ANDRÉS MOLANO ROJAS* | El Nuevo Siglo
Lunes, 26 de Diciembre de 2011

 

El enigma norcoreano (I)

 

(Primera parte de una entrevista concedida a un diario ecuatoriano a propósito de la muerte del mandamás norcoreano, Kim Jong-Il, y sus repercusiones internas y en nivel internacional)

¿Cómo se explica que pese a que Kim instaló un régimen de terror,  su muerte causó un gran pesar entre la población norcoreana?

Es difícil establecer cuánto hay de sincero duelo colectivo y cuánto de propaganda cuidadosamente organizada en las manifestaciones de pesar que el régimen ha divulgado a los medios occidentales.  En estos casos suele haber una mezcla de admiración y de temor en las emociones públicas que es muy complejo discernir desde fuera.

¿Por qué la dinastía de los Kim despierta pasión entre la gente pese a la represión y la violación de derechos humanos, el atraso tecnológico, la hambruna y la pobreza?

Porque como todo régimen totalitario, el de Corea del Norte se basa en el culto de la personalidad del líder, cuya figura y biografía han sido en este caso idealizadas hasta el absurdo, al punto de señalar en su biografía oficial que Kim Jong-Il ni siquiera estaba sometido a las mismas necesidades fisiológicas que el resto de los mortales.

¿El adormecimiento de la masa que se ve en Corea del Norte demuestra el enorme poder de la propaganda oficial?

Sin duda, el hermético régimen norcoreano dispone de unos poderosos y refinados mecanismos de control social. Unos operan mediante la coerción y el terror -en ese sentido, el país es un inmenso gulag. Otros, a través de una propaganda omnipresente, reforzada por el más absoluto aislamiento del resto del mundo.

¿Cuáles son las repercusiones inmediatas de la muerte del líder norcoreano, Kim Jong-il?

Por ahora hay una enorme incertidumbre, y el mundo está a la expectativa de la forma en que se desarrolle el proceso de transición en Pyongyang.  La principal preocupación tiene que ver con la estabilidad del régimen.  No hay que olvidar que se trata de un país con armas nucleares y con un contencioso aún no resuelto realmente con su vecino del sur.

¿Considera, como lo ha advertido Amnistía Internacional, que el sucesor de Kim, su hijo Kim Jong-un, intensificará la represión?

Todo dependerá de la forma en que se produzca la transición.  De ahí la importancia que reviste la estabilidad del país, incluso en términos de derechos humanos.  Si el régimen se siente amenazado, podría recurrir a la represión en el plano interno o a algún desafuero bélico en el plano externo.

*Analista y profesor de Relaciones Internacionales