Conocí a Claudia Dangond Gibsone, bonita y elegante, en la Universidad Javeriana, ella entrando, yo saliendo de la facultad de Derecho. Es hija del también abogado javeriano Alberto Dangond Uribe, periodista, escritor y pensador conservador, presentador por muchos años del programa televisivo Revivamos nuestra historia. Ahora en sus años dorados, Alberto fue muy cercano a Álvaro Gómez y pude hacerle una entrevista para este Diario a fines de los 70’s. Ella es una gran profesional, ha sido docente de Derecho Público con maestría en relaciones internacionales y ciencia política y distinguida constitucionalista.
La elección del nuevo miembro de la Corte Constitucional, que favoreció al Dr. Polo, igualmente javeriano y reconocido catedrático, no estuvo exenta de circunstancias “curiosas”, pues en la primera votación del pasado lunes existió empate de 50 votos, pero alguien introdujo maliciosamente dos tarjetones de más para provocar el vicio de la actuación y su aplazamiento hasta el martes cuando, en la nueva puja, el triunfador Polo obtuvo 57 votos y Claudia 47. ¿Qué pudo ocurrir dentro del Senado de la República en sólo 24 horas para un cambio tan abrupto en los resultados? Averígualo, Darcy. Liberales, conservadores, senadores de la U… ¿será que de la noche a la mañana reflexionaron desde lo más profundo de su corazón para decidir el cambio, o fue porque corrió mermelada en cantidades alarmantes por el Capitolio para doblegar la voluntad de esos padres de la Patria en trance de electores?
Polo fue magistrado auxiliar de Vladimir Fernández, ex secretario jurídico de la actual presidencia, cuota petrista en la Corte Constitucional, supuestamente la misma línea de aquél. Esa sencilla razón -por fuera de las aptitudes jurídicas que ambos contrincantes muestran en grado sumo- lo cubriría de un manto de duda, porque bien sabemos de los arrestos dictatoriales del presidente, quien es proclive a pasarse la Constitución y las leyes por la faja con tal de hacerse reelegir y provocar la aprobación de normas y validación de actos jurídicos que estén enmarcados dentro la línea de sus particulares pretensiones, porque sabemos también que él mira menos los más altos intereses de la Patria que los suyos propios, en medio de su ego alargado. La Corte Constitucional será la encargada de declarar la constitucionalidad o inconstitucional de todo lo que se venga por delante en este año y medio que le queda de vida a este gobierno y allí radica lo crucial de esta escogencia.
Ojalá los congresistas no petristas que en el último aliento -quizás atragantados de mermelada- eligieron al “candidato oficial del régimen” no lo lamenten a futuro, cuando las circunstancias sobrevinientes lleguen a poner en riesgo nuestra democracia. Y con respecto al Magistrado Polo sólo nos queda, en nuestra común condición javeriana, invitarlo a recordar las palabras de nuestro benemérito decano Gabriel Giraldo: “Siendo el abogado mediador entre el orden jurídico y la sociedad, nos corresponde impartir la justicia e impetrarla, guiar, aconsejar, y defender a los individuos y a la sociedad en el laberinto de las relaciones humanas, siempre atendiendo a la moral y a la justicia. También en el desempeño de funciones públicas, bien sea en la administración de justicia, bien al frente de posiciones en la rama ejecutiva o en el ejercicio del cargo de legisladores, los abogados Javerianos han de sacar a flote la fuerte consistencia de su integridad moral, su gran vocación de servicio, la lealtad de su conducta, su responsabilidad, capacidad y eficiencia, no menos que la delicadeza y pulcritud de su vida pública”. Es un reto.