Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Abril de 2015

Dos grandes juristas

 

En medio de la más grave crisis que haya padecido la justicia colombiana y que ha sido  causada por las malas prácticas en el ejercicio de la profesión de abogado y en el cumplimiento de sus deberes de no pocos magistrados de las Altas Cortes, falleció en las últimas horas el constitucionalista antioqueño Carlos Gaviria Díaz. Había formado parte y había sido su Presidente, de la Corte Constitucional que fungió funciones entre l993 y 2001, el primer órgano formal que para su interpretación, vigilancia y control había creado dos años antes la Constitución. Gaviria, desde muy joven, se destacó por su clara inteligencia, su recto y acertado criterio jurídico, su profunda independencia política, pero ante todo su inmensa solvencia ética y moral.

Gaviria no sólo brilló en el ejercicio del derecho y de la magistratura, sino en la cátedra universitaria y en la práctica sana y leal de la política. Sufrió persecuciones por su férrea defensa de los derechos humanos y  tuvo que pagar años de exilio. Ha sido el candidato de la izquierda con más votos, pero perdió frente a su más díscolo discípulo, el hoy expresidente Álvaro Uribe Vélez. Su devenir político, empero,  lo llevó al Senado de la República, con una  coalición de la que formó parte el Polo Democrático, partido que ayudó a fundar pero del que terminó marginándose discretamente, decepcionado por sus luchas internas.

El país entero lamenta hoy esta irreparable pérdida y sufrirá sin duda por la ausencia de su sabio consejo.

Como no hay que elogiar solo a los muertos sino también a los vivos, queremos aprovechar la ocasión para destacar una alma gemela como constitucionalista, magistrado y catedrático, aunque antagónica ideológicamente hablando. El doctor José Gregorio Hernández Galindo, compañero en el período de Oro de la Corte Constitucional y quien acaba de ser laureado como Jurista Emérito, por la Academia del ramo, por idénticas razones por las que se destacó su amigo Gaviria: gran sabiduría, acompañando a profundos principios éticos y grandes valores morales. (¡Así opine el inefable De la Espriella que la ética no tiene nada que ver con el derecho!).Ambos, Gaviria y Hernández, sacerdotes y oficiantes de nuestra Carta del 91, han hecho prevaler los derechos fundamentales, la promoción de la dignidad humana, el compromiso social y el respeto por el debido proceso. Ambos han sido ejemplo de vida para sus compatriotas.

ernestorodriguezmedina@gmail.com