Descarbonización no ha sido suficiente para el calentamiento global | El Nuevo Siglo
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Martes, 27 de Septiembre de 2022
Redacción Medio Ambiente

El Índice de Economía Net Zero de este año muestra que los avances en la descarbonización se están quedando alarmantemente cortos para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, ya que 9 de las 20 principales economías mostraron aumentos en la intensidad del carbono durante el último año.

El año pasado el mismo afirmaba que para limitar el calentamiento a 1,5 °C se necesitaba una tasa de descarbonización mundial anual del 12,9%, pero en 2021 la tasa mundial alcanzada fue de tan solo el 0,5%, mientras que la media del G20 -que en conjunto representa alrededor del 80% de las emisiones mundiales relacionadas con la energía- fue de tan solo el 0,2%, su nivel más bajo en dos décadas.

Esto ha hecho que se requiera un ritmo mundial de descarbonización del 15,2% interanual para cumplir los objetivos climáticos adoptados en el Acuerdo de París y refrendados en la COP26 del año pasado, a pesar de cualquier choque futuro, como la actual crisis energética. Este ritmo, que es 11 veces más rápido que la media mundial alcanzada en las dos últimas décadas, se complica aún más por el actual contexto geopolítico y económico, lo que conlleva un riesgo real sobre los futuros avances en la reducción de emisiones.

El Índice de Economía Net Zero de PwC hace un seguimiento de los progresos realizados por los países del G20 (grupo de los países más poderosos del mundo que representan el 85% de la economía mundial) para reducir las emisiones de CO2 relacionadas con la energía y descarbonizar sus economías.

Para ello, se miden los niveles de consumo de energía en relación con el PIB y el contenido de carbono de esa energía. China logró una reducción del 2,8% en la intensidad del carbono, mientras que Estados Unidos (0,1%), India (2,9%), Japón (0,6%), Alemania (1,7%) y Francia (1,4%) experimentaron aumentos, en parte debido a la recuperación de la pandemia. El país con mejores resultados fue Sudáfrica (-4,6%).



El informe señala que no existe un único camino hacia Net Zero, ya que cada país avanza a un ritmo diferente y con medios distintos. Sin embargo, en última instancia, todos los países deben acelerar la acción, con la necesidad urgente de reducir la intensidad del carbono mundial en un 77% para el 2030.

A nivel general, es alentador que los gobiernos, los inversionistas y las empresas estén cada vez más de acuerdo con la necesidad de una descarbonización a gran escala y una aceleración del cambio a las energías renovables. No sólo en los países del G20, sino en todo el mundo.

Del mismo modo, se han reforzado los argumentos financieros a favor de la eficiencia energética, especialmente en los sectores que consumen mucha energía y tienen retos para lograr su reducción. Las empresas buscarán formas de consumir menos y utilizar la energía de forma más eficaz, lo que indica un posible punto de inflexión en la forma de pensar sobre la energía.

Margarita Casas, Socia de Sostenibilidad y Cambio Climático, afirma: “Muchas organizaciones están muy maduras, tanto en Colombia como a nivel internacional, en cuanto a su comprensión de los riesgos y oportunidades que factores externos como el cambio climático - entre otros factores ESG - plantean para sus negocios y, por lo tanto, los están considerando en su toma de decisiones de inversión, de creación de alianzas, de desarrollo de nuevos productos y servicios, de adhesión a iniciativas, etc. Este avance es positivo porque motiva a otras organizaciones a seguir en esta línea y facilita la adopción de mejores prácticas.

Desde el punto de vista de impactos, si bien hay un desarrollo amplio de metodologías para la identificación de los impactos en aspectos sociales y ambientales, aún tenemos camino por recorrer en la toma de decisiones corporativas sobre cómo gestionar estos impactos, particularmente en cambio climático, y sobre las metas a alcanzar. Si queremos progresar en los grandes problemas del desarrollo sostenible, es importante que las organizaciones tengan metas retadoras y, sobre todo, que sea claro cómo dichas acciones y metas contribuyen con la solución de estos retos globales”.