Cuando se esperaba que el país literalmente sudara petróleo al caer las exportaciones por el impacto de la pandemia, el carbón colombiano se ha convertido en una de las alternativas para aumentar sus ingresos.
Con un precio cercano a US$227 la tonelada en el ICE de Rotterdam, uno de los mercados más importantes del mundo para carbón, este mineral se ha convertido para Colombia en una excelente alternativa de exportaciones, superando incluso a las registradas por el petróleo.
Entre el 1 de enero y el 15 de octubre del presente año, el precio del carbón en los mercados internacionales aumentó US$157 por tonelada, que representa una variación del 224%.
No en vano estos precios le permitirían recibir al país casi $40 billones por las ventas en el mercado internacional, con la diferencia de que la mayor parte de este mineral es producido por empresas extranjeras.
Con razón el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa Puyo, dijo que “el carbón y el petróleo colombiano tienen y tendrán un papel relevante en los próximos meses, lo que le permitirá al país tener una pequeña bonanza en sus ingresos, y que de paso le ayudarán a cuadrar caja”.
El caso más significativo ha sido el del carbón, mineral que en los mercados de Europa su cotización prácticamente se ha triplicado en lo corrido del año. Si se mantienen los cálculos del Gobierno, los cuales estiman que la producción de carbón en el país para el 2021 alcanzará los 60 millones de toneladas, a las arcas de la nación entrarían más de $40 billones.
Producción
Sin embargo, esa producción de los 60 millones de toneladas de carbón, no corresponde a los mismos los niveles registrados antes de la pandemia, más si se tiene en cuenta que en el 2020 se extrajeron 48,4 millones de toneladas y en el 2019 fueron 85 millones de toneladas; lo cierto es que debido al precio internacional, en el 2021 se obtendrán más ganancias. Hace un año la tonelada no superaba los US$38.
De otro lado, el ministro de Minas habló de los nuevos escenarios y destinos que el país ha identificado para exportar carbón, buscando abrirse paso en nuevos mercados internacionales para vender este mineral.
De acuerdo con Mesa Puyo, el Gobierno nacional ha tenido rondas con Corea del Sur, Japón, Vietnam y, recientemente, con República Dominicana, estos últimos porque tienen una necesidad de carbón muy fuerte para la generación térmica.
Ya se han pactado cinco embarques de cerca de 50 mil toneladas cada uno al país centroamericano, de los cuales ya salieron dos y se está en proceso de carga del tercero. “Esto ha sido en cuestión de tres a cuatro semanas, ellos lo que están buscando es una fuente confiable para el suministro en el corto y mediano plazo”, manifestó el ministro Mesa.
El coque
De otro lado, el presidente de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón), Carlos Cante, dijo a este medio que, durante el primer semestre de 2021, el coque metalúrgico en Colombia se consolidó como el sexto producto de exportación del país.
Esto luego de pasar de US$312 millones a US$534 millones, lo que significa un crecimiento de 71,17%, dinámica propiciada especialmente por el aumento en los precios internacionales de este producto. Según Cante, la industria nacional de la coquización en los últimos años ha adquirido especial relevancia gracias al posicionamiento de este producto en el mercado internacional, donde Colombia actualmente se distingue como el tercer exportador mundial después de China y Polonia, superando los tres millones de toneladas anuales.
No obstante, de acuerdo a estimaciones del sector, se prevé que este año la exportación aumente por lo menos a 3,8 millones de toneladas de coque.
Este mineral, un producto industrial derivado del carbón metalúrgico, es producido en Cundinamarca, Boyacá y Norte de Santander y su principal uso es para la producción de acero.
“Este sector, además de ser uno de los mayores generadores de divisas y empleos, hace parte de una cadena logística que representa cerca de 30% de la carga de compensación, condición clave para que las importaciones desde puertos hacia el interior del país puedan llegar a costos más competitivos”, indicó el gremio.
Inversiones
Al respecto, el presidente ejecutivo de Fenalcarbón señaló que “esta es una industria que reviste de importancia no solo para el país, sino para las regiones donde se produce”. Cante dijo que “a pesar de situaciones como la pandemia, bloqueos y problemas con el calado en el Puerto de Barranquilla, ha mantenido las inversiones y empleos, por lo que es clave promover una infraestructura que le brinde mayor competitividad y políticas de inversión claras que generen mayor desarrollo para el país”.
Los jugadores
De otra parte, se conoce que el mundo consume alrededor de 7,5 miles de millones de toneladas de carbón al año. El principal uso está en la generación de energía que brinda el carbón térmico, utilizado también en diferentes industrias. Otra parte importante del consumo global proviene del carbón metalúrgico, utilizado fundamentalmente en las industrias del acero y las ferroaleaciones. Los vehículos, maquinaria, equipos médicos, electrodomésticos, herramientas y muchos otros bienes que hacen parte de la vida diaria incluyen en su proceso de elaboración este mineral.
China es hoy el líder mundial en la producción de carbón con cerca de 3,6 miles de millones de toneladas al año y, a su vez, el más grande consumidor tanto de carbones térmicos para generar la energía que demanda su vasto aparato productivo, como de carbón metalúrgico para producir el acero que alimenta su industria metalmecánica.
Colombia, por su parte, es un jugador marginal en términos de consumo con cerca de cinco millones de toneladas usadas en generación de energía al año y, aproximadamente, dos millones de toneladas más de carbón térmico que consume el sector industrial. Por su parte, un poco más de cinco millones de toneladas de carbón metalúrgico son la base de la industria nacional de coquización.
Pese a la reducción de la producción en los últimos cuatro años, Colombia es el quinto exportador mundial de carbón térmico y, gracias al avance de la industria de la coquización, se ha consolidado como el tercer exportador mundial de coque metalúrgico con 3,4 millones de toneladas exportadas en 2020 y una expectativa de 3,8 millones de toneladas en 2021, siendo este el sexto producto de exportación nacional, con una demanda mundial creciente para la producción de acero.
La descarbonización
Ahora que las discusiones ambientales han tomado gran fuerza, la transición energética global ha marcado la pauta para que las economías transformen sus modelos de producción a través de tecnologías más limpias y menos contaminantes.
Sin embargo, la descarbonización radical prometida por algunas potencias, contrasta con el crecimiento acelerado de la demanda mundial de energía y de bienes básicos como el acero y el cemento. El mundo está avanzando en la incorporación de fuentes más limpias, así como en el desarrollo y adopción de mejores tecnologías de almacenamiento y captura de carbono que permitan a su vez enfrentar el reto de la soberanía energética de los países ricos en recursos. Frente a este panorama la pregunta es si existe futuro para el carbón.
El problema no es el carbón en sí, y de esta manera lo han demostrado los grandes productores y consumidores, como Australia y China; incluso Alemania que, pese a sus esfuerzos por reducir su consumo de carbón, durante el primer semestre de este año sustentó su producción de energía un 56% en fuentes convencionales, mientras la generación con energías renovables disminuyó 11,7%, de acuerdo con la Oficina Federal de Estadística alemana (Destatis).
El verdadero esfuerzo debe estar encaminado a incorporar procesos de combustión de alta eficiencia y bajas emisiones, para lo cual ya existen tecnologías probadas en el mundo y que significarán que el carbón se siga demandando como una fuente confiable y económica por varias décadas más.