La semana que pasó la opinión pública se concentró, una vez más, en las declaraciones dadas por el presidente Gustavo Petro frente a lo que debería hacer el Banco de la República. Se ha vuelto habitual que el mandatario genere controversia acerca de la independencia del Emisor. Esto lleva a pensar que las batallas con el Banco se han convertido en su estrategia de comunicaciones para que el país ponga el foco en los temas que a él verdaderamente le importan.
El discurso en el que el presidente mencionó la idea de emitir dinero para financiar la reparación de las víctimas era realmente una tesis sobre la imposibilidad del Estado para financiar la implementación del acuerdo de paz. El mandatario dijo, así como lo habían dicho muchos en el pasado, que no hay presupuesto en Colombia para pagar el acuerdo que se hizo con las Farc. Esa era verdaderamente la noticia que el presidente quería que se debatiera, pues desde hace días lo ha venido mencionando, pero sus palabras no habían tenido el vuelo requerido para generar una discusión. Solo al sumarle una frase que cuestionara la independencia del Banco Central, la financiación de la implementación del acuerdo se volvió noticia principal. Petro lo sabía y por eso lo hizo. Es conocido que desde que llegó al poder ha existido temor sobre los métodos económicos que pueda utilizar para llevar a cabo su agenda de reformas.
Un presidente diciendo que la emisión rutinaria que hace el Banco de la República debería ir a financiar programas de gobierno, es sin lugar a duda noticia ¡Sobre todo en el mundo económico! Tanto así, que la terminal de Bloomberg -ese servicio de noticias pago que tienen todas las empresas e instituciones que siguen economías y mercados- lo registró al minuto, pero con una salvedad en las líneas principales del titular: “el Banco Central generalmente ignora los deseos del presidente”. Evidenciando que era un mensaje habitual del mandatario al que no se le debía prestar mucha atención.
De hecho, el presidente en conversaciones privadas con periodistas aseguró que el Banco nunca hace caso a sus recomendaciones. Pues ya varias veces se le han escuchado absurdas propuestas sobre lo que debería hacer el Emisor y nada ha pasado. Petro se dio cuenta que esas palabras ya se han vuelto paisaje y no han tenido impacto en los mercados, por eso las utiliza como estrategia de comunicaciones para poner el foco en los temas que le interesan.
Tan evidente es la forma en que utilizó sus declaraciones sobre el Banco de la República para que le pusieran atención sobre la plata para la paz, que el peso siguió fortaleciéndose frente al dólar sin que su declaración tuviera impacto alguno. Por supuesto cuando empezó su gobierno este tipo de “recomendaciones” fueron relevantes y generaron conmoción. De hecho, hay varios analistas de mercado asegurando que de no ser por la prima de riesgo adicional que genera el gobierno de Petro el equilibrio a largo plazo con el dólar estaría rondando los 3,500 pesos. Pero como en todo, cuando se repite una declaración y nada pasa, los mercados se vuelven inmunes a las mismas. Eso es lo que está pasado con las manifestaciones del presidente sobre la política monetaria y por eso las está convirtiendo en su muletilla-estrategia para poner sobre la mesa los temas que quiere que se discutan.
Sin duda una estrategia peligrosa, pues a pesar de que no está teniendo impacto sobre el tipo de cambio, los economistas resaltan que si está encareciendo el coste de financiamiento de la deuda colombiana. Cuanto más caro son los intereses de la deuda, menos espacio fiscal queda para poder financiar las reformas que le importan al Presidente, y menos dinero para la paz. Como estrategia de comunicaciones sin duda parece la correcta, pero como estrategia económica es claramente contraproducente.