GLORIA ARIAS NIETO | El Nuevo Siglo
Viernes, 30 de Marzo de 2012

Parte de victoria

A  mediados de marzo, el décimo frente de las Farc asesinó a 11 militares.

A los pocos días, 37 guerrilleros fueron bombardeados en Arauca, y luego el Ejército y la Policía abatieron a 35 insurgentes en un sitio llamado El Silencio, en el municipio de Vista Hermosa. (Si fuéramos coherentes, habría que rebautizar este pedacito de la geografía nacional).

Vaso medio lleno medio vacío: un parte de victoria militar, ¿no lleva de la mano un parte de fracaso político y social?

“La India” y “Lorena”, dos niñas guerrilleras de 15 y 17 años, fueron capturadas en el operativo del Meta.

Medicina Legal informó que en el bombardeo del 20 de marzo en Arauquita murieron 8 menores de edad: 4 niños y 4 niñas, combatientes de una guerra que ellos no se inventaron y que ya se murieron sin entender.

Tal vez nunca sabremos si estos niños del anfiteatro fueron reclutados a la fuerza, o si sus padres los entregaron a la guerrilla para asegurarles una ración diaria de comida, un par de botas y quizá un día, un fusil.

Una vez escuché el testimonio de una madre campesina diciendo que en contra de la voluntad de su hija de 13 años, ella -la madre- la había entregado a las Farc, porque prefería ver a su hija en brazos de un comandante guerrillero que trabajando en uno de los dos prostíbulos del pueblo.

La pobreza, no sólo de recursos físicos sino intelectuales, parece no tener límites.

Ni la Convención de Ginebra, ni las resoluciones de las Naciones Unidas o las peticiones de los Comités de la Cruz Roja Internacional, han podido atajar las prolongadas avalanchas de violencia que en Irak, Afganistán, Bosnia, Sierra Leona o Colombia, han llenado de niños las trincheras de sus conflictos armados.

El Tribunal Internacional sobre Infancia Afectada por la Guerra y la Pobreza publicó unas cifras dolorosamente vergonzosas sobre niños colombianos desmovilizados que habían sido reclutados por las Farc, las Autodefensas, las ‘bacrim’ o el Eln:

18% ha matado una o más veces y 60% ha visto matar; 13% ha secuestrado y 25% ha visto secuestrar; 18% ha presenciado torturas y 40% ha disparado siquiera una vez en su vida.

Muchos de ellos han sido obligados a desmembrar cuerpos, espiar, cultivar y transportar narcóticos; ser amantes de todos y de nadie, abortar y convertirse -casi sin saberlo- en objetivos militares de las venganzas y disparos de otras bandas y grupos subversivos.

Se calcula que en Colombia hay de ocho mil a catorce mil niños reclutados por los distintos ejércitos ilegales. De ellos, solo 15% se ha desmovilizado.

Demasiada infancia entregada a la guerra. Demasiada infancia cometiendo, sufriendo o presenciando infamias que nada tienen que ver con el desarrollo intelectual y afectivo de los niños de un país que aspire a ser decente.

Demasiado tiempo nos tomará recuperarlos para la vida.

Tenemos demasiadas deudas pendientes con ellos. Demasiadas cosas por resolver antes de poder dar -sonrientes antes las cámaras y ante la conciencia- un verdadero parte de victoria, este sí,humano, político y social.

ariasgloria@hotmail.com