Información = Transparencia
“El uso convergente de las TIC liquidará la corrupción”
A lo largo de varios años hemos venido comentando sobre el dramático desarrollo que han tenido las nuevas tecnologías, que de nuevas ya no tienen nada porque llevamos dos décadas disfrutándolas. Digamos mejor que ya se han vuelto un tópico, quizás el más importante en nuestras vidas.
En esa tarea de todas las horas hemos alabado el Plan Colombia Vive Digital con el que el actual Gobierno, siguiendo inteligentemente la espléndida ruta que abrió la pasada Administración, nos demuestra su empeño por usar masivamente estas herramientas tecnológicas a fin de acelerar nuestras metas de desarrollo, combatir la pobreza extrema, hacer mas incluyente nuestra participación política y convertir en realidad cierta nuestro involucramiento global.
Pero a la vez hemos criticado a este Gobierno por quedarse corto en sus aspiraciones y el reto contemporáneo, al no querer dar el salto definitivo y adquirir el compromiso definitorio de digitalizar el Plan Nacional de Desarrollo, convirtiendo a las TIC en un bien público y al conocimiento en un recurso estratégico, base de una nueva planificación institucional, en todos los niveles y para todos los sectores,
Como consecuencia de esta grave falencia estructural e institucional las TIC no se han convertido en el eje transversal de todos los propósitos políticos, económicos y culturales, que nos permitiría una sociedad con más bienestar y mayor competitividad, entendiendo esta última como la competencia de los competentes.
Los resultados están a la vista. El loable y noble empeño santista de reformar, por ejemplo, el sistema colombiano de salud que ha colapsado dramáticamente, sigue en crisis, porque no hay una solución integral, convergente, totalizadora que ataque todos los frentes de la inoperancia, la ineficiencia y la corrupción. No se ha podido “sistematizar el sistema” que nos permita monitorear, en tiempo real y en línea, toda la contratación de servicios y la adquisición de insumos.
Igual está sucediendo en el caso de la Justicia, deficitaria en todo sentido desde hace un siglo, y en donde todas sus Cortes, organismos, oficinas y juzgados actúan como ruedas sueltas en compartimientos estancos. Y qué decir de un sector educativo en la más aberrante ignorancia tecnológica y analfabetismo científico. Pudiendo hoy, en forma intensa, extensa y profunda, usar masivamente toda la instrumentación que ofrecen las TIC y lograr, por fin, aprender a aprender y aprender a enseñar. Seguimos en el tablero y en el ábaco, en una época en donde la Internet nos hace inteligentes a pesar de nosotros mismos.
Pero donde es mas protuberante la ausencia de esta modernización es en el ámbito criminal y especialmente en los sórdidos terrenos de la corrupción. No basta con proyectar un portal para “colgar” allí los centenares de licitaciones públicas. Es menester programar todas esas licitaciones de manera tal que esos procesos de adjudicación y luego los compromisos de contratación que se deriven, puedan ser monitoreados en tiempo real y convergente, para ir estableciendo los tiempos de cumplimiento. Así sistematizado la vigilancia y control contractual, automáticamente se podrán programar los desembolsos. Sería una plataforma integral y convergente de operadores, interventores, auditores y, desde luego, de usuarios.
ernestorodriguezmedina@gmail.com