DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Diciembre de 2011

Peajes urbanos

El alcalde electo de Bogotá, Gustavo Petro, anunció que montará peajes internos en algunas vías de la ciudad con el fin de incrementar los costos de movilización de vehículos y así ir desmontando gradualmente el pico y placa como prometió en su campaña.

Pues bien, una cosa es estar en campaña y alegremente prometer cosas sin estudio ni base cierta, sólo con el afán de conquistar votos y otra entrar a gobernar las realidades. Pues si hacemos un análisis con sentido común, la decisión de cobrar peajes urbanos es totalmente desenfocada e inconveniente y poco real. Traerá más caos que el actual. Ahora veamos por qué: el cobro no es el problema, pues quienes tenemos vehículo particular con gusto lo pagaríamos y sin importar el costo, pero cualquier ciudadano se pregunta: ¿pagar peaje para la carrera 30, la 68, la Boyacá o Ciudad de Cali? Es un absurdo, ya que son las únicas que tienen dos o tres carriles y se encuentran en pésimo estado a excepción de la 30. Entonces imaginémonos pagando peaje, las colas, el hacinamiento vehicular o la división para sacar carriles preferenciales en vías destrozadas. De otra parte el que no puede o no quiere pagar por donde transitará, lo hará por vías alternas en medio de los barrios llenos de huecos, busetas atravesándose o utilizando las maltrechas calles. Mejor dicho, peor es el remedio que la enfermedad.

Cómo podemos comparar a Bogotá con Singapur, Malasia, Corea, Estados Unidos y demás países avanzados que utilizan este mecanismo, que no es malo, pero ellos tienen grandes autopistas de seis y ocho carriles, con diseños, señalización y salidas precisas. De manera que no entiendo cómo una persona sin conocimiento ni trayectoria administrativa, ni estudios urbanísticos pueda tomar semejante decisión tan absurda e inconveniente que colapsará a la ciudad. De otra parte él no piensa en la gente con vehículos, que pagamos impuestos de rodamiento, sobretasa a la gasolina y paramos por dos días a la semana. De ahí que querer que quien posea su carro, por no pagar peajes urbanos se someta a un trancón peor en las vías gratuitas, o que deje su carro los otros tres días de la semana guardado para usar transmilenio o pagar taxi. Mejor dicho sale lo comido por lo servido.

De verdad que Petro comienza a mostrar su improvisación y falta de criterio, pues él no sabe nada de eso, no ha viajado a estudiar otras ciudades, él mismo confesó que no se imaginaba ser alcalde. Mientras tanto la gente condenaba a Peñalosa diciendo que era enemigo del vehículo y veamos ahora a Petro. Tristemente para la ciudad no nos asoma un buen presagio en esta alcaldía, Dios nos libre de un fiasco peor que el de Samuel.

diegoarango@teleamiga.com

*Presidente Canal Teleamiga Internacional