Sin acabar la primera ola del Covid en el país y a punto de cumplirse siete meses de la irrupción del mismo, los contagios comienzan a repuntar en gran parte del territorio nacional generando el temor de que pueda darse aquí un efecto reflejo de lo que está ocurriendo en Europa.
Desde el pico de contagios (segunda quincena de julio) y de fallecidos (mediados de agosto), en la mayoría del país comenzó un descenso significativo en estos dos indicadores de la pandemia, destacando Bogotá, Atlántico, Bolívar, Amazonas y Magdalena, la ruta inicial de la pandemia, que posteriormente hizo su recorrido por los litorales hacia el sur, el norte y el oriente del país.
Al comenzar a bajar los guarismos en estos departamentos y la capital de la República, que durante meses fueron los más altos, las autoridades sanitarias indicaron que si bien el Covid avanzaba a diferentes velocidades se evidenciaba que el país había entrado en una meseta epidemiológica. Ello fue lo que permitió al Gobierno dar vía libre a la denominada ‘nueva normalidad’ que arrancó precisamente hace dos meses, el 1 de septiembre, y que contemplaba retomar la mayoría de actividades económicas y comerciales, así como el desconfinamiento de niños y adultos mayores, con la estricta observancia de las normas de autocuidado (uso del tapabocas, lavado de manos y distanciamiento).
Y, evidentemente, se pasó de los más de 10 mil nuevos positivos diarios registrados durante julio y casi todo agosto a presentarse entre 5 mil y 7 mil, al igual que los decesos que el 26 de ese último mes tuvieron un pico de 295. De esta forma, en septiembre, el guarismo más bajo de contagios se dio el 7 de septiembre con 5.327 casos, mientras de los fallecidos bajaron de los 200 e inclusive marcaron un mínimo de 153 el 28 de septiembre.
Con estos datos y la disponibilidad de camas de cuidado intensivo alrededor del 50%, se corroboraba que Colombia estaba en meseta epidemiológica, aunque no se podía establecer cuánto tiempo duraría.
Sin embargo, otras regiones del país comenzaron a tener el fuerte impacto del coronavirus, entre ellos Santander, Norte de Santander, Córdoba, Valle, Meta, y Cundinamarca. Y, días después, se añadieron Antioquia, Huila, Tolima, Caldas, Quindío y Risaralda, mientras que, más recientemente Arauca y Boyacá. Paralelamente, aunque por obvias razones de densidad poblacional, iniciaron a reportar positivos San Andrés, Guainía, Guaviare y, en menor proporción Vaupés y Vichada.
Para tener una clara idea del comportamiento que ha tenido el Covid en los últimos cinco meses basta con mirar el número de contagios y fallecidos por éste en cada periodo: Junio 68.449 positivos (2.384 decesos); Julio, 197.644 (6.760); Agosto, 319.660 (9.558); Septiembre 214.516 (6.335) y Octubre, 244.511 (5.316).
De esta forma, en el periodo en referencia, los contagios aumentaron de junio a julio en 129.195 y en agosto fueron 122.016 más respecto al mes anterior. Luego bajaron durante septiembre en 105.144 y volvieron a repuntar octubre en 29.995.
En cuanto a los fallecimientos, subieron en julio 4.376 y en agosto, 2.798. El mes siguiente descendieron en 3.223 al igual que en octubre que se registraron 1.019 menos.
Cabe resaltar que en los tres últimos días de octubre se ha dado un notorio repunte en los dos indicadores más dicientes de la pandemia y ello por el aumento de positivos en algunas regiones del país, especialmente en Antioquia, Huila, Caldas, Tolima, Santander, Boyacá, Caquetá, Cesar, Quindío y Risaralda, Valle y Cundinamarca.
De venir registrando nuevos positivos diarios en octubre por debajo de los 9 mil e inclusive cayendo hasta los 7 mil, en los últimos tres días del mes se informaron los más altos del mes: El 29 se presentaron 11.187, al día siguiente tuvieron una leve reducción, a 10.029, pero cerró mes con 11.033. Mientras, los decesos volvieron a superar los 200.
El Ministerio de Salud ha aclarado que Colombia enfrenta aún la primera ola del Covid y que no se puede determinar una sola curva epidemiológica para el país debido a que por las condiciones del mismo la virulenta enfermedad se ha expandido a un ritmo diferente. Sostiene que seguimos en la meseta y que depende de la responsabilidad individual no solo que la situación se agrave, sino que de ocurrir que se contemplen medidas extremas como volver al confinamiento.
Lejana pero no descartable es esta posibilidad. Sin embargo y si tomamos como referente a Europa, como lo hizo el país en meses pasados cuando éstos vivieron el pico de la pandemia, pareciera que aquí no se va a dar ese efecto reflejo y extremo de la restricción total a la movilidad porque las medidas determinadas y observadas por la mayoría de la población han logrado contener la transmisión del virus.
Vale recordar que desde el 20 de marzo y hasta el 30 de abril se verificó la cuarentena preventiva obligatoria en Colombia y, tras ello, se iniciaron unas etapas de reapertura controlada para algunos sectores, la que fue ampliada en mayo hasta llegar a septiembre con el aislamiento preventivo inteligente. Desde ese entonces se ordenó el uso del tapabocas, se prohibieron las reuniones o eventos que implicaban aglomeraciones y se adoptaron los protocolos de bioseguridad para todas las actividades.
En Europa, amén de que la mascarilla no vino a ser obligatoria sino hasta que comenzó a darse el rebrote -y no en todos los países-, el haber registrado el pico de la pandemia entre abril y junio, llevó a la relajación de las medidas de autocuidado. A la par, con la reapertura plena de la movilidad llegaron las vacaciones de verano, lo que permitió el traslado e interacción de millones de personas en playas, bares, discotecas y transporte.
Ese relajamiento comenzó a pasar factura a los europeos en las últimas semanas, registrando nuevo record de contagios diarios y fallecidos, lo que ha llevado a que medio continente vuelva al confinamiento, pese al evidente descontento ciudadano y el nuevo golpe a las ya de por sí alicaídas economías. Francia, Austria, Inglaterra, España, Grecia y Alemania, entre otros, volverán bien a las cuarentenas o implantarán toques de queda, en un intento por contener la fuerza de la segunda ola del coronavirus.
Desde que comenzó la pandemia, el mundo 45.650.850 personas han contraído la enfermedad, aunque más de 30 millones la superaron, mientras que 1.194.482 fallecieron.
Europa registra, a la fecha, 10.247.076 positivos al Covid y 276.474 fallecidos, mientras que en América Latina son 11.259.360 contagios y 400.599 decesos. De éstos, 1.074.184 contagios y 31.314 se han registrado en Colombia, que se ubica en el octavo lugar de los países más afectados en el mundo.
Así las cosas, parece poco probable que el país llegue a una grave situación como la que hoy enfrenta el Viejo Continente con el rebrote. Sin embargo las alarmas sanitarias se mantienen en amarillo y de allí que se reiteren los llamados a la responsabilidad individual y colectiva porque el virus está aquí y se quedará, al igual que en el resto del mundo, por mucho tiempo. Además, la reducción de contagios registrados en semanas anteriores parece haber llegado a su fin, lo que sería un indicador de se estaría saliendo de la meseta y retomando la curva epidemiológica ascendente