JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Viernes, 9 de Septiembre de 2011

Elecciones y partidos


“No son más que lo mismo, una parodia de sistema electoral”


SI  hay algo que ha demostrado esta nueva campaña es que esa idea de hablar de partidos políticos en el país es una verdadera y absoluta farsa. Todos los candidatos, en todos los municipios del país hablan a nombre personal, se toman su candidatura como si fueren los que van a salvar el mundo, cómo si las colectividades de las que se suponen hacen parte no fuesen más que un convidado de piedra a sus triunfos personales. Al final acá esa idea de tener partidos no hace más que ser un costo para nuestra empequeñecida democracia.


No es necesario más que escuchar a los candidatos para darse cuenta de ello. No hay un solo discurso de articulación entre las regiones aportada por un partido, no hay una sola visión integral del país a partir de los diferentes cargos que están en juego para las próximas elecciones.


Acá hay un montón de ideas sueltas, refundidas entre las necesidades del momento y del debate, pero nunca como una visión objetiva del país, cómo si las regiones, los departamentos y los municipios fuesen ruedas sueltas que nada tienen que ver las unas con las otras.


Y por eso seguimos en las mismas. Las discusiones hoy de los partidos están todas orientadas a la entrega de avales, nunca a proponer una visión replicable desde las diferentes entidades territoriales, o al menos una idea que pudiese ser defendida por todos los candidatos. Mejor dicho, acá más que partidos políticos tenemos entidades de entrega de avales, y mientras sigamos en las mismas no hay una sola oportunidad para salir de esta extraña realidad que tenemos hace cuarenta años.


Y por eso es que en nuestro país existen las responsabilidades políticas. Y por eso siguen apareciendo escándalos cada vez que se menciona contratación, se reparten los contratos entre los amigos del elegido, terminamos escuchando que un elegido gobernó sin su partido, como fuese el caso de Moreno en la Alcaldía de Bogotá.


Por eso estas elecciones no son más que lo mismo, una parodia de sistema electoral fundamentado en partidos políticos, una feria de elección por popularidad y no por ideas. Y cómo vamos en cuatro años estaremos de nuevo preguntándonos por qué seguimos en las mismas.
Pero bueno, al final los colombianos pensamos que valía la pena defender a los partidos y hacerlos más fuertes. Ellos nos han recordado que las buenas intenciones en nuestro país pueden ser perfectamente manipuladas.
juanego18@gmail.com