Hace 70 años Bogotá contaba con 400.000 habitantes, más o menos, y en el sector privado brillaban por su ausencia las clínicas importantes en el sector privado. Todo indica que la primera clínica con todos los recursos científicos, humanos y logísticos, fue la Clínica Palermo.
Inició sus servicios a la comunidad con 35 religiosas de las Hermanas de la Caridad dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, dirigidas por la Madre Mere Saint Martin. La eficiencia, la experiencia, la capacidad y el fervor con las que se atendía en clínicas de otros países, sirvió de apoyo definitivo para dar grandes resultados en Bogotá. Algunas de estas religiosas ya habían trabajado en Bogotá, en los hospitales oficiales de San José y San Juan de Dios.
Con ejemplar devoción y responsabilidad la comunidad ha mantenido siempre en alto el buen nombre de este centro clínico, lo que le ha permitido ganar en la sociedad un sólido prestigio por los destacados servicios prestados a la capital.
Claro que en el campo gubernamental la colaboración prestada a la ciudad ha sido meritoria y oportuna. Pero la limitación en los recursos económicos y el criterio, no siempre rigurosamente técnico, en la administración de los organismos estatales a veces dejan mucho que desear. En el ámbito privado y más si se trata de comunidades religiosas, prevalece la mística en el servicio, el fervor cristiano, el desinterés, la abnegación y la voluntad de sacrificio.
La Madre Mere Saint Martin, quién marco un hito al fundar la Clínica Palermo, trabajó con ardor ejemplar, con visión extraordinaria y con el anhelo de que la clínica se ganará el corazón de los capitalinos por la excelencia en la atención a los pacientes. Una característica de esta querida y estimada organización religiosa es el desinterés, el altruismo y el sentimiento filantrópico con que se gobierna la institución.
Los costos para el público siempre han sido muy moderados si se comparan con las exigencias financieras de otros centros dedicados al tema de la salud. Y todo sin disminuir la excelencia en todos los aspectos. Tradicionalmente ha contado la Clínica Palermo con la presencia, la dirección y asesoría de eminentes médicos y especialistas en todas las ramas que involucran la medicina. Los calificados profesionales en el pasado y en el presente, han sido muy celosos de mantener muy en elato el nombre de la clínica.
Acaba de ser designada Madre Provincial de la Presentación la Madre Pastora Marín para dirigir la institución en Bogotá. Estaba en este cargo la madre Yolanda Barrantes. Estas dos religiosas han sido líderes espirituales dentro de la organización, sobresaliendo por la virtud, discreción y espíritu comprensivo con que gobiernan a las religiosas que las acompañan. Fue consejera provincial la dinámica hermana Alicia Eslava, talentosa, imaginativa y siempre dominada por el espíritu caritativo que inspira a las dominicas.
Donde se comprueba de manera más perfecta la obra de Cristo sobre la tierra es en la historia memorable de las comunidades religiosas.