El desastre de un sátrapa | El Nuevo Siglo
Sábado, 6 de Mayo de 2017

El presidente Nicolás Maduro, al intentar revocar de un plumazo el último legado de su mentor Hugo Chávez, convocando una constituyente para remplazar la vigente, parece estar sellando la suerte del mal llamado movimiento bolivariano, llevando la crisis a una sinsalida. Una vez más el sátrapa venezolano demuestra que es un verdadero desastre, como bien lo ha calificado el presidente Trump. El desgobierno ha superado todos los límites de la desfachatez y la insania democráticas. 

Cada día que pasa crece el descontento y la desesperación del sufrido pueblo patriota, que se ha lanzado a las calles en jornadas permanentes para testimoniar su descontento. Ya casi suman cuarenta los muertos en las últimas jornadas puesto que el régimen intensifica su feroz represión. La comunidad internacional parece estar saliendo de su cómplice sopor. La OEA se apresta a condenarlo y el dictador se apresura a abandonar el organismo. Colombia, por fin, se decide a criticarlo y Santos parece haberse dado cuenta por fin de la canallesca calidad de su sangriento vecino. Sin embargo, a estas alturas nadie sabe en qué terminará esta crisis.

Serios analistas estiman que antes de finalizar este año la inflación estará rondando el dos mil por ciento. Maduro quema sus últimos cartuchos y cierra dramáticamente sus propias posibilidades de poder abandonar su cargo dignamente. Desde luego él ha demostrado no conocer esta palabra. Los militares, untados hasta los tuétanos en esta vorágine de corrupción, colaboran con la represión y esa complicidad envalentona aún más al mandatario.

A tal punto ha crecido la desesperanza que hasta el clamor del propio papa Francisco por una salida negociada ha caído en oídos sordos allá en Miraflores. Un profundo conocedor de la situación nos opina que infortunadamente todo puede terminar con un demencial baño de sangre de consecuencias catastróficas. 

Colombia está inmersa en una verdadera encrucijada por la multiplicidad de ingresos de venezolanos en la frontera. El presidente Santos parece que se está dando cabal cuenta de los riesgos que nuestro país puede correr con un agravamiento de la situación y está obrando en consecuencia. Sin embargo no se nota que los demás estamentos políticos estén igualmente preocupados. Por lo pronto los miles de refugiados que están traspasando la frontera se están volviendo un verdadero problema, especialmente en los dos santanderes y en la costa Atlántica. La falta de una política pública para enfrentar la situación brilla por su ausencia. Los sectores de alimentos, vivienda y empleo comienzan a resentirse. Son todos asuntos de convivencia y supervivencia que no dan espera.

Adenda

Si nada extraordinario ocurre mañana, el francés Emmanuel Macron será el nuevo inquilino del Eliseo. Su cómoda ventaja de veinte puntos porcentuales, que diagnostican las encuestas, le garantizan una victoria sobre la ultraderechista Marine Le Pen.