exenciones, indudablemente tiene que reducirse, así sea gradualmente, la tarifa de renta. De lo contrario, eso generaría una carga importante en la tributación para las empresas y, por ende, un desincentivo para la inversión y el crecimiento económico. Eso es un elemento fundamental.

Régimen simple

ENS: En ese caso ¿habría que diferenciar la carga tributaria entre las mipymes y las grandes empresas?

LFM: En ese sentido hay un elemento bastante positivo: el Gobierno en su propuesta de reforma mantiene e incluso fortalece el régimen simple de tributación, que justamente es un régimen enfocado a tratar de formalizar y disminuir la carga tributaria de las empresas más pequeñas del país.

Este régimen simple significa que, con un solo pago bimensual, se puede de alguna manera resumir el pago del impuesto de renta, el impuesto al consumo y algunos impuestos a nivel local como, por ejemplo, el ICA, que es el impuesto de industria, comercio y avisos.

En ese sentido, creo que es positivo que se mantenga ese incentivo para formalizar, por supuesto, una gran cantidad de empresas así como para incentivar, justamente, que estas empresas pequeñas puedan crecer. Pero el problema permanente, especialmente para las empresas medianas y grandes, es que indudablemente tendrían ese aumento de la tributación de manera bastante amplia, con base en la propuesta actual.

ENS: ¿Cuál sería el otro elemento que podría afectar la inversión?

LFM: El otro elemento tiene que ver con la forma en la que se está cambiando el tratamiento a los dividendos. En la propuesta de la reforma hay una idea interesante. Dice: “bueno, voy a empezar a gravar a los dividendos en la misma tarifa que se gravan como cualquier otro ingreso laboral”. Es decir, las tablas de tributación de personas naturales con tarifas máximas marginales del 39%.

Sin embargo, creemos que hay un problema también: es que se debe, entonces, permitir que los dividendos que ya se tributan en cabeza de la empresa, puedan justamente deducir ese impuesto pagado en cabeza de la sociedad, de la empresa, para poder evitar una doble tributación.

Así que creo que son dos elementos importantes que, de nuevo enfatizo, pueden eventualmente generar un aumento en el costo del capital, un aumento en el costo de la inversión, pero que también, por supuesto, son comentarios que hacemos porque consideramos que se pueden incorporar durante el trámite de la reforma tributaria en el Congreso.

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Ampliar la base

ENS: El ministro Ocampo dijo que podría morigerar algunos aspectos de la reforma si le planteaban alternativas que pudieran compensar ese recaudo proyectado ¿Qué alternativas hay, que no estén contempladas en la reforma de hoy, que pudieran cumplir ese objetivo?

LFM: Es muy razonable esa solicitud que hace el Ministro de Hacienda porque, naturalmente, la necesidad de aumentar el recaudo está ahí y la necesidad también de cumplir la Regla Fiscal.

En ese sentido esta reforma tiene elementos estructurales, como lo comentaba al principio, pero creo que deja de lado dos elementos fundamentales y estructurales que, justamente, podrían ayudar en este objetivo de aumentar la tributación y el recaudo fiscal en Colombia. El primero tiene que ver con la ampliación de la base de personas que pagan renta en Colombia, que indudablemente es una base muy pequeña: cerca de cuatro millones de colombianos que pagan renta frente a más de 10 millones de ocupados formales y 22 millones de ocupados, incluyendo los informales.

No es para pedir que todo el mundo empiece a pagar renta, pero sí para ir ampliando gradualmente la base de declaración. Y en salarios, digamos aplicar no solo a los 10 millones de pesos, sino alrededor de los 7, 8 y 9 millones. Un aumento que será muy gradual de esa tributación para contribuir en este elemento.

Las dos reformas

ENS: Varios gremios advierten que aplicar al mismo tiempo una reforma impositiva y una reforma laboral va a aumentar los costos de producción y nómina ¿Cree que las empresas pueden aguantar el impacto de ambas reformas al tiempo?

LFM: En cuanto a la reforma laboral, creo que falta, justamente, abordar esta discusión de una manera mucho más amplia, porque lo que el país ha venido haciendo realmente es abordar algunos elementos que lo que hacen es encarecer aún más empleo formal. Por ejemplo, lo que hizo el Congreso el año pasado cuando aprobó una reducción de la jornada laboral de una hora, que empezaría a partir del próximo año.

El segundo elemento ya se está hablando por parte del Gobierno, en cuanto a reducir el horario a partir del cual se puede se puede dejar de pagar un recargo nocturno y bajarlo de las 9 de la noche a las 6 de la tarde.

Todos son elementos que se pueden discutir y que indudablemente pueden hacer parte de la discusión, lo que pasa es que no podemos quedarnos solamente con los elementos que encarecen el costo del empleo formal y no pensar en los otros elementos que lo que buscan, justamente, es flexibilizar y de alguna manera formalizar el empleo, especialmente al acogerse a las nuevas realidades de los mercados laborales en Colombia.