Muchos serán los llamados pero bien pocos los escogidos. Esta podría muy bien ser la norma que regule la ardua tarea de escoger y elegir al próximo presidente de los colombianos. Precandidatos hay más de treinta, pero con reales posibilidades de coronar la segunda vuelta, se cuentan con los dedos de las manos y sobran dedos. ¿Quiénes entonces serán los elegidos y quienes sus grandes electores?
Sin darle muchas vueltas al asunto hay alguien que se vislumbra como el factor determinante de esa elección. El expresidente Álvaro Uribe Vélez. Su único problema será saber escoger y no equivocarse con sus aliados. Pretendientes le sobran, pero quienes están dispuestos a someterse a su santa voluntad, habrá que averiguarlo. En este escenario de confrontación hay dos grandes candidatos y dos grandes movimientos políticos para tejer alianzas. El primero de todos, Germán Vargas Lleras, que cuenta con partido propio, Cambio Radical, pero no sabe ser comparsa de nadie (sino que lo diga Santos). El segundo, el antioqueño Luis Alfredo Ramos. Si logra la bendición de su jefe natural, el expresidente de quien venimos hablando y el apoyo, por ejemplo, del conservatismo, su partido, estaría más que listo ceñirse la banda presidencial, con muchas, muchísimas probabilidades.
Sin embargo tanto Vargas como Ramos tienen sus propias fortalezas y debilidades. La principal ventaja de Vargas es su larga exposición mediática .La de Ramos su probada gestión ejecutiva como exgobernador y exalcalde. La gran desventaja del primero es su pésimo mal genio y no saber ni poder ser segundo de nadie. La de Ramos es no tener mucho reconocimiento nacional y tener todavía pendiente una absolución definitiva de la Corte, por calumnias de paramilitarismo.
Los otros nombres de la baraja tienen más desventajas que ventajas. Comenzando por Gustavo Petro, quien por ser muy conocido es también muy rechazado. Le sigue el exgobernador Sergio Fajardo a quien aún le falta recorrido a escala nacional. El ex contralor Alejando Ordoñez no convence ni a sus propios copartidarios, los conservadores y Marta Lucia Ramírez que si los convence, no tiene talante para dejarse mandar de nadie. Las dos López, Clara y Claudia, no tienen un partido propio que sustantivamente las arrope. Finalmente nombres como los de Cristo, Galán, Robledo, Navarro, Barrera y Pinzón, la verdad es que no tienen suficiente combustible para poder despegar y uno que si podría tenerlo, el conservador Álvaro Leyva, sus aproximaciones, de buena fe, a las Farc, llenan de suspicacias al electorado. El resto ni siquiera registra en el tablero electoral...
Como se puede apreciar todos los caminos nos llevan al que, para bien o para mal, pasa por el peaje del expresidente Uribe, el único exmandatario con voz y voto en este asunto, ya que Santos no tiene como poder influir y Gaviria no tiene mucha capacidad de maniobra.